🏷️ Categorías: Atención, Toma de decisiones y sesgos.
Los medios no te dicen qué tienes que pensar, pero sí en qué tienes que pensar.
Era 2020, plena pandemia de Covid-19, las noticias sobre el virus estaban en todas partes: la televisión, las redes sociales, las conversaciones con amigos y familiares. Al principio, como muchos, me mantenía informado, estando alerta de cada nuevo dato, pero pronto me di cuenta de que eso no me estaba haciendo ningún bien.
No podía dejar de pensar en el único tema: me había saturado y me afectaba.
Consumimos noticias como si nos diera control sobre la situación, pero, curiosamente, cuanto más devoramos, menos entendemos (Li & Jager, 2023). Cada titular nublaba más mi visión del panorama general. Solo pensaba en los temas que me mostraban y necesitaba estar alerta porque las noticias eran efímeras, algunas duraban minutos antes de quedar desmentidas u obsoletas.
Las noticias duran un suspiro.
Hay tanta información y sucede todo tan rápido que no da tiempo a reflexionar.
¿No será que, en vez de conocer más, deberíamos conocer mejor?
Bájale el volumen a todo ese ruido. No todo lo urgente es importante.
El problema de las noticias
Inmediatez sobre calidad: Las noticias nos llegan al instante y son efímeras, no hay tiempo para la reflexión o la comprobación de los hechos. Importa más ser el primero en reaccionar a los acontecimientos que tener razón. No hay ningún incentivo por el que hacer noticias contrastadas y profundas, el público mayoritario consume información rápida y especulativa (Saisho, 2020).
Visión sesgada: Los medios eligen qué temas cubrir y cómo presentarlos, lo que limita los temas en los que piensas. Esto produce dos grandes sesgos (entre otros muchos): la heurística de disponibilidad y el sesgo de confirmación: Que algo salga en todos los medios no significa que sea importante (o importante para ti), y que los medios tengan tu misma opinión no significa que tengan razón (Brugnoli et al., 2019; Tversky & Kahneman, 1973; Modgil et al., 2021).
El negocio no es buscar la verdad, es vender tu atención: La mayoría de medios dependen de tu atención para así obtener beneficios a través de los anunciantes. Si para atraer más tu atención deben escribir titulares engañosos e información polémica, así lo harán. Tu atención es la moneda de cambio.
Pesimismo: Decir que las cosas van como siempre no es noticia y decir algo positivo genera menos clics que hablar de desastres, violencia y conflictos. Por eso se le da mucha más voz a lo malo que a lo bueno. Tanto las buenas como las malas notificas nos afectan emocionalmente (Ferrara & Yang, 2015), pero como abunda lo negativo, te impregna de una visión pesimista (Rozado et al., 2022).
Narrativa sobre realidad: Siempre hay intereses de por medio. En un mundo ideal, los periodistas seguirían la verdad dondequiera que fuese. En la realidad, los periodistas no están en el negocio de la verdad. Lo suyo son las historias llamativas que se ajustan a narrativas o ideologías que interesa promover (McCombs & Shaw, 1972; Brugnoli et al., 2019).
El resultado es simple.
Estamos “informados” en todo instante, pero rara vez conocemos en profundidad suficiente lo que sucede como para emitir una opinión fundada.
¿Y qué propongo?
Eleva tu criterio mediante un consumo deliberado
La solución no es evitar la información, sino consumirla con intencionalidad.
No necesitas tener opinión e informarte de todo, busca comprender en profundidad lo que te importa. Busca más la profundidad que la amplitud y privilegia la sabiduría atemporal sobre las actualizaciones efímeras. Te conviertes en aquello a lo que prestas atención, una vez más, es indispensable elegir con elegancia.
La curiosidad amplía perspectivas, las cámaras de eco no.
Si te informas menos, tendrás más tiempo para reflexionar sobre lo leído.
Si te preocupa tu dieta, haz igual con la información: deja la dieta informativa basada en información rápida y busca una alimentación variada y de calidad.
¿Y cómo saber qué es de calidad?
¿Trata sobre algo que puedas aprovechar o es sólo especulación vacía?
¿Está cargado de hechos contrastados o de opiniones infundadas?
¿Da detalles concretos y lecciones que llevarte o solo ideas superficiales?
