🏷️ Categorías: Atención, Práctica deliberada.
A diario intentamos convencernos de que podemos hacerlo todo a la vez: responder correos, conversaciones por Whatsapp, atender una llamada y planificar la siguiente tarea mientras revisamos las notificaciones del móvil. Se nos ha vendido la idea de que ser multitarea es un logro, que es sinónimo de “productividad”.
Lo hemos idealizado hasta el punto de incluir “multitarea” en nuestro currículum como si fuera una habilidad deseable. He podido ver esto con mis propios ojos.
Craso error.
Como dijo Lord Chesterfield, un político británico, allá por 1740 a su hijo, "hay tiempo suficiente para todo durante el día si haces una cosa a la vez, pero si intentas hacer dos cosas a la vez no tendrás suficiente tiempo ni en un año" (Rosen, 2008).
Cuánta razón tenía…
Aunque nos guste creer lo contrario, la ciencia y nuestra propia experiencia demuestran que intentar hacerlo todo a la vez es realmente imposible.
El impacto de la multitarea en tu cerebro
Confusión, eso es lo que hay.
Lo que ocurre cuando intentamos hacer multitarea es que el cerebro no se dedica a todas simultáneamente; solo salta de una a otra constantemente, desgastando la concentración en el proceso (Koechlin et al., 1999; Hallowell, 2006). Una vez has cambiado tu foco de atención, no vuelves a concentrarte al instante, toma un tiempo conocido como “coste atencional”, que va de 15 a 20 minutos (Mark et al., 2008; Smith, 2003). Teniendo en cuenta que la persona promedio mira el teléfono 5 veces a la hora (Andrews et al., 2015), muchas personas pasan el día entero haciendo cosas sin llegar nunca a concentrarse y ser realmente productivas.
La multitarea va contra el funcionamiento natural del cerebro.
Cuando haces multitarea, la sangre fluye con más intensidad hacia una zona llamada Brodmann 10, que se encarga de manejar prioridades y decisiones. Pero este proceso tiene un precio, estás destinando recursos mentales en organizar acciones que no harían falta si hicieses las cosas de una en una (Koechlin et al., 1999).
Pero hay más, también afecta a tu memoria y tu capacidad de cribar información.
Cuando te enfocas, se activa el hipocampo, útil para memorizar información. Sin embargo, cuando estás en multitarea, el cerebro tiende a usar el estriado, una región implicada en el aprendizaje de habilidades como montar en bicicleta. Este desvío en el uso de la memoria hace que luego sea más difícil recordar la información, relacionarla y aplicarla (Foerde et al., 2006), además de que la multitarea te impide decidir qué información es relevante y cuál no (Ophir et al., 2009).
La multitarea te hace perder tiempo, cansarte más, memorizar peor y elegir peor.
Así de beneficiosa es.
Cómo mantener la atención en un mundo distraído
1. Un sistema para organizar tareas y ponerlas en cola
En lugar de recibir un bombardeo diario de tareas y estar todo el día cambiando de una a otra, mantén 2 o 3 tareas activas como máximo y deja el resto de tareas en una lista de espera, todas organizadas por prioridad. De esta manera consigues eliminar la fatiga de tener que es lo siguiente y dejarás de pensar en todos los proyectos.
A menos distracciones en la cabeza, más espacio tienes para lo que importa.
Lo puedes hacer en físico o en digital de muchas maneras, te recomiendo que uses un Kanban o el método de Ivy Lee para aplicarlo lo que comento. Ambos métodos los tienes ya explicados con todo detalle en cartas previas y te ayudarán a organizar sin estrés y de forma sencilla.
Ahorrarás tiempo y energía.
2. Elimina tantas notificaciones como puedas (o todas)
Imagina que mientras trabajas alguien está cada 15 minutos tocándote el hombro para decirte, “perdona, ¿tienes un momento?” ¿Te podrías concentrar en esas condiciones? Pues eso mismo sucede cuando suenan las notificaciones.
El coste atencional del que hablábamos está robándote el tiempo.
