Sí, es tremenda coincidencia que hayamos coincidido en el mismo tema, casi que ha parecido una colaboración. No conocía ninguna de las 2 referencias que mencionas, pero ciertamente reúnen la esencia de lo que quería comunicar.
Es curioso ver cómo problemas que a veces parecen tan contemporáneos han estado con nosotros desde siempre.
La visión «occidental» de esta vida como la única que vivimos, y cuyos logros y fracasos dependen fundamentalmente de nuestras acciones (argumentada con el ejemplo de unos pocos casos de quienes superaron situaciones iniciales adversas), favorece la vida de estrés, miedo, frustración, culpa y amargura que la mayoría conoce.
La visión «oriental» de esta vida como una etapa más en una larga serie de encarnaciones, cada una diseñada para avanzar en algunos aspectos del proyecto completo y tomando en cuenta el estado particular de avance de cada alma (algo similar al pénsum de nuestros planes de estudio), sin la amenaza del fracaso definitivo porque se tienen muchas oportunidades para aprender cada lección (sin que esto signifique que se debe abandonar el propósito de logro), favorece una vida de menos estrés, mejor disposición para intentar, mayor resiliencia, visión más global de la vida, actitud de aprendizaje constante y otra cantidad de condiciones que mejoran la calidad de vida.
Desde esta asunción de la vida, y según mi Maestro Kirpal Singh, nuestra capacidad para determinar el resultado final de cada encarnación, es decir, «modificar nuestro destino», llega apenas al 25%.
Esto puede sonar fatalista a quien vive la ilusión de poder controlarlo todo pero, por otra parte, te libera la presión un 75%, te multiplica la libertad por 4 (o más, no sé si el efecto sea lineal). Esto mejora tu estado anímico general y ya sabemos que una persona menos estresada puede actuar más agradable, más amorosa.
Esta asunción de la vida se trata en varias cartas mías anteriores, por lo cual no me extiendo más aquí. Gracias por leer. 🤗
Una vez escuché una reflexión similar a lo que comentas. Es curioso cómo en la visión occidental del mundo vivimos muy enfocados en la cuenta atrás, en la única oportunidad. Por otro lado, en el budismo y otras visiones del mundo, predomina la idea de no apurarse en esta vida más de lo necesario, porque se aprenderá más y más con las próximas vidas.
Esto permite gozar de tranquilidad al saber que no todo se acaba en esta vida y evitar el estrés por querer lograrlo todo en pocos años.
Es una idea que me ha fascinado. ¿Conoces al Lama Rinchen Gyaltsen? Fue con el que aprendí esa idea que tú también me cuentas.
Buena reflexión y gracias por estar un día más aquí 🙏
De hecho, desconocía que en el siglo 13 hubo otro con el mismo nombre. Fue a raíz de él que comencé a investigar más sobre estos temas, me resultó muy didáctico.
Al final es algo muy estoico, es una lección que la podemos ver en cualquier aspecto de nuestra vida. Probablemente de las lecciones más importantes para no castigarse cuando las cosas no salen como queremos pese a haber hecho todo bien.
¡Excepto reflexión! Todos deberíamos aceptar que no podemos controlarlo todo, ni lo que sucede, ni las personas, nuestros pensamientos, los buenos y malo que nos sucede. Pienso que nosotros los seres humanos estamos convencidos que el mundo gira a nuestro alrededor y si por el contrario simplemente somos un montón de átomos más en este universo guiados por una rueda que gira y gira sin control, podemos controlar nuestras acciones manejar nuestras emociones, tener la premisa de ser buenas personas pero a la final no todo sucederá como nosotros queremos.
Soy Colombiana y en la copa América de este año que perdió Colombia frente a Argentina, pensaba que siempre sucedía lo mismo que una y otra vez llegábamos al mismo punto y no avanzábamos, debemos aprender algo más y simplemente no era el momento; pero unos aceptamos la derrota y seguimos, otros por el contrario deciden no apoyar más el equipo, son puntos de vista distintos que llegan siempre al mismo punto, esta fuera de nuestro control y el azar siempre estará presente.
