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Flores, solo eran flores.
En 1637, los tulipanes, que eran considerados un artículo de lujo en Europa, comenzaron a incrementar su precio exageradamente en los Países Bajos. La noticia de que los bulbos para cultivar tulipanes no paraban de encarecerse se propagaba por todas partes. Desde noviembre del 1636 hasta febrero del 1637 los bulbos de tulipanes incrementaron su precio en un 1500% (Thompson, 2006).
Nadie quería perderse la oportunidad del siglo.
Era una carrera frenética, el miedo a quedarse atrás en "la inversión del siglo" fue tan poderoso que muchos vendieron todo lo que tenían para perseguir la promesa de la fortuna. Pero llegó febrero de 1637. El 5 de febrero, un lote de 99 bulbos de tulipanes se vendió por 90000 florines: fue la última gran venta.
Para comparar, 100 cerdos costaban 3000 florines, pero nadie quería cerdos.
Al día siguiente la burbuja estalló, ya nadie quería tulipanes y el precio se desplomó.
Muchos perdieron todo lo que tenían por seguir una brillante promesa que oyeron.
Una promesa que no llegó.
El miedo a perdérselo
El miedo a perderse una fortuna con la venta de tulipanes no nos debería sonar tan extraño. Si lo piensas, es el mismo sentimiento de habernos perdido algo que a veces hemos tenido al ver lo bien que le va a los demás y lo bien que se lo pasan. Es el miedo a perdérselo, el dichoso FOMO (“Fear Of Missing Out”), por sus siglas en inglés.
Siempre había existido, pero jamás tuvo tanta cancha para jugar en nuestra contra.
En el hiperconectado mundo del presente, donde las redes sociales son un escaparate constante de lo que otros están haciendo, el temor a perderse lo que el resto está disfrutando se magnifica (JWT, 2011). Desde la fiesta a la que no fuiste hasta el nuevo trabajo que parece más prometedor que el tuyo, si no le ponemos límite, el FOMO se cuela en cada rincón de nuestra vida, recordándonos todo aquello que nos perdimos.
Da igual cuanto hagas, nunca sentirás que conseguiste lo suficiente.
Por qué dejé (casi) todas las redes sociales
Un día miré el tiempo de uso que tenía por aplicación en mi teléfono.
Me llevé las manos a la cabeza.
Pasaba demasiado tiempo pendiente de la actualización constante de contenido. Entraba en cada red social sin más propósito que recargar la página y comprobar si había algo nuevo. Mi intención ya ni siquiera era ver algo en concreto, era algo tan ridículo como ver si había novedades.
Esto ya no era una simple manía, realmente me afectaba en mi día a día.
Y es que el FOMO…
Empeora el bienestar emocional y está relacionado con problemas de salud mental como la ansiedad y el estrés (Baker et al., 2016; Stead & Bibby, 2017).
Crea dependencia a redes sociales, fatiga mental y te hace comprobar compulsivamente las novedades (Przybylski et al., 2013; Blackwell et al., 2017).
Así de nocivo puede ser sentirse espectador y no partícipe de lo que otros disfrutan.
FOMO en el marketing
El FOMO ha encontrado un cómodo hogar en el mundo del marketing. La estrategia es simple: generar sensación de urgencia con frases cuidadosamente elegidas.
"¡Oferta válida solo por hoy!"
"¡Solo 3 quedan unidades!"
"¡Solo por tiempo limitado!"
"¡Última oportunidad!."
En realidad, no hay ninguna escasez, es todo una percepción para generar FOMO, pero así es como tratan de vendernos casi todo. Si no me crees, échale un vistazo a esta carta en el que revelo las técnicas que usan en el marketing online a diario.
Destruye el FOMO
Si como me solía pasar, experimentas FOMO, prueba estas técnicas:
Desconecta del exterior para reconectar con tu interior
Limita tu tiempo en redes, quítate todas las notificaciones o directamente elimínalas.
Yo usé Freedom para bloquear esas páginas. A menos tiempo pases mirando lo que sucede afuera, más tiempo pasarás cultivando tus verdaderos propósitos y haciendo aquello que te llena. Pura matemática.
Disfruta haberte perdido cosas
Eso es el JOMO, el "Joy of Missing Out" (Leunig, 2017).
En lugar de lamentar no haber ido a una fiesta, celebra el tiempo que has ganado para desconectar y cultivas tus pasiones.
Lo hago cada vez más en mi diario. Por las noches, escribo sobre los momentos que realmente me llenan y cómo me hicieron sentir, escribir sobre esto es saber elegir lo que me importa y estar feliz por todo lo que me perdí. Como hace unas semanas, que pasé 2 noches en el campo con amigos, observando el cometa Tsuchinshan.
Un cometa que no volverá a verse en siglos.
Mágico y efímero.
Ya lo dije una vez y así lo creo, “elegir una cosa significa renunciar a otra, y esa renuncia es lo que otorga valor a la decisión, es lo que nos define y hace que amemos nuestro camino.”
Perderme el resto de cosas solo reafirma que estoy alineado con mis propósitos.
El FOMO ya murió hace tiempo.
✍️ Te toca a ti: ¿Cuántas veces has permitido que el FOMO influya en tus decisiones? Durante mi adolescencia dirigió mis propósitos, pero ya no.
💭 Cita del día: «...y acabarás echando de menos las pequeñas cosas, los momentos que crees que no te importan... pero te importan. Momentos que te hacen olvidar todo lo demás». Dustin Thao, You've Reached Sam.
¡Nos vemos en la próxima y no te pierdas lo realmente bueno! 👋
Referencias 📚
Blackwell, D., Leaman, C., Tramposch, R., Osborne, C., & Liss, M. (2017). Extraversion, neuroticism, attachment style and fear of missing out as predictors of social media use and addiction. Personality And Individual Differences, 116, 69-72. https://doi.org/10.1016/j.paid.2017.04.039
Baker, Z. G., Krieger, H., & LeRoy, A. S. (2016). Fear of missing out: Relationships with depression, mindfulness, and physical symptoms. Translational Issues In Psychological Science, 2(3), 275-282. https://doi.org/10.1037/tps0000075
JWT. (2011). Fear Of Missing Out. http://web.archive.org/web/20121113001021/http://www.jwtintelligence.com/production/FOMO_JWT_TrendReport_May2011.pdf
Leunig, M. (2017, 15 julio). JOMO. Leunig. https://www.leunig.com.au/works/recent-cartoons/769-jomo
Przybylski, A. K., Murayama, K., DeHaan, C. R., & Gladwell, V. (2013). Motivational, emotional, and behavioral correlates of fear of missing out. Computers In Human Behavior, 29(4), 1841-1848. https://doi.org/10.1016/j.chb.2013.02.014
Stead, H., & Bibby, P. A. (2017). Personality, fear of missing out and problematic internet use and their relationship to subjective well-being. Computers In Human Behavior, 76, 534-540. https://doi.org/10.1016/j.chb.2017.08.016
Thompson, E. A. (2006). The tulipmania: Fact or artifact? Public Choice, 130(1-2), 99-114. https://doi.org/10.1007/s11127-006-9074-4
Leerte siempre es un gran placer para los sentidos.
Gracias de nuevo por poner en palabras algo que ya sabemos pero que a veces olvidamos, o al menos yo. ¡Qué necesario es este recordatorio de vez en cuando!