Causa de muerte: Sobredosis de información
Como sobrevivir al exceso de información de la era digital
🏷️ Categorías: Memoria, Atención.
El reloj marcaba las 9:43 de la mañana cuando el silencio de la casa fue interrumpido por el descubrimiento macabro de un cuerpo sin vida. Un hombre joven, de mediana edad, yacía en el suelo del salón, rodeado por dos policías mientras un médico forense examinaba agachado el cadáver y varios familiares observaban la escena con la mirada descompuesta. Los familiares, preocupados por la ausencia de respuesta de su pariente tanto por llamadas telefónicas como al golpear la puerta durante días previos, tomaron la decisión de informar a las autoridades. No se esperaba este desenlace.
La habitación donde se encontraban, aunque amplia en su diseño, se encontraba asfixiada por el desorden de libros, periódicos y revistas que se amontonaban en cada rincón. Entre el caos, el hombre yacía inerte. La televisión, que la había dejado encendida antes de perecer, murmuraba en segundo plano, rompiendo el incómodo silencio. El cuerpo no evidenciaba ningún signo de violencia, las ventanas de toda la estancia estaban cerradas, hubo que forzar la cerradura para acceder al domicilio; todo en su interior estaba limpio y nada roto. ¿Qué pudo haber sucedido?
Los policías se dirigieron hacia el teléfono móvil del difunto en busca de posibles pistas. Al desbloquear el teléfono, la pantalla reveló numerosas llamadas perdidas, mensajes sin leer y notificaciones de redes sociales que inundaban la pantalla, una vorágine de contenido esperando a ser atendido. El ordenador del fallecido fue inspeccionado a fondo; un disco duro con capacidad de 2 terabytes de almacenamiento al que apenas le quedaban 5 gigabytes libres fue la única pista encontrada en su interior.
Una semana después, la autopsia confirmó lo evidente, lo que ya la hipótesis inicial planteó. El informe de la autopsia emitido por las autoridades y que daba el caso por cerrado decía así: “Causa de muerte: Sobredosis de información”.
Este breve relato que acabo de contarte da pie al tema de hoy, una reflexión sobre el consumo desorbitado de información en la era digital en la que vivimos.
La sobreinformación en cifras
Creo que no soy yo, sino que somos todos. Todos estamos inmersos en un vórtice de información desmedida. La avalancha de noticias, notificaciones y mensajes parece no tener fin, hay una producción incesante de contenido, todos los días, a todas horas.
De hecho, la persona media consume unos 35 gigabytes de información diaria (Bohn & Short, 2012), lo que significa que en España se consumieron en total el año pasado aproximadamente unos 0,6 zettabytes. ¿Qué es un zettabyte? 1 zettabyte (ZB) equivale a la modesta cantidad de 1000000000000 de gigabytes, “un millón de millones de gigas”, por si te habías perdido entre los ceros que tiene el número.
La magnitud de la información que se produce a día de hoy es agobiante cuando te paras a pensarlo. Cada minuto se están enviando de media 241 millones de correos electrónicos, 41,6 millones de mensajes de Whatsapp, se hacen 6,3 millones de búsquedas en Google y se dan 4 millones de “Me gusta” en Facebook (Statista, 2024), entre otras muchas cifras que parece imposible que sucedan cada 60 segundos.
En este panorama digital, es difícil no sentirse abrumado; es totalmente imposible prestar atención a todo el contenido que nos interesa y, lo que es peor, somos incapaces de recordar o usar la mayoría de lo consumido. No hay suficiente tiempo, memoria ni atención para prestarle a esta estimulación constante a la que tenemos el cerebro acostumbrado y que nos está perjudicando (Misra y Stokols, 2011).
La información en el pasado
Por el lado de las noticias, antaño estaban limitadas en tiempo y espacio, con telediarios y periódicos que marcaban el flujo de información. ¿Querías informarte? Un periódico diario y el telediario del mediodía, esas son las noticias hasta mañana.
Por el lado del conocimiento, siempre han estado los libros. Fuentes de información de valor incalculable que permiten viajar en el tiempo y a las cabezas de personas que ya no están entre nosotros pero que han dejado por escrito lo mejor de sus mentes. Los libros sirven de apoyo para los nuevos genios que vendrán. Esta idea procede de una bonita frase del latín: “nanos gigantum humeris insidentes”, traducida como “enanos sobre los hombros de gigantes”.
