🏷️ Categorías: Creatividad, Atención, Tiempo.
No hay nada inmóvil.
¿Qué sucedería si durante un año observases cada día una misma cosa? Un árbol, una roca, un metro cuadrado de tierra… La quietud se convertiría en movimiento y tus ojos profundizarían en detalles que nadie más ve.
Esa es la idea de la contemplación.
Siempre nos fijamos en lo que brilla, lo que nos atrae por su color, movimiento o forma. Por contraste, el resto de cosas parecen estáticas, pero solo quienes contemplen con paciencia verán cómo lo estático se mueve. El pintor Monet sabía muy bien lo que te estoy contando.
Monet dedicó un año entero a contemplar montones de paja en los campos.
En su serie de cuadros “Los Almiares”, pintó estos montones (almiares) en momentos y estaciones del año completamente diferentes. 29 lienzos que demuestran cómo la mirada paciente puede ver detalles que el resto no perciben y cómo nada está quieto.
¿Qué puede haber más trivial que pintar montones de paja?
Inmortalizó a los almiares bajo todo tipo de condiciones: amanecer, atardecer, mediodía, en la nieve, en la lluvia, durante los calurosos veranos, en el verdor de la primera, cuando el otoño tiñe de naranja los suelos con hojas secas, etcétera.
Aquí puedes ver algunos de los 29 lienzos de la serie.
Un cuadro por separado no significa nada, es la suma de todos lo que nos demuestra que hasta lo más estático y trivial oculta movimiento y detalles.
El tiempo no deja nada quieto.
Menos hacer y más ser
El filósofo Byung-Chul Han, hablaba de que en nuestra era moderna, dominada por la acción constante, hemos perdido la capacidad de simplemente ser en lugar de hacer.
A través de la contemplación nos inspiramos y aprendemos de detalles sutiles.
Un simple paseo por un parque, se transforma en una oportunidad para observar la interacción de la luz con las hojas, el movimiento casi imperceptible de una brisa o la vida oculta de los insectos que bajo las hierbas dan vida al parque.
Miles pasan cada día por el parque, casi nadie ha visto realmente el parque.
La contemplación, en este sentido, es un acto de resistencia contra la constante presión de estar siempre haciendo algo.
Es una invitación a ser y no a hacer.
Esta misma sensación de ver los almiares la he vivido con mucha intensidad al ver fotografías antiguas y al leer entradas pasadas de mi diario.
El paso del tiempo en nuestras vidas es tan sutil y gradual que a menudo no percibimos los cambios que experimentamos. Pero al mirar imágenes de momentos lejanos, de repente somos conscientes de cómo hemos cambiado, de la misma manera en que los almiares de invierno se diferencian de los del verano.
Esta reflexión sobre el tiempo fue la que me llevó a comenzar mi diario.
Cada día es una nueva oportunidad para trazar mi propio autorretrato, para ser un almiar inmóvil en el campo de mi vida. Un solo día es insignificante, pero al revisar las entradas en conjunto, como los almiares, es cuando comienzo a ver cómo he cambiado con el paso del tiempo.
La memoria se traicionera, se distorsiona y la perdemos cuando nos vamos del mundo, pero las palabras permanecen, como los almiares de Monet.
✍️ Te toca a ti: ¿Te gusta tomarte un momento para observar algo aparentemente simple y descubrir su mundo oculto?
💭 Cita del día: «La contemplación parece ser el único lujo que no cuesta nada».
I Capture the Castle, Dodie Smith.
Gracias por acompañarme en esta nueva oportunidad, nos vemos pronto ♥️.
Referencias 📚
Han, B. (2012). La sociedad del cansancio.
Monet, Claude (1890). Grainstacks in the Sunlight, Morning Effect. Colección privada.
Monet, Claude (1890). Grainstacks, in Bright Sunlight. Hill-Stead Museum, Farmington.
Monet, Claude (1890-91). Grainstack, White Frost Effect. Shelburne Museum, Vermont
Monet, Claude (1891). Stacks, End of Summer, (Meules, fin de l'été), Musée d'Orsay, Paris, Francia.
Monet, Claude (1891). Stack of Wheat (Thaw, Sunset). The Art Institute of Chicago.
Monet, Claude (1891). Wheatstacks, Snow Effect, Morning. J. Paul Getty Museum.
"El placer de contemplar" el título que le diste a la carta no podría ser mejor y ahora que lo pienso me encanta contemplar el cielo, los colores que nos brinda el amanecer, el atardecer y la noche cada uno tan diferente y tan único que solo puede suceder esa única vez.
Amo tomar fotos de ese pequeño instante que tengo con el paisaje que se presenta ante mis ojos porque es un regalo de la vida, porque me hace valorar lo que el paso del tiempo trae consigo y porque así como lo mencionas, nada permanece estático y todo esta en continuo movimiento porque somos energía.
Cuando mencionas lo del parque, me sentí super identificado. Cantidad de veces que pasamos por lugares llenos de vida y su propia historia, y pasamos de largo sin darnos cuenta.
Y sobre las fotografías ni te cuento. Gran parte de mi inspiración para muchos de mis artículos ha sido justamente contar la historia detrás de las imágenes que voy capturando. No siempre son tan llamativas, pero es cuestión de observarlas bien para ver que hay mucho más.