La Paradoja de la Creatividad: Amamos la creatividad, pero odiamos las ideas creativas
El sesgo oculto que nos hace rechazar lo creativo
🏷️ Categorías: Creatividad, Toma de decisiones y sesgos.
Es irónico.
Vivimos en una cultura que idolatra la innovación. Las empresas exigen innovación, los líderes la prometen, las escuelas la apoya, las redes sociales la premian. "Piensa fuera de la caja", repiten una y otra vez. Pero cuando alguien se atreve de verdad a mostrar algo distinto, algo que rompe con lo establecido...
Lo rechazamos, lo cuestionamos desde lejos, lo ignoramos al instante.
Si eres una persona creativa, una de esas que tiene cuadernos llenos de ideas que nunca vieron la luz, hoy entenderás por qué el mundo parece desear la creatividad, pero actúa como si la temiera.
3 científicos de la Universidad de Cornell descubrieron la razón de esta paradoja…
1. El deseo universal por la creatividad
La creatividad es uno de esos conceptos con buena prensa.
Es asociada con la inteligencia, la sabiduría y la buena moral (Niu & Sternberg, 2006; Sternberg, 1985). Un superpoder que, en teoría, todos quieren tener. Las escuelas la incluyen en sus misiones pedagógicas. Las empresas la colocan como "valor corporativo". Las universidades la promueven como la clave del progreso científico.
El problema es que hay gran diferencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
Porque mientras todos aplauden la creatividad con palabras, son muy pocos los que la aceptan con hechos.
“Las organizaciones, las instituciones científicas y los responsables de la toma de decisiones rechazan habitualmente las ideas creativas, incluso cuando defienden la creatividad como un objetivo importante.”
— Barry M. Staw, Why No One Really Wants Creativity.
¿Te suena? A mi sí.
2. El sesgo contra la creatividad
Aquí es donde se pone muy interesante.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cornell (Mueller, Melwani y Goncalo) propusieron algo novedoso: el problema no es que no queramos la creatividad. El problema es que tenemos un sesgo contra ella.
“Al igual que la gente tiene prejuicios arraigados contra las personas de una determinada edad, raza o sexo... también puede tener opiniones negativas arraigadas sobre la creatividad que no se reconocen abiertamente.”
— Mueller, Melwani y Goncalo, The bias against creativity.
El problema sucede porque las ideas necesitan 2 cosas: ser novedosa y ser útil.
Pero hay un conflicto aquí. Las personas (y aún más las organizaciones) tienen dificultades para ver esas 2 cualidades como compatibles. Las nuevas ideas pueden generar dudas sobre su utilidad, sobre si están libres de errores o si son reproducibles de forma fiable. Y como bien sabemos, el cerebro humano odia la incertidumbre.
Queremos ideas nuevas para salir de los problemas de siempre.
Nos da miedo arriesgar y seguimos atrapados en los problemas de siempre.
3. Los 2 experimentos
Para comprobar su teoría, los científicos llevaron a cabo dos experimentos fascinantes.
3.1. El poder de la incertidumbre
Tomaron a dos grupos.
A unos se les dio provocó incertidumbre: podían ganar dinero extra, pero su ganancia dependería del azar
A los otros, el grupo de control, no se les ofreció ninguna ganancia extra aleatoria, no había incertidumbre.
Luego, hicieron tests para evaluar su visión sobre la creatividad en diversas situaciones.
Resultados:
Ambos grupos decían valorar la creatividad por igual.
El grupo con incertidumbre mostró un sesgo implícito negativo hacia la creatividad. Asociaban la creatividad con conceptos negativos.
El grupo sin incertidumbre, en cambio, tenía una asociación positiva.
Conclusión: La incertidumbre hace aflorar nuestro rechazo oculto a las ideas creativas.
3.2. El caso de los zapatos futuristas
El segundo fue todavía más impactante.
Se hizo un test de apertura a la experiencia a 140 personas. Las 70 con más apertura, eran el grupo de alta tolerancia. Las 70 con menos apertura, el de baja tolerancia. Luego, se les presentó una idea innovadora real: unas zapatillas de correr con nanotecnología que regulaban la aireación para evitar ampollas al correr.
La idea cumplía las 2 cualidades de ideas creativas: novedosa y práctica.
¿Qué ocurrió?
Los participantes de baja tolerancia a la incertidumbre mostraron gran sesgo negativo hacia la creatividad y calificaron las zapatillas como menos creativas.
Los participantes de alta tolerancia tenían menor sesgo negativo y reconocieron mejor la creatividad de la propuesta, le veían gran potencial.