El exceso de estímulos
Una gran diferencia entre el contenido del pasado y el presente es que a día de hoy el contenido te demanda activamente.
El teléfono móvil, que lo llevas siempre contigo, está continuamente demandando tu atención mediante sonidos, vibraciones y luces de notificación. Por el contrario, un libro o un periódico los dejas en una mesa y ahí se quedan, pasivos, en silencio, no te vibra ni suena para que los abras y los leas.
¿Cómo enfrenta el cerebro humano esta estimulación constante?
Conforme el ser humano ha ido evolucionando, las áreas cerebrales dedicadas a percibir el mundo a través de los sentidos fueron cobrando más relevancia. Ser capaces de identificar rápidamente lo que sucede a nuestro alrededor ha sido vital en nuestra supervivencia a la hora de detectar amenazas (por ejemplo, un depredador) u oportunidades (por ejemplo, comida). A esto se le conoce como atención selectiva y nos ayuda a filtrar la información para recordar solamente la que es crucial (Johnston y Dark, 1986).
Tener a disposición el móvil u el ordenador todo el tiempo pone a prueba la atención selectiva del cerebro de formas completamente nuevas.
Estas tecnologías crean un entorno en el que constantemente activamos y desactivamos la atención entre cosas importantes y sin importancia, nos mantiene en un estado de alerta constante. Tanto es así que existe hasta el fenómeno de la vibración fantasma, gente que siente que su móvil ha vibrado sin que haya sucedido (Y. H. Lin et al., 2013; Drouin et al., 2012).
La importancia de la atención
La continua estimulación se inició con la expansión de internet.
Conforme el contenido se volvía más abundante y fácilmente accesible, la competencia de las empresas por atraer tu atención se ha ido incrementando (Crowdcentric Media, 2014). Cada vez hay más cosas con las que distraerse y el día sigue teniendo 24 horas; la atención es un recurso escaso y hemos de saber usarla, piensa bien a qué quieres prestar atención.
¿Qué pasa si no cuidamos nuestra atención?
Aquí tienes el texto corregido, manteniendo el formato de cursivas y negrita:
Te contaré un ejemplo con el que todos nos podemos sentir identificados. Imagina que estás trabajando en una tarea para la que estás muy motivado. Sabes perfectamente qué tienes que hacer y estás concentrado en ello; tu atención te hace ser productivo. Sucede que necesitas consultar información en internet, pero durante tu búsqueda te asaltan un par de notificaciones del ordenador o te suena el móvil. Estos elementos son distractores, interfieren en tu atención y te sacan de lo que estabas haciendo. Es como si alguien estuviese constantemente tocándote el hombro para que le hicieras caso. ¿Podrías centrarte en esas condiciones?
El problema es que una vez has perdido la atención que tenías fijada en algo, cuesta recuperarla, no es instantáneo, este coste atencional es lo que te destroza completamente la inspiración y el rendimiento en tu tarea (Smallwood & Schooler, 2006; Smith, 2003).
A diferencia de otros estímulos como el viento soplando en los árboles, el teléfono móvil atrae mucho más nuestra atención, pero ¿a qué se debe esta diferencia si ambos son estímulos igualmente perceptibles? El cerebro, mediante la atención selectiva, inhibe los estímulos superfluos, le prestamos atención a aquello que nos importa. Si suena el móvil es porque sucede algo, ya sea importante, interesante, gracioso, urgente... a saber, pero solo con sonar te ha sacado de tu concentración.
Estar prestando atención a varias cosas se ha visto que afecta negativamente al rendimiento académico de los estudiantes (Heim y Keil, 2012) y en general, estar en más de una cosa sobrecarga nuestra capacidad cognitiva, lo que dificulta memorizar (Rockwell y Singleton, 2007) y distinguir lo que es importante de lo que no (Lin, 2009; Cain y Mitroff, 2011; Ophir et al., 2009; Klingberg, 2008; Foerde et al., 2006).
Saber descansar
En oposición a la atención selectiva tenemos la atención difusa, que es básicamente mantener activo el sistema cognitivo para percibir nuevos estímulos del entorno pero sin prestar especial atención a ninguno de ellos, esto es lo que sucede cuando deambulamos o nos damos un paseo sin plan alguno.
