La historia del canal de Panamá (y el no canal de Nicaragua) es increíble. Desde mi punto de vista, posiblemente sí que hubo un problema de planificación, pero es muy posible que también hubiera fracasado con el doble de dinero y los años extra de las primeras estimaciones.
En 1880, los estudios geológicos eran pobres y creían que podrían crear un canal a nivel de mar, lo que resultó ser imposible. La alternativa necesaria, un canal con desniveles, era tecnológicamente inviable en aquel momento. Tuvieron que pasar dos décadas hasta que los estadounidenses propusieran el sistema de compuertas para salvar los desniveles.
Efectivamente, los estudios geológicos eran pobres, pero creo que el problema más grave era a nivel de ingeniería como tú dices. Además, leí un dato increíble cuando investigué el asunto, la mayoría de los ingenieros que le aprobaron el plan a Lesseps ni siquiera habían estado por la zona del canal, por lo que confiaban únicamente en información de terceros. Y lo peor de todo, Lesseps no era ni geólogo ni ingeniero...
1. Me sorprende que el sesgo de planificación sea adaptativo, o consecuencia de otra adaptación. ¿Qué puede beneficio se obtiene de, o más bien a pesar de, una mala planificación?
2. La experiencia profesional me dice que otros intereses estimulan un efecto contrario más potente: sobreestimar nuestra carga de trabajo nos permite disponer de más tranquilidad. En las ofertas a clientes siempre se da esa sana tensión entre quienes quieren vender y necesitan un servicio barato y quienes tendrán que ejecutar y se cubren las espaldas “sobreplanificando”.
Creo que el sesgo de planificación tiene una función adaptativa porque nos impulsa a emprender proyectos ambiciosos. Si fuéramos completamente realistas, quizá nos desanimaríamos por la cantidad de retos que implica actuar.
Me explico, muchas startups subestiman los costos y el tiempo necesarios para crecer, pero ese "exceso de confianza" también las lleva a intentarlo y no sentirse que es mejor no arriesgarse a emprender. Curiosamente, cuando son otros los que toman las decisiones, pensamos que lo harán peor, quizá por el mismo motivo: sentir que somos capaces de tomar la iniciativa en el mundo.
En cuanto al segundo punto, tienes razón, sobreplanificar puede protegernos. Imagino que dependerá del contexto, otras veces es justo al revés. Cuando nos sentimos evaluados tendemos a esforzarnos más y demostrar que somos realmente capaces. Por eso podemos decir que necesitaremos menos tiempo del que la gente podría esperar, para demostrar nuestra valía.
Buena reflexión, Javier, la verdad es que es un tema muy complejo y las circunstancias pueden variar el efecto.
Muy buenas lecciones, a nivel personal siento que caigo muy seguido en dejar todo al último, principalmente cuando se trata de arreglar cosas en mi casa. Me gustó la idea de segmentar, asi engaño al cerebro en tareas más pequeñas.
¡Hola Hugo! No eres el único, de hecho, es realmente común caer en estas tendencias. El caso del Canal de Panamá es un caso llevado a lo grande, pero a todos nos pasa a nivel personal. Ahora que lo conoces caerás menos a menudo en ello :)
Yo estuve en el Canal de Panamá varias veces. Incluso me reuní con una abogada que llevó el tema tras el Tratado Carter-Torrijos. Me dijo un par de cosas sorprendentes ...
La historia del canal de Panamá (y el no canal de Nicaragua) es increíble. Desde mi punto de vista, posiblemente sí que hubo un problema de planificación, pero es muy posible que también hubiera fracasado con el doble de dinero y los años extra de las primeras estimaciones.
En 1880, los estudios geológicos eran pobres y creían que podrían crear un canal a nivel de mar, lo que resultó ser imposible. La alternativa necesaria, un canal con desniveles, era tecnológicamente inviable en aquel momento. Tuvieron que pasar dos décadas hasta que los estadounidenses propusieran el sistema de compuertas para salvar los desniveles.
Muy interesante!
¡Hola Miguel!
Efectivamente, los estudios geológicos eran pobres, pero creo que el problema más grave era a nivel de ingeniería como tú dices. Además, leí un dato increíble cuando investigué el asunto, la mayoría de los ingenieros que le aprobaron el plan a Lesseps ni siquiera habían estado por la zona del canal, por lo que confiaban únicamente en información de terceros. Y lo peor de todo, Lesseps no era ni geólogo ni ingeniero...
Un cúmulo de errores de todo tipo.
Me sugieres dos cosas:
1. Me sorprende que el sesgo de planificación sea adaptativo, o consecuencia de otra adaptación. ¿Qué puede beneficio se obtiene de, o más bien a pesar de, una mala planificación?
2. La experiencia profesional me dice que otros intereses estimulan un efecto contrario más potente: sobreestimar nuestra carga de trabajo nos permite disponer de más tranquilidad. En las ofertas a clientes siempre se da esa sana tensión entre quienes quieren vender y necesitan un servicio barato y quienes tendrán que ejecutar y se cubren las espaldas “sobreplanificando”.
¡Hola Javier!
Creo que el sesgo de planificación tiene una función adaptativa porque nos impulsa a emprender proyectos ambiciosos. Si fuéramos completamente realistas, quizá nos desanimaríamos por la cantidad de retos que implica actuar.
Me explico, muchas startups subestiman los costos y el tiempo necesarios para crecer, pero ese "exceso de confianza" también las lleva a intentarlo y no sentirse que es mejor no arriesgarse a emprender. Curiosamente, cuando son otros los que toman las decisiones, pensamos que lo harán peor, quizá por el mismo motivo: sentir que somos capaces de tomar la iniciativa en el mundo.
En cuanto al segundo punto, tienes razón, sobreplanificar puede protegernos. Imagino que dependerá del contexto, otras veces es justo al revés. Cuando nos sentimos evaluados tendemos a esforzarnos más y demostrar que somos realmente capaces. Por eso podemos decir que necesitaremos menos tiempo del que la gente podría esperar, para demostrar nuestra valía.
Buena reflexión, Javier, la verdad es que es un tema muy complejo y las circunstancias pueden variar el efecto.
Muy buenas lecciones, a nivel personal siento que caigo muy seguido en dejar todo al último, principalmente cuando se trata de arreglar cosas en mi casa. Me gustó la idea de segmentar, asi engaño al cerebro en tareas más pequeñas.
¡Hola Hugo! No eres el único, de hecho, es realmente común caer en estas tendencias. El caso del Canal de Panamá es un caso llevado a lo grande, pero a todos nos pasa a nivel personal. Ahora que lo conoces caerás menos a menudo en ello :)
Quizás Lesseps estaba muy presionado.
Lesseps tuvo un cúmulo de circunstancias.
No era geólogo, la mayoría de los ingenieros que le aprobaron el plan no vieron el lugar, todo el mundo confiaba en él... Hizo un plan irrealizable.
Pues sí que conoces el tema ...
Yo estuve en el Canal de Panamá varias veces. Incluso me reuní con una abogada que llevó el tema tras el Tratado Carter-Torrijos. Me dijo un par de cosas sorprendentes ...