Tienes 20000 días como adulto: 7 claves para que no pasen en vano
Haz que cada día cuente
🏷️ Categorías: Gestión del tiempo, Práctica deliberada, Tiempo, Motivación.
Si vives en un país desarrollado, enhorabuena.
Según la OMS, la esperanza de vida en España, por ejemplo, es de unos 83 años y es similar en países desarrollados como en el que tú vives, si tienes suerte. Pero si pensamos en media mundial, que serían unos 73 años y restamos los primeros 18 años de adolescencia y niñez, eso nos deja unos 20000 días como adultos.
20000 días.
Piénsalo. No es una cifra infinita. Son 20000 amaneceres en los que podrás abrir los ojos y disfrutar del día… y luego, no volver a vivirlo jamás. Sin embargo, vivimos como si no se fueran a acabar, como si fuéramos eternos.
La frase más peligrosa que he escuchado jamás: “ya lo haré algún día”.
“Algún día haré el viaje.”
“Algún día escribiré el libro.”
“Algún día empezaré a entrenar.”
“Algún día” no es ningún día de la semana ni del calendario.
Si alguna vez pensaste lo rápido que pasa el tiempo, que incluso los años vuelan… No estás solo. Pero sí estás a tiempo. Cuando me di cuenta de esto, pensé en mejorar mi rutina matutina. Aún sigo aprendiendo, pero te contaré 7 ideas que uso para mis 20000 días y que puedes aplicar desde hoy mismo.
Vamos allá.
1. Haz lo importante en tu pico de energía
Ernest Hemingway dijo en 1954 que tenía una regla inquebrantable:
"Escribo tan pronto como puedo después de que salga el sol”
Y no era un capricho. Era la rutina que le hacía poder ser escritor.
Hemingway entendía algo que a la mayoría nos toma tiempo aprender: el recurso más valioso de cada día es la energía que tenemos. Madrugar le daba el silencio, la claridad de no tener distracciones y las energías necesarias para ser prolífico.
Le gustaba empezar a las 6 y escribía hasta el mediodía. El resto del día, para ocio.
Lo importante, lo hacía primero, en su pico de energía.
Y tú, ¿estás dedicando tus mejores horas a tus mejores cosas?
Si no lo haces, prúebalo mañana. Identifica tu momento pico de energía y úsalo para tu prioridad número 1. Para muchos es la mañana, así que prueba a madrugar y ve directo a lo importante antes de que el mundo empiece a gritarte cosas urgentes.
2. Apaga el teléfono y déjalo en otra habitación
Suena simple. Tan simple que solemos ignorarlo, y justo por eso pagamos el precio.
Un teléfono es una máquina infinita de distracción. Una notificación, una vibración, una duda rápida que te lleva a Google, y cuando quieres darte cuenta, 40 minutos se han esfumado mientras mirabas la pantalla. Una cosa te lleva a la otra y luego a otra y otra más... Siempre pasa. Lo expliqué con detalle aquí, aquí y aquí.
Haz la prueba mañana, ponlo en modo avión en tu pico de energía.
Tu rendimiento si que va a despegar.
Desconéctate del exterior para reconectar contigo.
3. Retrasa la apertura del correo
Cuesta acostumbrarse, pero es necesario no abrir el correo a las 9:00 AM.
Solemos acudir a la bandeja de entrada como a todas las redes sociales, con urgencia, con el FOMO se sentir que nos estamos perdiendo algo, pero piénsalo: ¿Cuántos correos son urgentes de verdad? ¿Cuántos podrían esperar un rato y no pasaría nada?
Nadie con una emergencia real lo dice por correo.
Evita comenzar el día reaccionando. Priorízate.
Deja el correo para luego, nadie morirá si no respondes a las 9:01 AM.
4. Prepárate en la noche
Dedica cada noche unos minutos a dejar todo listo para el día siguiente.
Ya sea ropa, objetos o tareas. En cuanto a las tareas lo más efectivo es el método de Ivy Lee, que surgió hace más de 100 años y aún supera a cualquier app moderna.
Escribe las 6 tareas más importantes para mañana.
Ordena las tareas por prioridad, de mayor a menor.
Haz al día siguiente las tareas en orden y no cambies de tarea hasta acabarla.
