Superficiales: Lo que internet está haciendo a nuestras mentes
Destilando libros - Número 3
Te doy la bienvenida a Jardín Mental. La siguiente carta es parte de nuestra colección "Destilando libros", en la que extraemos las ideas más reveladoras de la literatura.
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🏷️ Categorías: Literatura, Atención.
«Lo que parece estar haciendo internet es mermar la capacidad de concentración y contemplación. Antes buceaba en el mar de las palabras. Ahora me deslizo por la superficie de la información como alguien en una moto acuática».
«La mente lineal está siendo desplazada por un nuevo tipo de mente que quiere y necesita absorber y repartir información en ráfagas cortas».
«En la lectura prolongada y sin distracciones de un libro, la gente hacía sus propias asociaciones, extraía sus propias inferencias y analogías, fomentaba sus propias ideas. Pensaban profundamente mientras leían profundamente. Ahora no».
— Nicholas Carr en Superficiales: ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?
Internet ha invadido cada rincón de nuestra vida.
Ya no es una herramienta, es el entorno en el que pensamos, nos comunicamos y aprendemos. Notificaciones, enlaces, redes sociales, videos, artículos... todo está en internet y se ha diseñado para captar nuestra atención en fragmentos breves.
Nicholas Carr advirtió en Superficiales una tendencia…
Internet no solo está cambiando cómo leemos, sino cómo pensamos.
La red está moldeando tu mente.
Tu cerebro, hackeado por la red
El cerebro es moldeable, la red lo moldea.
La neuroplasticidad nos permite adaptarnos a nuevos entornos, pero también significa que nuestra forma de procesar información cambia según el contexto. Antes, los libros fomentaban la atención plena y el pensamiento crítico. Hoy, internet nos entrena para escanear, saltar de un tema a otro y consumir en dosis rápidas.
"La Red nos está reconfigurando a su propia imagen, volviéndonos más hábiles para manejar y ojear superficialmente la información pero menos capaces de concentrarnos, contemplar y reflexionar" — Nicholas Carr, Superficiales.
"Si sabiendo lo que sabemos hoy sobre la plasticidad del cerebro, tuviéramos que inventar un medio para reconfigurar nuestros circuitos mentales de la manera más rápida y exhaustiva posible, probablemente acabaríamos diseñando algo parecido a internet" — Nicholas Carr, Superficiales.
Nicholas Carr menciona un inquietante estudio en su libro.
Tras solo 5 días de uso de Google, los cerebros de las personas cambiaron. Procesaban información más rápido, pero con menos profundidad. Es decir, internet nos ofrece información, pero cambia la forma en que la absorbemos (Small, 2008).
Nos volvemos más eficientes en tareas superficiales, pero no para reflexionar.
El Efecto "F"
Nadie lee en internet artículos completos.
Nicholas Carr explica que “escaneamos” información en un patrón de "F": leemos el inicio, saltamos al medio y abandonamos antes del final. Este comportamiento, reduce la comprensión y acostumbra al cerebro a un consumo fragmentado de conocimiento.
Los hipervínculos, las notificaciones, colores y animaciones producen una sobrecarga de contenido que fragmenta nuestra atención. Cada clic es una interrupción. Cada cambio de contexto debilita nuestra capacidad de retener información. Este hábito de leer en “F” en el entorno digital te impide alcanzar el nivel de concentración necesario para el pensamiento reflexivo.
No te puedes concentrar durante largos periodos y te cuesta comprender lo leído.
"Nuestro uso de internet implica una paradoja: la red atrae toda nuestra atención solo para dispersarla. Nos centramos intensamente en el medio, en la pantalla, pero nos distrae el fuego graneado de mensajes y estímulos que compiten entre sí por atraer nuestra atención." — Nicholas Carr, Superficiales.
"A medida que realizamos estas acciones, la Red emite una corriente constante de inputs a nuestras cortezas visuales, somático-sensoriales y auditivas. No son solo las formaciones de textos, fotografías y vídeos en perpetuo cambio, sino también los hipervínculos dinámicos que se distinguen unos de otros por estar subrayados o por tener otro color, o los cursores que cambian de forma según su función, o los títulos de e-mails destacados en negrita, o los botones, iconos y otros elementos virtuales que piden a gritos ser pulsados, arrastrados, soltados; o las casillas y formularios que esperan que alguien los rellene, además de anuncios y ventanas emergentes que atender o desdeñar. La Red apela a nuestros sentidos de forma simultánea, solo se salvan el olfato y el tacto, por ahora."
— Nicholas Carr, Superficiales.
Google es tu memoria
Antes, memorizábamos porque lo necesitábamos. Ahora, confiamos en Google.
Este "efecto Google" implica que, al saber que una información está disponible en línea, dejamos de esforzarnos por recordarla. Este es otro daño colateral del uso de internet. Al externalizar la memoria en internet, reducimos nuestra capacidad de formar recuerdos duraderos y de construir conocimiento a partir de ellos.
Te vuelves dependiente de la tecnología para recordar y por ende, para pensar.
No hay que memorizar, se puede consultar. Basta con tener una forma de buscar y encontrar eficazmente ya sea usando la memoria o con una herramienta de búsqueda. Parece que ya no es tan necesario aprender sino saber como encontrar cuando se necesite. — Nicholas Carr, Superficiales.
