Incontables veces he ayudado a personas a sacar su billete de tren en las máquinas de la estación. Cuesta lo mismo ser amable que no serlo, pero deja un mejor sabor de boca.
Me sentí muy decepcionado cuando me quedé en tierra viendo como mi autobús se iba por la desconsideración del conductor, pero luego me sentí extremadamente feliz por haber ayudado a esa chica. Sin duda la solidaridad es un acto donde los dos se benefician, tanto el que recibe la ayuda como el que la presta.
¡Gracias por tu comentario, tienes toda la razón! 🙏
Cada vez me pesa más esta sociedad, donde incluso la gente con la que te cruzas todos los días en ciudades grandes como Madrid, te ignoran, te apartan de un manotazo, etc... lo veo en mi bloque de vecinos, lo veo en el box de crossfit, en el super... y no comprendo por qué nos hemos convertido en eso... Sin duda intento que esa rabia que me da esta sociedad no aleje de mí esos principios de ayudar con los que me crié en casa...
¡Hola Cristina! Te has cambiado el nombre, has hecho como yo hice jajaja.
La falta de cercanía sucede en las ciudades porque se pierde la red de apoyo típica de los pueblos. En los pueblos hay pocos habitantes y habitualmente no hay tantos servicios como en las ciudades. Por este motivo, al final las personas acaban dependiendo las unas más de las otras. Además, como hay pocos habitantes, todos son caras conocidas y quien no es tu panadero es el profesor de tu hijo. Eso hace que se cree un fuerte sentimiento de comunidad que en las ciudades desaparece.
Al final vives rodeado de miles de personas donde solo un puñado te importan de verdad, eso hace que se sienta la típica frialdad de gente con prisa y ninguna persona interesada en ayudar.
Álvaro, al principio aquí en Substack me pasaba como en las grandes ciudades: que desconfiaba y no conocía a nadie… así que me camuflé con mi alter ego 😂😂😂 ahora ya estoy feliz aquí siendo quien soy 😄
Cuando llego en la madrugada a un aeropuerto o a una terminal de buses, y hay pocas personas (algunos viajeros, el personal de taquillas, de aseo y de vigilancia), hay un ambiente más relajado, más «lento», y resulta natural sonreír al otro, saludar, cruzar dos frases de simple reconocimiento del otro.
Cuando he tenido que esperar algunas horas por mi transporte, hacia las 9 o 10 de la mañana, cuando ya está lleno el lugar, al encontrar de nuevo a alguna de esas personas surge espontáneamente la sonrisa, el cabeceo que significa «hola, nos conocemos, somos del club de la madrugada».
Entre los centenares de personas que nos rodean e «invaden» nuestra burbuja vital, esa persona y yo nos reconocemos diferentes, con un nexo personal, especial.
Sospecho que cuando somos pocos en un espacio grande conservamos nuestras individualidades, somos personas. Cuando la muchedumbre nos convierte en trocitos insignificantes de una gran masa en un espacio que le queda chico, la psicología de masas nos despersonaliza y cada quien hace lo suyo.
Pero esa mirada sonriente, cómplice de la madrugada que compartimos, nos abriga y nos salva de la desaparición total. 😇
Es una versión sencilla y natural del Amor que sostiene todo. ❤️
Ha sido un gusto leer tu experiencia, de verdad. Coincido plenamente contigo; en esos de tranquilidad en los que solos unas pocas personas hay es cuando más fácilmente conectamos con los demás.
Lo que comentas me ha pasado, estar rodeado de personas pero solo conectar con unos pocos y los demás se sientan como un dibujo de fondo. Esto es lo malo de las ciudades, que a diferencia de en los pueblos, hay demasiadas personas y es imposible crear una comunidad cercana, no podemos ser amigos de 1 millón de personas.
Es verdad, no podemos. Los miles de amigos en Facebook son una falacia. 😅
Estudios afirman que tenemos capacidad para mantener relaciones realmente cercanas con unas 155 personas (¿o eran 255? 🤔). A partir de ese número los lazos se desvanecen por economía mental.
