2 científicos de Harvard revelan por qué procrastinamos (y cómo evitarlo)
Las 5 claves para dejar de procrastinar
🏷️ Categorías: Procrastinación, Conducta, Hábitos.
Dos profesores de Harvard, Todd Rogers y Max Bazerman, se propusieron entender una pregunta simple pero profunda: ¿por qué procrastinamos?
¿Por qué evitamos hacer cosas incluso cuando sabemos que nos beneficiarían?
Diseñaron un experimento con escenario cotidiano: el ahorro. Preguntaron a un centenar de personas si ahorrar más es algo que creen que deberían hacer. El 79% confesó que sí. 8 de cada 10 personas afirmaba que debería ahorrar más.
A continuación, se les preguntó si estarían dispuestas a inscribirse en un plan que automáticamente depositara el 2% de su salario en una cuenta de ahorros.
El 77% aceptó… cuando el plan empezaba un año más tarde.
Pero cuando el mismo plan iniciaba “lo antes posible”, solo el 30% aceptó.
El mismo plan. Los mismos beneficios. La única diferencia era cuándo.
Este pequeño ajuste reveló algo enorme: no tomamos decisiones racionales de cara a nuestro futuro. Estudios similares se han hecho con buenos hábitos como el de hacer deporte. Procrastinamos incluso cuando sabemos que eso nos perjudicará.
Veamos por qué sucede y qué podemos hacer para dejar de aplazar y progresar…
Tu presente contra tu futuro
La procrastinación es un problema de conducta.
Hoy, tú quieres ver Netflix. Comer helado. Gastar ese dinero extra.
Mañana, tú quieres haber escrito un libro. Estar en forma. Tener ahorros.
El conflicto nace porque “el tú de hoy” y “el tú del futuro” no están alineados. Esta falta de coherencia a lo largo del tiempo se debe a que sobrevaloramos el presente con respecto al futuro. El presente es concreto y fácil de imaginar, pero el futuro es más abstracto, te cuesta visualizarlo. Por eso sobrevaloras el presente y sus beneficios.
Es la lucha entre la gratificación instantánea (hoy) y la diferencia (futuro).
Incluso si los beneficios futuros son mucho mayores, preferimos los presentes solo porque los visualizamos con más claridad. Justo eso es el experimento de la golosina.
Cuando piensas en el futuro, eres sensato:
“Sí, claro que quiero ahorrar más.”
“Obvio que debería ir al gimnasio.”
“Sí, tengo que escribir todos los días.”
Pero cuando llega el momento de actuar, algo cambia. El placer inmediato pesa más que la ganancia futura. Hoy no tienes ganas. Hoy estás cansado. Hoy, simplemente, no. Esa debilidad de la voluntad, es lo que los filósofos griegos llamaban akrasia.
Es la eterna lucha: tu “yo” presente robándole oportunidades a tu “yo” del futuro.
Entonces… ¿Cómo se resuelve este conflicto?
Si quieres dejar de procrastinar, tienes que hacer que a tu “yo” de hoy le importe lo que le pasa a tu “yo” del futuro mucho más. Hay que dejar de infravalorar el enorme potencial que tiene el futuro.
Y hay 5 formas de lograrlo.
1. Haz que los beneficios futuros sean presentes
Si estás ahorrando, visualiza cómo se sentirá comprar ese billete de avión al viaje que tanto deseas, tener tu fondo de emergencia, dormir tranquilo y sin deudas.
Si vas al gimnasio, mírate al espejo y celebra la constancia más que el resultado físico. Date una capricho cada mes que vayas sin fallar un solo día.
Si estás escribiendo, prémiate cada día que cumples tu meta diaria de escritura: un café especial, una caminata, una tarde libre de desconexión.
La clave es traer cerca en el tiempo los beneficios lejanos.
Esto se llama gradiente de meta.
2. Haz que los perjuicios de procrastinar sean presentes
Cuando procrastinamos, usualmente no hay castigo inmediato, y eso es lo peor.
Al no haber consecuencias presentes e infravalorar las consecuencias futuras porque son difíciles de visualizar, caemos en la trampa del coste marginal y procrastinamos una y otra vez hasta que llegan de golpe las consecuencias y duelen de verdad.
Sal de esa trampa. Haz que procrastinar duela hoy, no mañana.
¿Quieres hacer ejercicio? Paga por adelantado 6 meses de gimnasio y queda con un amigo para ir. Si fallas, pierdes salud, dinero y quedas mal con alguien.
¿Quieres escribir a diario? Promete públicamente que publicarás el lunes si siguiente sin falta tu próximo escrito. Si fallas, el golpe será público.
¿Quieres ahorrar? Dale a tu mejor amigo 50€ y dile: “No me los devuelvas hasta que no haya ahorrado X euros este mes”.
Al igual que estudiábamos solo cuando el examen se acercaba, necesitas crear esos “exámenes” en tu rutina diaria. Necesitas crear un ambiente que te incite a actuar.
Esto se conoce como compromiso previo.
3. Elimina desencadenantes de la procrastinación
Tu entorno tiene una influencia enorme en tu conducta. Crea un entorno favorable.
Si la televisión está encendida, vas a ver “solo un capítulo más”.