"Peter Suderman, que escribe en American Science, sostiene que, «ya no es eficiente usar nuestro cerebro para almacenar la información». Según su opinión, nuestra memoria debería adaptarse a funcionar como un simple índice que nos señale los lugares de la web donde se puede localizar la información que necesitamos. — Nicholas Carr, Superficiales.
Esta es la dirección hacia la que va el uso de nuestro cerebro cada vez más.
La era de lo superficial
La información más popular no es la más verdadera, es la más fácil de trasmitir.
¿Cuál es fácil de trasmitir?
La más superficial.
Los algoritmos potencian la información según su número de "me gusta" y "compartidos", lo que favorece el contenido con más potencial de volverse viral.
Es más fácil leer un hilo en Twitter que un ensayo de 5000 palabras.
Es más fácil ver un resumen en TikTok que un documental completo.
Y así, el debate se pierde y también perdemos la capacidad de pensar por nuestra cuenta, solo nos queda información popular y superficial. Acabamos sepultados en información que confirma nuestras creencias y evita que pensemos de manera crítica. Eso es lo que genera la ventana de “Para ti” de TikTok y Twitter.
Información que refuerce nuestro sesgo de confirmación.

Dopamina y la adicción a la inmediatez
Cada "me gusta", notificación o scroll activa el sistema de recompensa del cerebro.
Liberamos dopamina.
Es la misma sustancia que nos impulsa a repetir conductas placenteras, también nos atrapa en un ciclo de gratificación instantánea. El problema es que a más nos acostumbramos a la inmediatez, menos toleramos la frustración de tareas que requieren esfuerzo prolongado, como leer un libro o aprender algo pausadamente.
Nos volvemos impacientes, dependientes de la estimulación constante.
Cuando clicas un vínculo, se te aparece algo nuevo que mirar. Cuando buscas una palabra en Google, recibes en un abrir y cerrar de ojos una lista de datos interesantes. Cuando envías un texto, recibes respuesta en segundos. Cuando usas Facebook, atraes amigos. Cuando escribes en Twitter, aumentas el número de seguidores. La Red nos dota de nuevas y potentes herramientas con que recabar información, expresarnos y conversar, pero también nos convierte en ratas de laboratorio que accionan palancas a cambio de dopamina.
— Nicholas Carr, Superficiales
¿Cómo Recuperar el Control?
No se trata de demonizar Internet, sino de usarlo con intención. Algunas estrategias:
Bloquea distracciones: Usa aplicaciones para limitar tu tiempo en redes sociales, como Forest o Freedom. No permitas que las notificaciones te controlen.
Lee sin distracción: Lee en papel y si no puedes, lee en Ebook y elimina todas las distracciones. Yo pongo el teléfono en modo avión y leo en pantalla completa en el ordenador. Siempre cierro cualquier cosa que no sea el libro, te lo recomiendo.
Escribe a mano: Ayuda a retener la información más que la escritura digital.
Monotarea: Evita la multitarea para mejorar tu concentración.
Eleva tu criterio informativo: No te conformes con titulares, busca profundidad. En vez de consumir una tonelada de información al día, reduce el consumo pero profundiza en cada dato que te interese para saber más y llegar a conclusiones.
Si has llegado hasta aquí, has profundizado más que la mayoría superficial.
¿Sigues con curiosidad? Puedes profundizar en estar cartas relacionadas con el libro:
Deja de ver las noticias: Reflexiones sobre el ruido y la profundidad
El mito de la multitarea: Ni ahorras tiempo, ni aumenta tu productividad
El placer de contemplar: El movimiento de lo estático y el detalle de lo simple
Sobredosis de información: Como sobrevivir al exceso de información actual
✍️ Te toca a ti: ¿Notas que la atención se está empobreciendo? ¿Sientes que ahora te cuesta más que antes concentrarte en las mismas tareas?
💭 Cita del día: «Lo que estamos viviendo es, en un sentido metafórico, una inversión de la trayectoria inicial de la civilización: estamos pasando de ser cultivadores del conocimiento personal a ser cazadores y recolectores en el bosque de los datos electrónicos.» — Nicholas Carr
¡Nos vemos pronto, un abrazo! 👋
Referencias 📚
Carr, N. (2010). The Shallows: What The Internet Is Doing To Our Brains.
Nielsen, J. (2024, 3 septiembre). F-Shaped Pattern for reading web Content (Original Study). Nielsen Norman Group. URL
Small, G. W., Moody, T. D., Siddarth, P., & Bookheimer, S. Y. (2009). Your Brain on Google: Patterns of Cerebral Activation during Internet Searching. American Journal Of Geriatric Psychiatry, 17(2), 116-126. URL
Es súper interesante el tema. ¡Acabo de ver que el libro es de 2010! Pasaron ya quince años y la velocidad del cambio sigue incrementándose... Por mi parte, estoy preocupada (casi diría obsesionada) por cuidar mi atención así que hace rato que cultivo todos esos hábitos que mencionás en tu texto y varios otros. Agradezco cada día haber nacido en una época muy distinta a esta. Gracias por la presentación de este libro.
Qué pena me da esto. Se nos está secando el cerebro😥. Y lo peor no es sólo que nos lo estamos haciendo a nosotros mismos, sino que lo incitamos en los niños y adolescentes. Es horrible. 😢