Una vez tenia una reunion de Zoom con una mentor. En esas épocas trabajaba en un colegio, y uno de mis profesores tuvo una situación que requería su ayuda. Llegue 15 min tarde a una reunion con una docente de una universidad con quien solo había hablado una vez, y bajo quien estaba considerando estudiar. Dejar una mala impresión es lo ultimo que quería hacer. Llegue al zoom algo nervioso y pensado que se habría ido y no hablaríamos más. Cuando me conecte ahi estaba. Le conte lo sucedido y me dijo
"never apologize for helping someone" / Nunca te disculpes por ayudar a alguien.
Tuvimos una de las mejores conversaciones ese dia.
Qué bueno eso que cuentas, te dijo una frase para el recuerdo. Ayudar cuesta muy poco y el primer beneficiado es el ayuda. Quien no ayuda está perjudicándose a él mismo.
Uf, completar pagos de alguien que se ha quedado sin una moneda, bastantes veces.
Hay cosas menos vistosas, como fijarme si, cuando llevo el carro lleno, viene detrás alguien con poca compra (si va con niños o es mayor, más) y dejarla pasar. Generalmente me acaba dando a mí más margen para vaciar el carrito mientras la persona paga, antes de que la cajera empiece a lanzar todo al otro ladp como si fuera la máquina de lanzar pelotas de Nadal :).
Creo que lo más extremo que hice en ese sentido fue que durante dos años sostuve económicamente a una amiga que se quedó sin recursos, mientras recomponía su vida.
No se me ocurre otra forma de estar en la vida, eso y no la política es lo que hace que una sociedad sea acogedora, la comprensión del otro y sus circunstancias.
Siempre valoro mucho a las personas que hacen este tipo de acciones como dejar pasar a otra persona en la cola de la compra o ceder su asiento en el autobús. Son gestos desinteresados que realmente dejan claro que esa persona le importa cómo se encuentras lo que le rodean incluso cuando son desconocidos.
Así es como se fomenta una comunidad acogedora y solidaria. Exactamente.
¡Gracias Lionel! Me hace muy feliz saber que encuentras inspiración y lecciones en mis textos. 🙏 Comentarios como el tuyo me animan a seguir escribiendo cada día.
Recientemente vi a una persona que se le cayó un billete sin notarlo, corrí a agarrarlo y se lo di, su cara fue de asombro ya que seguro alguien más se lo hubiera apropiado, luego me pasó a mí pero sí me di cuenta de que se cayó aunque por poco un policia que ahí estaba se lo hubiera quedado si hubiera tardado un poco más en reaccionar. Creo que si todos estuvieramos en la sintonía de escuchar y ayudar en la medida de lo posible a los demás todo sería más bello.
Hay muchas personas que en lugar de ayudar a los demás, se aprovechan de sus desgracias. Lamentablemente, no se dan cuenta de que su actitud solo genera más desconfianza entre los demás. Si en lugar de actuar de ese modo, ayudasen a los demás, se crearía una mejor comunidad y todos progresaríamos más.
Gracias por hacernos reflexionar sobre esto, Álvaro. Un gesto tan simple como dejar la puerta abierta a una persona que viene cargada con la compra, hoy en día parece un acto de generosidad extremo. En este mundo de prisas e individualismo, estamos perdiendo amabilidad y empatía, que es al final lo que nos hace humanos. Es triste, por eso leer tantas experiencias quí en los comentarios me resuelta alentador. Y dice mucho de la comunidad aquí en Substack. :)
¡Hola Laura! La generosidad se ha perdido especialmente en las grandes ciudades porque cuesta empatizar con desconocidos. Se suele decir que en los pueblos la gente es más amigable y tiene sentido. Allí la mayoría se conocen y todos guardan ciertos vínculos sociales: tu vecino, profesor de tu hijo, el vendedor de la esquina...
Al final todo eso hace que se forme una gran familia donde todos se preocupan por los demás porque sí ven que sus acciones mejoran la vida de los de su alrededor. Esa lección se olvida en las grandes urbes...