Debido a que estamos acostumbrados a recibir estimulación todo el tiempo, el umbral a partir del que las personas comienzan a aburrirse a disminuido, las personas en la actualidad se impacientan antes si dejan de recibir estímulos exteriores. En el pasado, la vida de los individuos tenía intervalos de tiempo en los que se esperaba que hiciesen algo, como cuando esperaban el tren o el autobús. Estos momentos de aburrimiento eran positivos en la medida que permitían dejar la mente volar, reflexionar en silencio y solamente observar el entorno.
Parece una cuestión banal pero no lo es, el aburrimiento fomenta la creatividad porque fuerza a la persona a quedarse a solas con sus pensamientos y reflexionar (Schooler et al., 2011). Esto solo se produce si nos aislamos temporalmente del resto del mundo, sin recibir estímulos de nada ni de nadie.
Siempre me fijo y no hay una sola persona que no “aproveche” el tiempo de espera en la parada del bus o el trayecto para ver algo en el teléfono móvil, algo que en la mayoría de casos es completamente irrelevante, pero al menos le sirve para entretenerse. Todo sea por no estar a solas con sus pensamientos.
Cuando somos productivos haciendo algo, focalizamos toda nuestra atención en una sola cosa, pero esto supone un enorme esfuerzo mental, lo que nos obliga a descansar. Si dedicamos mucho tiempo del día a atender estímulos triviales, estaremos ya muy cansados para cuando realmente sea necesario estar concentrados.
Minimalismo digital
Hasta ahora hemos visto el problema, cómo se ha gestado y cómo nos afecta, pero ¿qué podemos hacer para solucionarlo?
En este apartado nos basaremos en la lectura de un libro que considero de referencia en este ámbito: “Minimalismo Digital” de Cal Newport, publicado en 2019. Te comparto aquí algunas técnicas que puedes usar para salir de la inundación de contenido y de distracciones para centrarte en lo que realmente te importa:
Pasar tiempo a solas, como forma de introspección:
Dedica diariamente tiempo para desconectar de lo digital y pasa tiempo contigo mismo. Necesitas estar a solas, te permitirá reflexionar, ser más creativo, encontrar nuevas soluciones y descansar para cuando necesites estar concentrado. No te preocupes, no te aburrirás, tienes mucho que dialogar contigo.
Por ejemplo, reserva 15 o 20 minutos cada mañana para meditar antes de comenzar tu día. Deja lejos tu teléfono y encuentra un lugar tranquilo donde puedas estar a solas contigo mismo. Personalmente, yo he aplicado esta técnica mediante el uso de un diario. Aquí explico cómo lo estoy haciendo y qué tal me está yendo:
Reduce la participación en redes sociales
Deja de dar "me gusta" de forma automática y compartir con amigos todo lo que vas encontrando en tu scroll infinito. En lugar de gastar el tiempo en buscar satisfacción o entretenimiento tumbado mirando el móvil, busca actividades que te brinden satisfacción a largo plazo y le den significado a tu vida. Desarrolla una afición, aprende una nueva habilidad o practica un nuevo deporte. Ponte objetivos.
Por ejemplo, establece límites de tiempo para tu uso de redes sociales y sé selectivo con tu consumo. Si buscas entretenimiento está bien, pero se consciente del tiempo que estás gastando y recuerda no dejar de lado el contacto humano cara a cara y las actividades que te llenan. Que si además son con amigos, mejor.
Ocio fuera de lo digital
Dedicar tiempo a actividades de ocio que no involucren pantallas ni tecnología es esencial para mantener un equilibrio saludable. Encuentra pasatiempos que te satisfagan fuera de ver series y jugar videojuegos. Prueba a leer un libro o hacer ejercicio al aire libre.
Por ejemplo, reserva tiempo en tu agenda semanal para actividades de ocio sin tecnología. Podrías dedicar las tardes de los fines de semana a salir a caminar por la naturaleza, explorar nuevos lugares de tu ciudad o disfrutar de una tarde de juegos de mesa con amigos.
Personalmente, pongo en práctica esta técnica mediante los paseos por el bosque y el ciclismo de montaña. En mi primera publicación hablé sobre los beneficios científicamente demostrados de estos paseos.