Si tu móvil está en la mesa mientras trabajas, lo vas a mirar.
Si tienes snacks en la despensa, los vas a comer.
La solución no es resistirte: es rediseñar tu entorno para no tener que resistirte.
Para no mirar el teléfono y dejar de perder tiempo en redes sociales, desinstala todas las redes en las que pierdas tiempo y déjalo en otra habitación cuando necesites concentrarte. Una tentación menos a la que resistir.
Si quieres alimentarte bien, haz la lista de la compra en casa solo con opciones saludables y no compres nada fuera de la lista. Los productos poco sanos suelen ser antojos que surgen al verlos, cuando no tienes un plan firme. ¿Crees que los dulces están junto a la caja del supermercado por casualidad? No, buscan que caigas en tus impulsos, y sin voluntad, cedes a la gratificación instantánea.
Haz lo mismo con el gimnasio. Con tus finanzas. Con lo que estés aplazando.
Cambia el entorno para que procrastinar con tus objetivos sea muchísimo más difícil.
4. Haz procrastinación indirecta
Hay días en los que simplemente no puedes. A todos nos pasa. Pero hay una forma de procrastinar sin perder el día por completo. Haz procrastinación indirecta.
Cuando no tengas energías para hacer lo que deberías hacer, haz opciones que requieran menos energía o compromiso por tu parte pero que igualmente te hagan avanzar. Lo que no puedes permitirte es retroceder.
¿No puedes escribir hoy? Relee tus textos anteriores y edítalos. Lee e inspírate.
¿No puedes ir al gimnasio? Sal a dar una caminata, haz ejercicio en casa.
¿No puedes ahorrar este mes? Revisa tus finanzas por si se podrían mejorar.
Si amas lo que haces, siempre habrá algo que puedas hacer, incluso en días difíciles.
5. Crea el hábito
Y ahora, la pieza clave: la repetición.
La procrastinación se reduce cuando la acción se convierte en hábito. Esto lo sabía muy bien el comediante Jerry Seinfeld. Cada día que escribía una broma, marcaba una X en su calendario. Con el tiempo, formaba una cadena de X.
Su única regla: no romper la cadena.
Este método funciona porque te da una razón visual para seguir. Te recompensa al momento porque ver tu progreso genera motivación, te hace valorar tus esfuerzos diarios más que la gratificación de romper el hábito con alguna tentación.
Haz lo mismo.
Coloca un calendario en un lugar de paso. Hazlo tan sencillo que no puedas fallar ni un solo día. No empieces por escribir mil palabras. Escribe cien. Pero hazlo cada día.
Una vez que el hábito se solidifica, procrastinar se vuelve cada vez más difícil.
Las 2 opciones de cada día
Cada nuevo amanecer trae consigo 2 opciones:
Hacer lo que te apetece hoy.
Hacer lo que te beneficiará mañana.
Y, aunque parezca insignificante, estas pequeñas decisiones definen tu vida.
Lo que comes hoy.
Lo que ahorras hoy.
Lo que escribes hoy.
No tienes que cambiar todo de golpe. Solo tienes que ganar el día de hoy con estas decisiones que parecen diminutas. Y luego, repetir. Repetir, repetir y repetir. Deja que el tiempo pase, que el futuro se haga presente y que lleguen los enormes resultados.
No somos lo que decimos que haremos algún día.
Somos lo que hacemos cada día.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué estrategias usas tú para no caer en la procrastinación?
💭 Cita del día: «La libertad no empieza al hacer lo que quieres, sino al hacer lo que debes». — Elisabeth Elliot
¡Nos vemos muy pronto! 👋
Referencias 📚
Rogers, T., & Bazerman, M. H. (2008). Future lock-in: Future implementation increases selection of ‘should’ choices. Organizational Behavior And Human Decision Processes, 106(1), 1-20. URL
Hola Álvaro! Una forma en la que yo dejo de procrastinar el hacer ejercicio es dejar toda mi ropa lista y todo lo que necesito un día antes de dormir y cuando me levanto (siempre a la misma hora) es más fácil ir siguiendo paso a paso lo que debo de hacer según mi rutina diaria para hacerlo en automático aunque a veces tengo flojera ya es parte de mi y eso me ha facilitado mucho. Mi método de hacer mi mañana más disciplinada y llevo años haciéndolo cosa que me ha funcionado muy bien. Y en la parte de ahorrar me he metido a cundinas semanales la cuales también me ha ayudado mucho y es una forma en que creas un hábito sin sentirlo tan pesado o estresante por como voy a crear ese hábito de ahorrar a largo plazo. Muchas gracias por tus publicaciones y te mando un abrazo 🤗
While I appreciate and agree 100% with the value of this post, it also triggered a thought that I have been harbouring for the last 60 years. Why do I hesitate at mile 25 of a marathon? Is it because I am tired. maybe. Is it because I am hungry or thirsty? maybe. But what I think now is that it is because I do not want to hit my goal, I don't want to finish...just yet...I am enjoying myself and I want to stay on the course. I like the solitude, the effort, the discipline, the comaraderie of the race, the scenery, and this moment suspended in time. Not exactly "procrastination, but its cousin. Thanks for your thoughtful Post, Álvaro.