Como dices, la comunidad de Substack es brillante, creo que es la única red social que realmente se puede llamar "social". :)
Una vez leí, no recuerdo ya ni dónde ni cuándo que hay tres situaciones que pueden producirse cuando te cruzas con alguien. Puedes ser desagradable y que la persona después de interactuar contigo se vaya peor de lo que estaba, puedes ser indiferente y que la persona se quede en el mismo estado que estabas, o puedes ser amable y que la persona después de interactuar contigo se vaya sintiéndose mejor. Indudablemente siempre elijo la tercera opción. BE KIND, se amable, es mi religión (la única) .
Esa reflexión sobre las 3 posibles situaciones me ha gustado mucho y es muy cierta. A mi, el conductor me hizo sentir peor, pero yo en lugar de perjudicar a otros con mi desánimo, decidí pasar a la acción y ayudar a quien lo necesitaba.
Hay que tratar de contagiar la amabilidad, ¡que lo bueno abunde! 🤗
Incontables veces he ayudado a personas a sacar su billete de tren en las máquinas de la estación. Cuesta lo mismo ser amable que no serlo, pero deja un mejor sabor de boca.
Exactamente.
Me sentí muy decepcionado cuando me quedé en tierra viendo como mi autobús se iba por la desconsideración del conductor, pero luego me sentí extremadamente feliz por haber ayudado a esa chica. Sin duda la solidaridad es un acto donde los dos se benefician, tanto el que recibe la ayuda como el que la presta.
¡Gracias por tu comentario, tienes toda la razón! 🙏
Cada vez me pesa más esta sociedad, donde incluso la gente con la que te cruzas todos los días en ciudades grandes como Madrid, te ignoran, te apartan de un manotazo, etc... lo veo en mi bloque de vecinos, lo veo en el box de crossfit, en el super... y no comprendo por qué nos hemos convertido en eso... Sin duda intento que esa rabia que me da esta sociedad no aleje de mí esos principios de ayudar con los que me crié en casa...
¡Hola Cristina! Te has cambiado el nombre, has hecho como yo hice jajaja.
La falta de cercanía sucede en las ciudades porque se pierde la red de apoyo típica de los pueblos. En los pueblos hay pocos habitantes y habitualmente no hay tantos servicios como en las ciudades. Por este motivo, al final las personas acaban dependiendo las unas más de las otras. Además, como hay pocos habitantes, todos son caras conocidas y quien no es tu panadero es el profesor de tu hijo. Eso hace que se cree un fuerte sentimiento de comunidad que en las ciudades desaparece.
Al final vives rodeado de miles de personas donde solo un puñado te importan de verdad, eso hace que se sienta la típica frialdad de gente con prisa y ninguna persona interesada en ayudar.
Es una lástima, la verdad, creo que deshumaniza.
Álvaro, al principio aquí en Substack me pasaba como en las grandes ciudades: que desconfiaba y no conocía a nadie… así que me camuflé con mi alter ego 😂😂😂 ahora ya estoy feliz aquí siendo quien soy 😄
Algo parecido hice yo jajaja. Creo que la mayoría hemos pasado por la inseguridad inicial esa, te entiendo perfectamente.
De hecho me has recordado a este post que publiqué hace un tiempo, sobre esa deshumanización de las grandes urbes
https://open.substack.com/pub/escribirporquesi/p/donde-estan-las-sonrisas-y-miradas
Cuando uno ayuda, dos salen beneficiados
¡Justo esa es la idea, Ezequiel! Creo que no podrías haberlo dicho mejor y con menos palabras.
Esa frase resume todo, me ha encantado y me la voy a apuntar.
Hola, Álvaro. Gracias por tu relato. 🙏🏽
Aporto algo que me ha ocurrido.
Cuando llego en la madrugada a un aeropuerto o a una terminal de buses, y hay pocas personas (algunos viajeros, el personal de taquillas, de aseo y de vigilancia), hay un ambiente más relajado, más «lento», y resulta natural sonreír al otro, saludar, cruzar dos frases de simple reconocimiento del otro.