Tú atención es el recurso más valioso en la economía de la atención
Se consciente de que las empresas tratan de captar tu atención, desactiva todo tipo notificaciones, deja solo las que sean indispensables para tu vida, todo lo de demás seguramente sobran. Deja de seguir cuentas que apenas consumes o que no te están aportando nada y céntrate en aquello que realmente te beneficie y puedas aprovechar.
Si has llegado hasta aquí definitivamente he atraído tu atención. Espero que sea porque te está resultando útil. ¿Qué opinas, internet, las noticias y redes sociales te sobrecargan?
Referencias 📚
1. Bohn, R. E., y Short, J. E. (2012). Measuring Consumer Information. International Journal Of Communication, 6, 980-1000. https://ijoc.org/index.php/ijoc/article/view/1566/743
2. Cain, M. S., & Mitroff, S. R. (2011). Distractor Filtering in Media Multitaskers. Perception, 40(10), 1183-1192. https://doi.org/10.1068/p7017
3. Crowdcentric Media. (2014). ON! The Future of Now: Making Sense of our Always On, Always Connected World. LULU.
4. Drouin, M., Kaiser, D. H., & Miller, D. A. (2012). Phantom vibrations among undergraduates: Prevalence and associated psychological characteristics. Computers In Human Behavior, 28(4), 1490-1496. https://doi.org/10.1016/j.chb.2012.03.013
5. Foerde, K., Knowlton, B. J., & Poldrack, R. A. (2006). Modulation of competing memory systems by distraction. Proceedings Of The National Academy Of Sciences Of The United States Of America, 103(31), 11778-11783. https://doi.org/10.1073/pnas.0602659103
6. Heim, S., y Keil, A. (2012). Developmental Trajectories of Regulating Attentional Selection Over Time. Frontiers In Psychology, 3. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2012.00277
7. Johnston, W., y Dark, V. J. (1986). Selective attention. Annual Review Of Psychology, 37(1), 43-75. https://doi.org/10.1146/annurev.ps.37.020186.000355
8. Klingberg, T. The Overflowing Brain: Information Overload and the Limits of Working Memory (New York, NY, 2008; online edn, Oxford Academic, 31 Oct. 2023), https://doi.org/10.1093/oso/9780195372885.001.0001
9. Lin, L. (2009). Breadth-biased versus focused cognitive control in media multitasking behaviors. Proceedings Of The National Academy Of Sciences Of The United States Of America, 106(37), 15521-15522. https://doi.org/10.1073/pnas.0908642106
10. Lin, Y. H., Lin, S., Li, P., Huang, W., & Chen, C. Y. (2013). Prevalent Hallucinations during Medical Internships: Phantom Vibration and Ringing Syndromes. PLOS ONE, 8(6), e65152. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0065152
11. Misra, S., y Stokols, D. (2011). Psychological and Health Outcomes of Perceived Information Overload. Environment And Behavior, 44(6), 737-759. https://doi.org/10.1177/0013916511404408
12. Newport, C. (2019). Digital Minimalism: Living Better With Less Technology. Penguin UK.
13. Nicolas Poussin | Blind Orion Searching for the Rising Sun | The Metropolitan Museum of Art. (1658). The Metropolitan Museum Of Art. https://www.metmuseum.org/art/collection/search/437326
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15. Rockwell, S. C., & Singleton, L. A. (2007). The Effect of the Modality of Presentation of Streaming Multimedia on Information Acquisition. Media Psychology, 9(1), 179-191. https://doi.org/10.1080/15213260709336808
16. Schooler, J. W., Smallwood, J., Christoff, K., Handy, T. C., Reichle, E. D., & Sayette, M. A. (2011). Meta-awareness, perceptual decoupling and the wandering mind. Trends In Cognitive Sciences. https://doi.org/10.1016/j.tics.2011.05.006
17. Smallwood, J., & Schooler, J. W. (2006). The restless mind. Psychological Bulletin, 132(6), 946-958. https://doi.org/10.1037/0033-2909.132.6.946
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19. Statista. (2024, 2 enero). User-generated internet content per minute 2023 | Statista. https://www.statista.com/statistics/195140/new-user-generated-content-uploaded-by-users-per-minute/
Alerta! Faltas de ortografia … con cariño eh?
Valoro profundamente la documentación al final de la entrada. Gran artículo.