El sentido de una vida finita

Cómo encontrar la belleza en lo efímero

🏷️ Categorías: Tiempo, Felicidad, Memoria.

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A más abundante es algo, menos lo valoramos.

Si el tiempo fuese ilimitado nada tendría valor.

Nuestro recurso más valioso es el tiempo. No podemos producirlo, ni ahorrarlo, solo nos queda gastarlo. Si el tiempo fuese ilimitado y nuestra salud no se deteriorase tendríamos toda la eternidad por delante para hacer cualquier cosa.

La eternidad suena atractiva, pero ¿de verdad sería tan deseable?

El fin del coste de oportunidad

¿Qué es lo que más te gusta en esta vida?

No solemos pensarlo, pero la vida, a pesar de sus desgracias y belleza, cobra sentido porque es finita. Sin un final, todo perdería su sabor, su importancia. Lo finito nos obliga a elegir, a decidir qué hacer con nuestro tiempo y a definir quiénes somos. Es esa misma limitación la que da sentido a nuestra estancia en este mundo.

Es el coste de oportunidad, el coste de elegir una cosa y dejar perder otras.

Porque si viviéramos eternamente, las decisiones y metas no tendrían valor. Podríamos hacerlo todo, probar cada camino, vivir cada experiencia y lograr todas las metas que nos propusiéramos. Elegir una cosa significa renunciar a otra, y esa renuncia es lo que otorga valor a la decisión, es lo que nos define y hace que amemos nuestro camino. Estudiar una cosa y no otra, formar una familia con una persona y no con otra, perseguir un sueño y no otro…

Todo cobra valor cuando comprendemos que no podemos abarcarlo todo.

Es indispensable saber elegir con elegancia.

Y sí, siempre queda un rincón para la dudas, para el “y si hubiese elegido lo otro”. Ese ruido mental se llama pensamiento contrafactual, seguro que también te ha pasado. Lo que más me alivia es recordarme que tomé la mejor decisión con lo que sabía en ese momento. No es justo juzgar tu pasado con tu experiencia del presente.

El pianista sueña con admirar la belleza del espacio que el astronauta contempla. El astronauta, flotando lejos, añora la calidez humana y la belleza de la música.

Es el precio que pagamos por elegir ser quien somos.

La memoria te traiciona

Cuando algo brilla demasiado, el resto de cosas parecen no lucir tanto.

La memoria nos hace recordar los brillantes y fugaces momentos extraordinarios que han sucedido en nuestra vida. La realidad es que la inmensa mayoría de nuestra vida sucede en la simplicidad de lo cotidiano, en las rutinas que apenas notamos, en los buenos ratos con amigos, en las buenas costumbres que se vuelven rituales.

Ese fue el motivo que me llevó a comenzar mi diario: tener el superpoder de viajar el en tiempo a través de mi vida y valorar más cada día con sus detalles y cotidianidad.

Los actos cotidianos no son intensos, pero son los más gratificantes a largo plazo.

Lo extraordinario se consume en el acto:

• Nadie logra sus sueños a diario.

• Nadie se gradúa de la universidad a diario.

• Nadie publica libros a diario.

• Nadie tiene su primer hijo a diario.

• Nadie gana premios a diario.

Nadie vive lo extraordinario a diario, y si lo vive, deja de ser extraordinario.

No huyas de lo cotidiano, abrázalo y disfrútalo.

Son momentos que deseamos repetir y que dan dirección estable a una vida finita.

Somos el tiempo que nos queda.

✍️ Te toca a ti: ¿Qué piensas sobre la finitud de la vida? Encontrar estos motivos me hacen valorar aún más algo tan breve y bello.

💭 Cita del día: «Los calendarios y relojes existen para medir el tiempo, pero eso significa más bien poco porque todos sabemos que una hora puede parecer una eternidad o pasar en un instante, según cómo la empleemos».

¡Nos veremos pronto! Cuídate mucho 👋.