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Mientras me estás leyendo, miles de personas ahí afuera están leyendo best sellers.
Muchos de esos libros de los que hoy tanto se habla serán olvidados en pocos años. Algunos correrán mejor suerte; en unas décadas nadie se acordará de ellos. Unos pocos, apenas ninguno, sobrevivirá al paso del tiempo, una fuerza tan arrolladora que nada la puede parar.
Es curioso, ni siquiera sabemos cuál de esos cientos de best sellers sobrevivirá.
Con suerte uno o dos escaparán de ser engullidos por las arenas del tiempo.
Una historia inspiradora
Augusto Monterroso, uno de los más grandes escritores latinoamericanos sabía esto.
Hace poco estaba leyendo su biografía y encontré una inspiradora reflexión.
Nació en 1921, en Tegucigalpa, Honduras, aunque marchó a Guatemala. Su infancia fue dura y con 16 años dejó los estudios para trabajar y traer dinero a casa. Durante 7 años trabajó en una carnicería y como las leyes no eran las de ahora, decía que solo le permitían descansar el Jueves Santo porque el Viernes Santo no se comía carne.
El poco tiempo libre del que disponía lo invertía en leer en la biblioteca de la ciudad.
"Guatemala era un país tan pobre que en la biblioteca solo había libros buenos".
Eso decía Augusto, una frase que me abrió los ojos.
El Efecto Lindy
Augusto Monterroso estaba presenciando el Efecto Lindy.
Este efecto establece que cuanto más tiempo ha sobrevivido algo —ya sea una idea, una tecnología una obra de arte, etc—, mayor es la probabilidad de que siga existiendo en el futuro (Taleb, 2014). En la biblioteca solo había espacio para libros que habían superado la prueba del tiempo, solo había espacio para libros buenos.
Reflexionemos un momento sobre esto.
Mientras que los seres vivos tienen vida finita, donde los jóvenes tienen más probabilidades de sobrevivir un día más que los viejos, las cosas no perecederas son al revés, a más tiempo algo ha perdurado, más probable es que perdure un día más.
Son al revés.
El Efecto Lindy en los libros
No hay cosa más bonita que un libro viejo.
La Ilíada y La Odisea de Homero, La Eneida de Virgilio, y los Diálogos de Platón son ejemplos de libros que han sobrevivido milenios y aún se siguen estudiando. Los Diálogos de Platón siguen siendo obras indispensables de la filosofía, aún se debaten sus ideas y se extrae inspiración. Que haya perdurado 2000 años y aún tenga tanto valor me hace pensar que se seguirá leyendo por 2000 años más.
Esto nos lleva al punto de partida.
Mientras me estás leyendo, miles de personas ahí afuera están leyendo best sellers.
¿Cuántos de esos libros serán valiosos en 10 años? ¿Y dentro de 100? ¿Y 1000?
Vivimos en la época con la mayor producción de información de la historia de la humanidad, pero esto tiene un precio: el ruido. Hay un ruido ensordecedor de información banal que impide escuchar lo valioso. Diariamente consumes unos 35 gigabytes de información (Bohn & Short, 2012).
Seguro que, al igual que yo, tienes una lista de libros por leer infinita.
Una día, charlando con Lola, una lectora, calculamos que completar la lista de libros que tengo pendientes me tomaría 5 años sin parar de leer. Da miedo. ¿Qué hacer entonces, si me moriré sin leer todo lo que querría?
Usar el Efecto Lindy.
Cuando dudo sobre qué es lo próximo que voy a leer, uso el Efecto Lindy y vuelvo a los clásicos, son una apuesta segura. Es mucho más probable obtener inspiración de Platón que del autor del momento. No significa que no haya genios en el presente, significa que el tiempo aún no ha cribado el grano de la paja.
No puedo dejar de pensar en Augusto Monterroso.
"Guatemala era un país tan pobre que en la biblioteca solo había libros buenos".
Tenían pocos libros, pero sabían elegir.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué libro clásico te ha inspirado y crees que seguirá leyéndose dentro de 100 años? Yo creo que una será 1984, de George Orwell.
💭 Cita del día: «Me siento la persona más vieja del mundo y con la mayor vida aún por recorrer». Pasing, Nella Larsen.
Nos vemos pronto, cuídate 😊.
Referencias 📚
Bohn, R. E., y Short, J. E. (2012). Measuring Consumer Information. International Journal Of Communication, 6, 980-1000. https://ijoc.org/index.php/ijoc/article/view/1566/743
Repositorio de la Universidad de Salamanca. (2000). Augusto Monterroso: La biblioteca que tan pobre era que sólo tenía libros buenos. https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/118660/EB12_N114_P46-47.pdf?sequence=1. Transcripción de parte del vídeo "Monterroso en su jardín".
Taleb, N. N. (2014). Antifrágil: Las cosas que se benefician del desorden.
Miro mi biblioteca y permanecen libros de mitología, los de Irving Yalom, Mujeres que corren con lobos. Mis libros han ido mutando, en mi adolescencia vivía comprando novelas de amor y misterio, hoy ya no consumo nada de eso. Pero pasan los años, y algunos siempre permanecen ( en mi corazón y en mi memoria también). No sé si son clásicos, son los que tuvieron un impacto especial en mi vida.
Estas cosas las vas aprendiendo con el tiempo o leyendo buenos artículos. Hecho mucho en falta que a los veinte o treinta no me hubiesen guiado mejor, me habría ahorrado muchas horas de lecturas que ni recuerdo, ni que creo que me hayan aportado nada ni siquiera en su momento. Últimamente he empezado a deshacerme, sin rasgarme las vestiduras, de libros que no tenían ninguna trascendencia, lo que hace que mi biblioteca sea más reducida pero vaya adquiriendo otro valor intelectual, aunque, desde luego, estoy muy lejos de la Biblioteca de Guatemala en la época de Monterroso.