Semivida digital: ¿Cuánto tiempo durará tu contenido antes de ser olvidado?
La relación entre plataformas y la vida de tus publicaciones
🏷️ Categorías: Escritura, Matemáticas.
Hace mucho tiempo, Jardín Mental tuvo una cuenta en Twitter.
Mucho, mucho tiempo atrás.
No había usado Twitter antes, pero cuando comencé a escribir, pensé que tal vez esa red sería el lugar adecuado para darle mayor alcance a mis palabras. Bastó poco para darme cuenta de que una idea bien pensada no cabía en 280 caracteres; que para transmitir algo con la profundidad que yo quería dar mis textos en Substack, tendría que recurrir a hilos interminables. Y allí me lancé, con hilos larguísimos de ideas encadenadas. Pero pronto apareció un problema aún mayor y que no me esperaba.
La fugacidad de esa plataforma.
Observé un patrón: los textos que se volvían virales solían ser los más breves y recién escritos. Aun así, su visibilidad era fugaz; al día siguiente, otro contenido reemplazaba lo que estaba en tendencia. Me di cuenta de que, aunque dedicase horas a construir un hilo bien pensado, nadie tendría el tiempo o la paciencia para leerlo con calma. Y lo más frustrante: aun en el improbable caso de que fuera leído y compartido, el interés se esfumaría en menos de un día. Era una red muy rápida de usuarios interesados en contenido breve y sin profundidad.
No era un espacio para lo pausado ni lo duradero.
Su esencia misma iba contra mis principios.
Yo aspiro a escribir y consumir contenido sin fecha de caducidad.
Twitter no era mi lugar.
Semivida digital: ¿Cuánto tiempo vivirán tus escritos?
Mi experiencia en Twitter tiene relación con la física nuclear, sí, leíste bien, te explico.
Hay un concepto de la física nuclear llamado “periodo de semidesintegración” o “semivida”, que es el tiempo que tarda un elemento químico radiactivo en perder el 50% de su radioactividad. He creado un concepto con esta idea: “semivida digital”, o sea, el tiempo que pasa hasta que una publicación consigue el 50% de su popularidad.
Un estudio calculó esto que yo he llamado “semivida digital” (Graffius, 2024).
Estoy impresionado.
Fíjate en los números…
En Snapchat, el contenido se esfuma en 1 día; en Twitter, un post alcanza su clímax en unos 43 minutos; en Instagram y Facebook, unas horas y nada más. En cambio, un video de YouTube o una imagen en Pinterest logra mantenerse a flote días o semanas. Y luego están los blogs, esos viejos amigos, en donde un artículo puede seguir resonando durante años, como esos libros polvorientos en las estanterías que alguien descubre de repente y revive con una mirada nueva.
Estas esperanzas de vida son el efecto Lindy aplicado a las redes sociales.
Es inevitable que esto te haga pensar.
Más allá de las frías cifras de semivida digital, uno empieza a ver cómo el estilo de vida moderno se ha filtrado también en la escritura, en la forma misma de expresarnos. La escritura está siendo arrastrada hacia la superficialidad con textos que tienen fecha de caducidad cada vez más breve.
A más breve es la semivida de una plataforma, mayor es la necesidad de seguir publicando para no desaparecer del radar del algoritmo de recomendación.
Pero este ritmo exige sacrificios de calidad en pos de la cantidad.
Es lo que el mundo de la moda ya bautizó como fast fashion: piezas creadas para durar poco, ser desechadas y volver a consumir otras en tendencia. Aquí lo vemos replicado en algo que podríamos llamar fast content. El contenido se vuelve un combustible que se quema y se reemplaza con el único objetivo buscar la reacción rápida en el público, aunque eso signifique apartarnos de la creación pausada, la que invita a detenerse, pensar, cuestionar y debatir.
Justamente esa es la escritura que persigo.
El mapa de contenidos
Todo lo que escribimos y consumimos tiene su lugar en este mapa de contenidos.
El mapa tiene 2 coordenadas:
Específico — Universal
Temporal — Atemporal
Piensa en el contenido que creas y consumes. ¿En qué espacio suele estar?
En tu mundo existe aquello a lo que le prestas atención, pensar el sitio que quieres ocupar en este mapa es una decisión vital. Ese fue el motivo que me hizo dejar de ver las noticias y dejar casi todas las redes sociales: no me nutrían en absoluto. Ahora priorizo mi tiempo para leer obras atemporales de la literatura, que sí me llenan.
Lo mismo pasa si escribes. ¿Cuál es tu estrategia y en qué plataforma la harás?
Yo busco la atemporalidad, y lo hago porque en ella encontré la posibilidad de crear algo que aportase valor a quien me lea ahora y en el mañana.
Específico: Cómo ajustar un telescopio para ver planetas. Es ideal para un público reducido y apasionado que busca esa información. Serás la persona de referencia.
Universal: La primera vez que viajé solo (con miedo). Una experiencia con la que muchas personas pueden identificarse, pero también muchas personas pueden estar ubicadas en este espacio del mapa escribiendo lo mismo que tú.
Temporal: Cómo la Inteligencia Artificial cambiará los empleos en 2025 captaría la atención ahora, aunque perderá relevancia en unos años.
Atemporal: Reflexiones sobre el miedo al fracaso es un texto profundo que perdura a través de los tiempos y al que siempre volveremos para releerlo.
Elige con intención lo que creas, lo consumes y dónde lo haces.
Recuerda las semividas digitales y pregúntate: ¿Qué tan valioso será el contenido que hago y consumo en 1 hora?
¿Y en 1 día?
¿Y en 1 mes?
¿Y en un año?
Por esto dejé Twitter.
✍️ Te toca a ti: ¿Cuál crees que es la semivida digital de Substack? Yo estoy haciendo que aumente a través de la Biblioteca de contenido que recién he creado. Así nada caerá en el olvido y podrá ser releído.
💭 Cita del día: «—¿Qué tengo que hacer para convertirme en lo que quiero ser? Debes eliminar sin piedad las prisas de tu vida» John Mark Comer, The Ruthless Elimination of Hurry
¡Nos vemos! Cuídate 👋
Referencias 📚
Graffius, Scott M. (2024). Lifespan (Half-Life) of Social Media
Hola Álvaro, espero que estés muy bien. Ayer en un taller de fotografía y escritura nos debatíamos lo atemporal. Pero un poco más relacionado con la foto, el scroll infinito y la detención un minuto de contemplación de la misma.
Algo que hacemos (o hacía en mi caso) con instagram, era ver una obra en la pantalla sin tocar un libro, ver la textura de la imagen. Creo que lo atemporal nos enseña a contemplar. No sé porque el ojo humano se envicia con el scroll o las ganas de no detenerse a "pensar" estéticamente en el contenido. Por suerte en el taller escribimos posándonos en una obra (En este caso de Juan Bello, el párrafo se lo regale a mi profesor, pero la frase que lo termina es: "la prisa deshace el tiempo". Gracias por compartir.
Nuestra ideas siempre ha sido producir artículos que tengan un vida larga. Aunque estoy seguro que un futuro mirare atrás y pensare que en algunos me equivoqué, que hubiese escritos algunos diferentes, creo que hacemos un buen trabajo y que intentamos ser responsables... una de las razones por las cuales estamos acá es porque buscamos una vida digital más larga... y una audiencia más grande de lo que podrían ofrecer otros medios.
Gracias por esta columna. Me imagino que los views siguen llegando a artículos antiguos. Conforme crece los subscribers imaginamos que algunos vuelven a descubrir columnas antiguas. También estas se pueden compartir por Notes y encontrar una nueva vida.