Este texto tuyo debería estar enmarcado en la puerta de cada comité de innovación, en cada aula donde se invita a “pensar diferente” y en cada cuaderno donde alguien ha escrito una idea que aún no se atreve a compartir.
Desde mi autenticidad, reconozco que me he sentido muchas veces ese “creativo silencioso” que apunta ideas con la misma pasión con la que luego las esconde. No por falta de convicción, sino por la intuición de que lo distinto descoloca, de que en muchos espacios aún se premia lo nuevo… solo si suena a lo de siempre.
La libertad, en mi experiencia, empieza justo cuando una idea se sostiene a pesar del rechazo. Cuando decides que no necesitas que la entiendan todos, sino encontrar a quien la escuche sin filtros de miedo. Y eso, como bien explicas, requiere primero entender los sesgos propios y ajenos.
Me ha emocionado también por la conexión que genera: no es solo un texto sobre creatividad, es un espejo para todos los que alguna vez dudamos de nuestras ideas porque no cabían en el molde. Tu forma de plantearlo abre un puente entre el rigor y la emoción, entre el dato y la vivencia.
Y por último, está la belleza: la de escribir sobre algo complejo con tanta claridad, sin imposturas ni frases rimbombantes. Solo verdad, bien dicha. Gracias por eso.
Ojalá todos tengamos el valor de hacer la próxima pregunta incómoda, de presentar esa idea rara que vibra por dentro, y de mirar lo nuevo no como amenaza, sino como posibilidad.
Tú lo has descrito muy bien y lo veo como tú. La libertad empieza cuando sostienes una idea a pesar del riesgo de ser rechazado. Generalmente, rechazamos la creatividad porque pensamos con la mentalidad de siempre al juzgar lo novedoso. No nos damos ni cuenta, pero es justoa así que nos saboteamos a nosotros mismos (y sabotean nuestras ideas).
También me llama la atención la cuestión genética. En cierta medida, la personalidad viene definida por tus genes y la apertura a la experiencia (la medición que se usó en el experimento) es uno de los 5 rasgos esenciales de la personalidad.
Me alegra que te guste el estilo en el que comunico. Yo también disfruto de leer textos directos, donde no hay que buscar información de valor entre marañas de frases.
Me alegra que te haya gustado. La verdad, es impresionante ver cómo estos experimentos demuestran que, en realidad, no nos gustan las ideas creativas. Siempre se habla mucho de lo positivo que es ser creativo, pero a la hora de la verdad, nadie se atreve a probar y seguimos con la mentalidad de siempre...
Que buen artículo, creí que solo era una percepción pesimista mía, que se sentía decepcionada de cómo la gente ve las cosas creativas. Definitivamente conocer este sesgo me da una perspectiva un poco contradictoria pero definitivamente muy útil para dirigirme a quien realmente sean capaces de impulsar la creatividad
Este texto tuyo debería estar enmarcado en la puerta de cada comité de innovación, en cada aula donde se invita a “pensar diferente” y en cada cuaderno donde alguien ha escrito una idea que aún no se atreve a compartir.
Desde mi autenticidad, reconozco que me he sentido muchas veces ese “creativo silencioso” que apunta ideas con la misma pasión con la que luego las esconde. No por falta de convicción, sino por la intuición de que lo distinto descoloca, de que en muchos espacios aún se premia lo nuevo… solo si suena a lo de siempre.
La libertad, en mi experiencia, empieza justo cuando una idea se sostiene a pesar del rechazo. Cuando decides que no necesitas que la entiendan todos, sino encontrar a quien la escuche sin filtros de miedo. Y eso, como bien explicas, requiere primero entender los sesgos propios y ajenos.
Me ha emocionado también por la conexión que genera: no es solo un texto sobre creatividad, es un espejo para todos los que alguna vez dudamos de nuestras ideas porque no cabían en el molde. Tu forma de plantearlo abre un puente entre el rigor y la emoción, entre el dato y la vivencia.
Y por último, está la belleza: la de escribir sobre algo complejo con tanta claridad, sin imposturas ni frases rimbombantes. Solo verdad, bien dicha. Gracias por eso.
Ojalá todos tengamos el valor de hacer la próxima pregunta incómoda, de presentar esa idea rara que vibra por dentro, y de mirar lo nuevo no como amenaza, sino como posibilidad.
Te leo siempre con admiración.
¡Hola Pedro!
Tú lo has descrito muy bien y lo veo como tú. La libertad empieza cuando sostienes una idea a pesar del riesgo de ser rechazado. Generalmente, rechazamos la creatividad porque pensamos con la mentalidad de siempre al juzgar lo novedoso. No nos damos ni cuenta, pero es justoa así que nos saboteamos a nosotros mismos (y sabotean nuestras ideas).
También me llama la atención la cuestión genética. En cierta medida, la personalidad viene definida por tus genes y la apertura a la experiencia (la medición que se usó en el experimento) es uno de los 5 rasgos esenciales de la personalidad.
Me alegra que te guste el estilo en el que comunico. Yo también disfruto de leer textos directos, donde no hay que buscar información de valor entre marañas de frases.
Estupendo artículo
¡Hola! :)
Me alegra que te haya gustado. La verdad, es impresionante ver cómo estos experimentos demuestran que, en realidad, no nos gustan las ideas creativas. Siempre se habla mucho de lo positivo que es ser creativo, pero a la hora de la verdad, nadie se atreve a probar y seguimos con la mentalidad de siempre...
Es importante saberlo para no sabotearnos.
Cómo podría darme cuenta del sesgo?
Tanto del otro como propio
Me parece un gran artículo, muy de provecho. 🫶🏻
Que buen artículo, creí que solo era una percepción pesimista mía, que se sentía decepcionada de cómo la gente ve las cosas creativas. Definitivamente conocer este sesgo me da una perspectiva un poco contradictoria pero definitivamente muy útil para dirigirme a quien realmente sean capaces de impulsar la creatividad
Saludos 🤍