Para evitar distracciones, dedica un espacio de tiempo a atender el correo, Whatsapp, redes sociales, llamadas, reunirte, etc. Yo llamo a ese tiempo “comunicación” y suelo hacerlo en 2 intervalos de 30 minutos máximos cada uno; un intervalo al medio día y el otro antes de la noche. Es ahí y no en cualquier momento cuando atiendo toda mi comunicación en orden de prioridad.
Si queda algo pendiente, no pasa nada, mañana será otro día y pasado también.
Si tú no controlas las notificaciones, las notificaciones te controlarán a ti.
Y sí, se que a veces puede ser difícil hacer lo que digo. No te preocupes si no puedes estructurar el 100% de tu comunicación, yo tampoco puedo, pero solo con que puedas organizarte el 50%, la diferencia será enorme. Piensa que al organizar las tareas y eliminar notificaciones serás más eficiente, por lo que ahorrarás tiempo que podrás dedicar en disfrutar otras cosas y descansar más.
Es crucial ir de la atención plena al descanso pleno, y no vivir en mitad de ambas, por que al final ni trabajas ni descansas.
Como le dijo Lord Chesterfield a su hijo hace más de 250 años, "hay tiempo suficiente para todo durante el día si haces una cosa a la vez, pero si intentas hacer dos cosas a la vez no tendrás suficiente tiempo ni en un año".
✍️ Te toca a ti: ¿Cuántas veces al día haces multitarea? No es fácil, pero yo trato de que sea el mínimo tiempo para estar presente al máximo en lo que hago.
💭 Cita del día: «Es mejor dedicar dos o tres horas de concentración intensa a una cosa que ocho horas de atención difusa. Quieres estar lo más presente posible en lo que estás haciendo». Robert Greene, Mastery-greene.
Ojalá que te haya gustado, ¡nos vemos prontito! 👋
Referencias 📚
Andrews, S., Ellis, D. A., Shaw, H., & Piwek, L. (2015). Beyond Self-Report: Tools to Compare Estimated and Real-World Smartphone Use. PloS One, 10(10), e0139004. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0139004
Foerde, K., Knowlton, B. J., & Poldrack, R. A. (2006). Modulation of competing memory systems by distraction. Proceedings Of The National Academy Of Sciences Of The United States Of America, 103(31), 11778-11783. https://doi.org/10.1073/pnas.0602659103
Hallowell, E. M. (2006). CrazyBusy: Overstretched, Overbooked, and about to Snap : Strategies for Coping in a World Gone ADD. Random House Digital, Inc.
Koechlin, E., Basso, G., Pietrini, P., Panzer, S., & Grafman, J. (1999). The role of the anterior prefrontal cortex in human cognition. Nature, 399(6732), 148-151. https://doi.org/10.1038/20178
Mark, G., Gudith, D., & Klocke, U. (2008). The Cost of Interrupted Work: More Speed and Stress. University Of California. https://ics.uci.edu/~gmark/chi08-mark.pdf
Ophir, E., Nass, C., & Wagner, A. D. (2009). Cognitive control in media multitaskers. Proceedings Of The National Academy Of Sciences Of The United States Of America, 106(37), 15583-15587. https://doi.org/10.1073/pnas.0903620106
Rosen, C. (2008). The Myth of Multitasking. The New Atlantis. https://www.thenewatlantis.com/wp-content/uploads/legacy-pdfs/20080605_TNA20Rosen.pdf
Smith, R. E. (2003). The cost of remembering to remember in event-based prospective memory: Investigating the capacity demands of delayed intention performance. Journal Of Experimental Psychology: Learning, Memory And Cognition, 29(3), 347-361. https://doi.org/10.1037/0278-7393.29.3.347
Que coincidencia tan especial. Unos minutos antes leía un libro sobre estar presente, ser consciente de tus pensamientos y fungir de observador. Fusionando esas ideas con lo que compartes, pienso; si trabajo haciendo muchas cosas a la vez, vivo con mucho a la vez, pienso todavía más a la vez y siempre estoy difuminada en todo, lo que me lleva a sentir que me cuesta ser observadora, porque claro, eso implica hacer una sola cosa a la vez.
Sin duda probaré las ideas que sugieres. ¡Gracias!
Vivimos tan equivocados que olvidamos vivir.