Cuando he tenido que esperar algunas horas por mi transporte, hacia las 9 o 10 de la mañana, cuando ya está lleno el lugar, al encontrar de nuevo a alguna de esas personas surge espontáneamente la sonrisa, el cabeceo que significa «hola, nos conocemos, somos del club de la madrugada».
Entre los centenares de personas que nos rodean e «invaden» nuestra burbuja vital, esa persona y yo nos reconocemos diferentes, con un nexo personal, especial.
Sospecho que cuando somos pocos en un espacio grande conservamos nuestras individualidades, somos personas. Cuando la muchedumbre nos convierte en trocitos insignificantes de una gran masa en un espacio que le queda chico, la psicología de masas nos despersonaliza y cada quien hace lo suyo.
Pero esa mirada sonriente, cómplice de la madrugada que compartimos, nos abriga y nos salva de la desaparición total. 😇
Es una versión sencilla y natural del Amor que sostiene todo. ❤️
Namasté. 🙏🏽
¡Hola Kir!
Ha sido un gusto leer tu experiencia, de verdad. Coincido plenamente contigo; en esos de tranquilidad en los que solos unas pocas personas hay es cuando más fácilmente conectamos con los demás.
Lo que comentas me ha pasado, estar rodeado de personas pero solo conectar con unos pocos y los demás se sientan como un dibujo de fondo. Esto es lo malo de las ciudades, que a diferencia de en los pueblos, hay demasiadas personas y es imposible crear una comunidad cercana, no podemos ser amigos de 1 millón de personas.
Gracias por aportar tu relato 🙏.
Es verdad, no podemos. Los miles de amigos en Facebook son una falacia. 😅
Estudios afirman que tenemos capacidad para mantener relaciones realmente cercanas con unas 155 personas (¿o eran 255? 🤔). A partir de ese número los lazos se desvanecen por economía mental.
Justamente sobre eso escribí hace tiempo, Kir. Lo que mencionas se llama el número de Dunbar. Si te interesa, este es el texto: https://open.substack.com/pub/jardinmental/p/error-429-exceso-de-amigos?r=3fl9xz&utm_campaign=post&utm_medium=web
Una vez tenia una reunion de Zoom con una mentor. En esas épocas trabajaba en un colegio, y uno de mis profesores tuvo una situación que requería su ayuda. Llegue 15 min tarde a una reunion con una docente de una universidad con quien solo había hablado una vez, y bajo quien estaba considerando estudiar. Dejar una mala impresión es lo ultimo que quería hacer. Llegue al zoom algo nervioso y pensado que se habría ido y no hablaríamos más. Cuando me conecte ahi estaba. Le conte lo sucedido y me dijo
"never apologize for helping someone" / Nunca te disculpes por ayudar a alguien.
Tuvimos una de las mejores conversaciones ese dia.
Qué bueno eso que cuentas, te dijo una frase para el recuerdo. Ayudar cuesta muy poco y el primer beneficiado es el ayuda. Quien no ayuda está perjudicándose a él mismo.
¡Gracias por contar tu historia, me encantó!
Uf, completar pagos de alguien que se ha quedado sin una moneda, bastantes veces.
Hay cosas menos vistosas, como fijarme si, cuando llevo el carro lleno, viene detrás alguien con poca compra (si va con niños o es mayor, más) y dejarla pasar. Generalmente me acaba dando a mí más margen para vaciar el carrito mientras la persona paga, antes de que la cajera empiece a lanzar todo al otro ladp como si fuera la máquina de lanzar pelotas de Nadal :).
Creo que lo más extremo que hice en ese sentido fue que durante dos años sostuve económicamente a una amiga que se quedó sin recursos, mientras recomponía su vida.
No se me ocurre otra forma de estar en la vida, eso y no la política es lo que hace que una sociedad sea acogedora, la comprensión del otro y sus circunstancias.
Feliz semana.
