Me has hecho pensar en el origen de la envidia y la connotación moral que le damos. En su origen evolutivo, podría haber funcionado, como dices, como un mecanismo adaptativo en la competencia por recursos escasos y oportunidades reproductivas. Es decir, la envidia podría haber motivado a los individuos a evaluar su propio estado y recursos en comparación con los de otros, lo que podría conducir a un comportamiento que mejore su posición social y acceso a recursos. La envidia impulsa al individuo a esforzarse más para obtener esos beneficios, o a innovar en formas de mejorar su propia situación.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que la envidia podría haber ayudado a mantener cierta equidad y cooperación dentro de grupos sociales. Al promover un comportamiento que desalienta la acumulación desproporcionada de recursos por parte de unos pocos, la envidia podría haber contribuido a un reparto más equitativo de los mismos, lo cual es beneficioso para la cohesión y supervivencia del grupo.
Es decir que, aunque a menudo se ve como una emoción negativa, la envidia podría haber tenido funciones importantes en la regulación de las interacciones sociales y el fomento de la competencia adaptativa entre nuestros antepasados.
Gracias por tu reflexión. La envidia es cierto que se suele asociar con algo negativo, pero es más bien un sentimiento neutral con sentido evolutivo, exactamente. Ayuda a la motivación individual, pero como el humano es un ser social, la mejora individual resulta en una mejora grupal.
Creo que como todas las emociones, no es negativa en sí, si bien no es cómoda, ni agradable, tiene una función y nos da información sobre nosotros, parte de poder convertirla en motivación, es porque nos muestra hacia donde está dirigido nuestro deseo, nuestros anhelos y nos puede llevar a hacer cambios para estar más cerca de ese camino.
Cuando se queda "estancada" de alguna forma, es cuando empieza a crecer en forma de una especie de tumor que va contaminando nuestra vida y nuestras relaciones.
Como todo lo humano, se puede usar para beneficio o para perjuicio...
¡Muchas gracias por tu comentario, Daniela! Me alegro que te haya resultado interesante.
Tal y como dices, suele ser tachada de mala porque no es agradable, aunque tiene una contraparte motivadora. Quizá no sea la fuente de motivación más gratificante, pero al menos da sentido a la envidia a nivel evolutivo. Bien canalizada, la envidia puede generar el bien y no el mal.
Mientras que la envidia sólo dé lugar a motivación, sería un motor de superación y por tanto buena. Ahora bien, los envidiosos pueden llegar hasta a hacer daño a la persona envidiada y ese sí es un problema muy grave: el envidiado puede sufrir desde acoso (laboral por ejemplo) hasta menosprecios o lesiones. En ese caso (y todos hemos visto casos reales...), es lo peor porque el envidioso sólo disfruta con el daño ajeno, algo que es contrario a cualquier buen sentimiento y bonhomía. Una cuestión peligrosa y más complicada de lo que parece en la realidad, desde mi punto de vista.
La envidia activa en el cerebro las mismas áreas que cuando sufres daño físico y a su vez, cuando el otro fracasa, genera gratificación. Es un sentimiento humano un tanto retorcido, aunque la parte buena que tiene es que actúa como una fuente de motivación externa. Como mencionas, es una cuestión compleja y un sentimiento que puede tornarse malicioso con facilidad.
Me has hecho pensar en el origen de la envidia y la connotación moral que le damos. En su origen evolutivo, podría haber funcionado, como dices, como un mecanismo adaptativo en la competencia por recursos escasos y oportunidades reproductivas. Es decir, la envidia podría haber motivado a los individuos a evaluar su propio estado y recursos en comparación con los de otros, lo que podría conducir a un comportamiento que mejore su posición social y acceso a recursos. La envidia impulsa al individuo a esforzarse más para obtener esos beneficios, o a innovar en formas de mejorar su propia situación.
Sin embargo, también debe tenerse en cuenta que la envidia podría haber ayudado a mantener cierta equidad y cooperación dentro de grupos sociales. Al promover un comportamiento que desalienta la acumulación desproporcionada de recursos por parte de unos pocos, la envidia podría haber contribuido a un reparto más equitativo de los mismos, lo cual es beneficioso para la cohesión y supervivencia del grupo.
Es decir que, aunque a menudo se ve como una emoción negativa, la envidia podría haber tenido funciones importantes en la regulación de las interacciones sociales y el fomento de la competencia adaptativa entre nuestros antepasados.
Al final la envidia forma parte de ese equilibrio humano entre competir y cooperar (https://jajugon.substack.com/p/competir-o-cooperar) y me recuerda aquel famoso experimento de Frans de Waal del mono envidioso (https://jajugon.substack.com/p/cabezones-inteligentes).
Gracias por las referencias bibliográficas.
Gracias por tu reflexión. La envidia es cierto que se suele asociar con algo negativo, pero es más bien un sentimiento neutral con sentido evolutivo, exactamente. Ayuda a la motivación individual, pero como el humano es un ser social, la mejora individual resulta en una mejora grupal.
Creo que como todas las emociones, no es negativa en sí, si bien no es cómoda, ni agradable, tiene una función y nos da información sobre nosotros, parte de poder convertirla en motivación, es porque nos muestra hacia donde está dirigido nuestro deseo, nuestros anhelos y nos puede llevar a hacer cambios para estar más cerca de ese camino.
Cuando se queda "estancada" de alguna forma, es cuando empieza a crecer en forma de una especie de tumor que va contaminando nuestra vida y nuestras relaciones.
Como todo lo humano, se puede usar para beneficio o para perjuicio...
Muy interesante todo 👌🏽
¡Muchas gracias por tu comentario, Daniela! Me alegro que te haya resultado interesante.
Tal y como dices, suele ser tachada de mala porque no es agradable, aunque tiene una contraparte motivadora. Quizá no sea la fuente de motivación más gratificante, pero al menos da sentido a la envidia a nivel evolutivo. Bien canalizada, la envidia puede generar el bien y no el mal.
Mientras que la envidia sólo dé lugar a motivación, sería un motor de superación y por tanto buena. Ahora bien, los envidiosos pueden llegar hasta a hacer daño a la persona envidiada y ese sí es un problema muy grave: el envidiado puede sufrir desde acoso (laboral por ejemplo) hasta menosprecios o lesiones. En ese caso (y todos hemos visto casos reales...), es lo peor porque el envidioso sólo disfruta con el daño ajeno, algo que es contrario a cualquier buen sentimiento y bonhomía. Una cuestión peligrosa y más complicada de lo que parece en la realidad, desde mi punto de vista.
Sí, exactamente como lo mencionas.
La envidia activa en el cerebro las mismas áreas que cuando sufres daño físico y a su vez, cuando el otro fracasa, genera gratificación. Es un sentimiento humano un tanto retorcido, aunque la parte buena que tiene es que actúa como una fuente de motivación externa. Como mencionas, es una cuestión compleja y un sentimiento que puede tornarse malicioso con facilidad.