Decide si mover las tareas incompletas a la lista de mañana o borrarlas.
Este método te obliga a priorizar. A tomar decisiones. A hacer menos, pero mejor.
¿Quieres avanzar todos los días, incluso en el día que está todo patas arriba?
Prepara la noche.
5. Distingue lo importante de lo urgente
¿Te ha pasado que terminas el día agotado y con la sensación de no haber hecho nada realmente? Nos pasa cuando estamos en lo urgente pero no importante.
Para salir de ese problema, usa la matriz de Eisenhower:
Urgente e importante → Hazlo ya.
Importante pero no urgente → Planifícalo y pone fecha.
Urgente pero no importante → Hazlo cuando puedas, delega o elimina.
Ni urgente ni importante → Ignóralo.
Procura priorizar el segundo cuadrante: Lo importante pero no urgente. Ahí está casi todo lo de alto valor que te ronda la cabeza: Aprender ese idioma. Escribir un libro. Lanzar ese proyecto. Hacer ejercicio a diario.
¿Lo urgente? Siempre grita más fuerte.
Pero lo importante... es lo valioso.
6. Modo láser vs. modo faro
Queremos estar concentrados el 100% del tiempo, pero el cerebro no funciona así.
Podemos dividir la atención en 2 modos mentales: atención focal y atención difusa, o modo láser y modo faro, como les suelo decir.
Modo láser: Enfocado en una sola cosa, eres muy productivo, pero es agotador.
Modo faro: Dejas a la mente volar, no estás en nada, pero habitas entre ideas.
El primero sucede frente al escritorio en silencio, el segundo cuando te duchas, paseas o viajas en tren y miras por la ventana. Lo cuento en detalle aquí. Como no se puede mantener el modo láser todo el día, para rendir más hay que descansar mejor.
No te quedes en el punto medio, porque ni descansarás bien ni rendirás bien.
7. Crea una rutina
Hay quien empieza el día con escritura, otros meditación, otros con deporte. En mi caso, me levanto, leo mi lista de Ivy Lee y escribo al amanecer, como Hemingway.
De modo similar, podrías tener una rutina para tus proyectos. La rutina será un desencadenante temporal que te hará superar la desgana inicial y actuar incluso en los días que no te ves para ello. Se trata de reducir la fricción inicial.
Cuando construyes una rutina, no decides cada mañana si vas a hacer lo importante.
Solo lo haces.
Cómo usas las 20000 mañanas
Igual que el éxito repentino es inusual, el derrumbe instantáneo también lo es.
Las conductas improductivas o perjudiciales suelen ser el resultado de decisiones graduales que forman malos hábitos y se acumulan con el tiempo. Suelen surgir de un entorno desfavorable y de malas decisiones que tienen bajo coste marginal.
Hablo de esas decisiones que no parecen graves hasta que se acumulan.
Saltarse un día el entrenamiento no es tan problemático.
Pasar la tarde frente a la pantalla del móvil tampoco.
No cuidar la alimentación un día no es terrible.
No dormir bien una noche tampoco.
Tomar esa decisión al inicio es barato, pero al largo plazo es una ruina irrecuperable.
Es más fácil mantener tus valores el 100% del tiempo que el 98% del tiempo, porque una vez que cedas, volver a ceder es todavía más fácil.
Pero también puedes elegir lo contrario:
Levantarte antes.
Cuidar tu descanso.
Proteger tus energías.
Apostar por los hábitos.
Crear rutinas que te activen.
Tienes 20.000 mañanas como adulto. Ya habrás usado un puñado.
¿Qué pasa con las que quedan?
✍️ Te toca a ti: ¿Cuáles de estas 7 estrategias vas a aplicar desde esta mañana?
💭 Cita del día: «El trabajo que nunca se empieza es el que más tarda en acabarse». J.R.R. Tolkien.
¡Nos vemos en la próxima, ten un buen día! 👋
Todo puntos básicos para una buena organización y muy bien expuestos y resumidos :)
Y con ese título me han dado ganas de volver a ver "20.000 días en la tierra", el docu de Nick Cave
En definitiva comenzaré por poner y hacer lo importante antes que lo urgente. Eso será pasar tiempo con Dios y escribir.