Que bonito esto que cuentas Silvia.
Siempre valoro mucho a las personas que hacen este tipo de acciones como dejar pasar a otra persona en la cola de la compra o ceder su asiento en el autobús. Son gestos desinteresados que realmente dejan claro que esa persona le importa cómo se encuentras lo que le rodean incluso cuando son desconocidos.
Así es como se fomenta una comunidad acogedora y solidaria. Exactamente.
Gracias por tu comentario 🙏
Exacto Álvaro, quien se preocupa por los desconocidos, qué no hará por su entorno 🫶🏼
Gracias a ti por elbespacio :)
Wow lo de tu amiga, ella creo que eso no lo olvidará jamás 🙏🏻
Te felicito por haberlo hecho 👏🏼👏🏼
Como siempre grandes enseñanzas en sus textos.
¡Gracias Lionel! Me hace muy feliz saber que encuentras inspiración y lecciones en mis textos. 🙏 Comentarios como el tuyo me animan a seguir escribiendo cada día.
Recientemente vi a una persona que se le cayó un billete sin notarlo, corrí a agarrarlo y se lo di, su cara fue de asombro ya que seguro alguien más se lo hubiera apropiado, luego me pasó a mí pero sí me di cuenta de que se cayó aunque por poco un policia que ahí estaba se lo hubiera quedado si hubiera tardado un poco más en reaccionar. Creo que si todos estuvieramos en la sintonía de escuchar y ayudar en la medida de lo posible a los demás todo sería más bello.
Muy indicado el comentario que haces, Josué.
Hay muchas personas que en lugar de ayudar a los demás, se aprovechan de sus desgracias. Lamentablemente, no se dan cuenta de que su actitud solo genera más desconfianza entre los demás. Si en lugar de actuar de ese modo, ayudasen a los demás, se crearía una mejor comunidad y todos progresaríamos más.
Gracias por hacernos reflexionar sobre esto, Álvaro. Un gesto tan simple como dejar la puerta abierta a una persona que viene cargada con la compra, hoy en día parece un acto de generosidad extremo. En este mundo de prisas e individualismo, estamos perdiendo amabilidad y empatía, que es al final lo que nos hace humanos. Es triste, por eso leer tantas experiencias quí en los comentarios me resuelta alentador. Y dice mucho de la comunidad aquí en Substack. :)
¡Hola Laura! La generosidad se ha perdido especialmente en las grandes ciudades porque cuesta empatizar con desconocidos. Se suele decir que en los pueblos la gente es más amigable y tiene sentido. Allí la mayoría se conocen y todos guardan ciertos vínculos sociales: tu vecino, profesor de tu hijo, el vendedor de la esquina...
Al final todo eso hace que se forme una gran familia donde todos se preocupan por los demás porque sí ven que sus acciones mejoran la vida de los de su alrededor. Esa lección se olvida en las grandes urbes...
Como dices, la comunidad de Substack es brillante, creo que es la única red social que realmente se puede llamar "social". :)
Coincido contigo en todo lo que comentas. ¡De ahí mis ganas de mudarme a un sitio más amable! ☺️
Una vez leí, no recuerdo ya ni dónde ni cuándo que hay tres situaciones que pueden producirse cuando te cruzas con alguien. Puedes ser desagradable y que la persona después de interactuar contigo se vaya peor de lo que estaba, puedes ser indiferente y que la persona se quede en el mismo estado que estabas, o puedes ser amable y que la persona después de interactuar contigo se vaya sintiéndose mejor. Indudablemente siempre elijo la tercera opción. BE KIND, se amable, es mi religión (la única) .
Un abrazo!
Me ha encantado tu reflexión, Lola.
Esa reflexión sobre las 3 posibles situaciones me ha gustado mucho y es muy cierta. A mi, el conductor me hizo sentir peor, pero yo en lugar de perjudicar a otros con mi desánimo, decidí pasar a la acción y ayudar a quien lo necesitaba.
Hay que tratar de contagiar la amabilidad, ¡que lo bueno abunde! 🤗