El sesgo es brutal: las ideas nuevas nos generan cierto rechazo, pero hay quienes tienen un rechazo tan grande que les impide incluso ver el potencial de una idea.
La ironía: a más necesitas creatividad, menos la quieres
Eso es lo más paradójico de todo.
Los momentos de crisis, de incertidumbre, de cambio (los que más exigen creatividad) son los justo los momentos en que menos preparados estamos para valorarla y adoptarla. Y eso es profundamente peligroso porque es la base del progreso.
Este sesgo nos hace sabotearnos sin ser siquiera conscientes de ello.
No sirve de nada decir que la creatividad es maravillosa si luego no la aceptas.
No sirve de nada poner “innovación” en la misión de tu empresa, si a la vez exiges que las ideas se alineen a los moldes de siempre.
No sirve enseñar “pensamiento crítico” si luego se castiga a quien cuestiona.
Piénsalo.
¿Cuántas ideas geniales son descartadas porque no ser entendidas a la primera?
¿Cuántos creativos se desmotivaron porque les dijeron “esto no es realista”?
¿Cuántas veces tú mismo tiraste una idea tuya, por miedo a lo que fallase?
Quizá no estamos faltos de creatividad.
Quizá solo estamos faltos de espacio mental, emocional y cultural para acogerla.
Si eres alguien creativo ahora sabes que el rechazo a tus ideas no siempre es racional. A veces, es el reflejo de una respuesta que se activa por miedo a lo incierto. La buena noticia: si conoces el sesgo, puedes anticiparlo y orientar tus ideas para que sean mejor acogidas por quienes las ven por primera vez.
La próxima vez que una idea te incomode, no la descartes. Pregúntate:
“¿La rechazo porque es mala… o porque es nueva?”
Ese es el primer paso para salir del círculo.
Y empezar a vivir, crear y decidir más allá de nuestros miedos.
✍️ Te toca a ti: ¿Cómo responderás la próxima vez que alguien traiga una idea que no entiendes de inmediato? ¿Y cómo presentarás tus ideas para que sean aceptadas con menos incertidumbre?
💭 Cita del día: «La incertidumbre estimula la generación de ideas creativas, pero también hace que las personas sean menos capaces de reconocer la creatividad, quizá cuando más la necesitan.» — Mueller, Melwani y Goncalo, The bias against creativity.
¡Nos vemos en la próxima carta! 👋
Referencias 📚
Mueller, J. S., Melwani, S., & Goncalo, J. A. (2011). The bias against creativity. Psychological Science, 23(1), 13-17. URL
Niu, W., & Sternberg, R. J. (2006). The philosophical roots of Western and Eastern conceptions of creativity. Journal Of Theoretical And Philosophical Psychology, 26(1-2), 18-38. URL
Staw, B. M. (1995). Why no one really wants creativity. En SAGE Publications, Inc. eBooks (pp. 161-166). URL
Sternberg, R. J. (1985). Implicit theories of intelligence, creativity, and wisdom. Journal of Personality and Social Psychology, 49(3), 607–627. URL
Este texto tuyo debería estar enmarcado en la puerta de cada comité de innovación, en cada aula donde se invita a “pensar diferente” y en cada cuaderno donde alguien ha escrito una idea que aún no se atreve a compartir.
Desde mi autenticidad, reconozco que me he sentido muchas veces ese “creativo silencioso” que apunta ideas con la misma pasión con la que luego las esconde. No por falta de convicción, sino por la intuición de que lo distinto descoloca, de que en muchos espacios aún se premia lo nuevo… solo si suena a lo de siempre.
La libertad, en mi experiencia, empieza justo cuando una idea se sostiene a pesar del rechazo. Cuando decides que no necesitas que la entiendan todos, sino encontrar a quien la escuche sin filtros de miedo. Y eso, como bien explicas, requiere primero entender los sesgos propios y ajenos.
Me ha emocionado también por la conexión que genera: no es solo un texto sobre creatividad, es un espejo para todos los que alguna vez dudamos de nuestras ideas porque no cabían en el molde. Tu forma de plantearlo abre un puente entre el rigor y la emoción, entre el dato y la vivencia.
Y por último, está la belleza: la de escribir sobre algo complejo con tanta claridad, sin imposturas ni frases rimbombantes. Solo verdad, bien dicha. Gracias por eso.
Ojalá todos tengamos el valor de hacer la próxima pregunta incómoda, de presentar esa idea rara que vibra por dentro, y de mirar lo nuevo no como amenaza, sino como posibilidad.
Te leo siempre con admiración.
Estupendo artículo