¿Cuál es su fecha de caducidad? ¿Seguirá siendo importante la semana que viene? ¿Y el mes que viene? ¿El año que viene? Es el efecto Lindy.
La manera más fácil de informarse sobre el presente es esperar a que se convierta en pasado, se calle todo el bullicio y se disipe el polvo que se había levantado.
Ahí es cuando surge la información y desaparece el ruido.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué criterio usas para elegir dónde pones tu atención? Yo dejé de ver actualidad y si algo me interesa, lo veo meses más tarde, cuando salen los análisis detallados que exponen los hechos con más claridad y objetividad.
💭 Cita del día: «Los telediarios no tienen intención de proponer que una noticia tenga implicaciones, porque eso obligaría a los telespectadores a seguir pensando en ella cuando termine y, por tanto, les impediría atender la siguiente noticia». Neil Postman, Divertirse hasta morir.
¡Nos vemos pronto, cuídate y reflexiona mucho! 👋
Referencias 📚
Brugnoli, E., Cinelli, M., Quattrociocchi, W., & Scala, A. (2019). Recursive patterns in online echo chambers. Scientific Reports, 9(1). https://doi.org/10.1038/s41598-019-56191-7
Ferrara, E., & Yang, Z. (2015). Measuring Emotional Contagion in Social Media. PLoS ONE, 10(11), e0142390. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0142390
Li, T., & Jager, W. (2023). How Availability Heuristic, Confirmation Bias and Fear May Drive Societal Polarisation: An Opinion Dynamics Simulation of the Case of COVID-19 Vaccination. Journal Of Artificial Societies And Social Simulation, 26(4). https://doi.org/10.18564/jasss.5135
McCombs, M. E., & Shaw, D. L. (1972). The Agenda-Setting Function of Mass Media. The Public Opinion Quarterly, 36(2), 176–187. http://www.jstor.org/stable/2747787
Modgil, S., Singh, R. K., Gupta, S., & Dennehy, D. (2021). A Confirmation Bias View on Social Media Induced Polarisation During Covid-19. Information Systems Frontiers, 26(2), 417-441. https://doi.org/10.1007/s10796-021-10222-9
Postman, N. (2001). Divertirse hasta morir: El discurso público en la era del «show business».
Rozado, D., Hughes, R., & Halberstadt, J. (2022). Longitudinal analysis of sentiment and emotion in news media headlines using automated labelling with Transformer language models. PLoS ONE, 17(10), e0276367. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0276367
Saisho, R. (2020). Speed vs Accuracy in Time of Crisis. Reuters Institute for the Study of Journalism. https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/publication/speed-vs-accuracy-time-crisis
Tversky, A., & Kahneman, D. (1973). Availability: A heuristic for judging frequency and probability. Cognitive Psychology, 5(2), 207-232. https://doi.org/10.1016/0010-0285(73)90033-9
Dejar de ver la televisión hace ya +6 años es una de las cosas que mas claridad me ha dado a la hora de formar mi propio pensamiento crítico. Mi tele ahora si quiero informarme es Youtube, Twitter, Substack... y veo lo que quiero, cuando quiero y de la fuente que elijo.
No puedo entender como hay gente que come/cena con su pareja o familia con las noticias puestas. Nos tienen absorbidos como quieren. Y no hay mejor ejemplo, como tú dices, que el de la pandemia. Yo ahí me di cuenta de cómo es la sociedad y mundo en el que vivimos. Da para estudiarlo en los colegios.
Dejar de ver la tele podría ser uno de los cambios más significativos que he hecho.
Estoy muy en línea con lo que planteas en este artículo Álvaro. Pero voy, si me permites, a darle una vuelta de tuerca. ¿Y si los medios no son los que nos manipulan (o no tanto como creemos)? ¿Y si solo nos dan lo que deseamos? Si el público tiene unas ideas preconcebidas, los medios sólo nos darán aquello que demandamos. Las noticias pueden actuar como una empresa que comprende qué debe dar satisfacer lo que el consumidor demanda. Si la opinión pública prefiere noticias que dan acomodo a sus prejuicios, los medios, para ganar audiencia y relevancia, tienen incentivos para servir este tipo de noticias. Con esto quiero reparar en que ya no es solo por su riesgo a manipularnos, sino por la susceptibilidad del público a ser manipulado. ¿Qué opinas?