¡Hola Natalia! Has hecho una interesante reflexión, es tal y como dices. Sucede que nosotros controlamos una pequeña parte de lo que sucede, podemos influir un poco en otra parte y hay una gran parte sobre la que tenemos 0 control.
Lógicamente, si nos esforzamos por aprovechar todo lo que podemos controlar, es más probable que consigamos lo que nos proponemos, pero existen otras muchas cosas que se nos escapan y también hay que asumirlo.
Esto choca con la idea de "si quieres, puedes" y de "si lo sueñas puedes lograrlo", pero es que es así, no todo depende de nosotros aunque demos el 100%.
Así es, esforzarnos, soñarlo, trabajar para cumplirlo pero lo más importante es disfrutar el camino, que normalmente se nos olvida. Hay algo más que olvide mencionar y es que en todos los altos y bajos también hay algo por aprender y quizás por eso la vida nos muestra que debemos hacer el curso y repetir las veces que sea hasta que logremos encontrar el "para qué" de lo que sucede.
Eso que cuentas le sucede a muchas personas que aún no han encontrado una vocación. Muchas se centran únicamente en soñar con una meta que les haga sentir plenos. "Cuando sea rico, cuando tenga ese coche..." El problema es que la felicidad no se encuentra en una meta, esa felicidad es efímera. La felicidad es una consecuencia de una vida que te satisface, eso implica un proceso diario. No es una meta a la que llegar.
El que busca a toda costa ser feliz es quien más infelizmente vive. Eso surge de forma natural en el día a día.
Si Álvaro, de acuerdo contigo la felicidad hace parte de en proceso diario y es un conjunto de acontecimientos, experiencias, personas, lugares, vivencias que nos llevan a donde cada uno estamos en la vida.
Interesante... Esto que nos cuentas era algo que tenían muy presente los filósofos antiguos. Tal y como te cuenta Javier Jurado, es algo que comentamos en el post de Emi. ¡Parece que vais sincronizados! 😅
Cuando leí tu primer encabezado dudé por un momento... ¿Si yo nací el 23 de Abril, eso me ayuda en algo con la escritura? jajajaja... (es broma).
Ha sido tremenda coincidencia que hayamos hablado del mismo tema, casi que ha parecido una colaboración. La cuestión de no poder controlar el entorno es una lección estoica, hicieron mucho hincapié en centrarse solo en lo que podemos controlar.
No se si nacer en abril te ha venido bien o mal para escribir jajaja.
En el libro de Morgan Housel "Como piensan los ricos" da muchos ejemplos de como no se puede subestimar la suerte en el resultado que tenemos, justo algunos de mis negocios los he concretado porque estaba en el lugar y momento justos para coincidir con la persona correcta, también así he conocido a algunos de mis inversionistas, sí hubo un gran trabajo detrás, pero esos detalles incontrolables son los que han marcado la diferencia (también grandes fracasos como cuando se cerró mi negocio de consultoría por la crisis sanitaria del 2020, o que un proyecto de educación hibrida falló porque el presidente de mi país hizo una reforma educativa).
Eso que cuentas es muy interesante. Como tú bien dices, es imposible controlar todos los factores que producen el resultado final; solo controlamos un puñado. Eso no significa que no haya que dejarse la piel en el intento, pero hay que tener en cuenta que aunque lo hagamos todo bien, las cosas pueden salir mal.
Es un consuelo y un recordatorio de que no todo está en nuestras manos.
Gracias por la publicación. Es curioso, Álvaro, que tu reflexión me haya traído las mismas dos referencias a propósito de otra lectura de hoy, la de Emi (https://autodesconocimiento.substack.com/p/infierno-hacer-del-cielo). Proceden de la esfera cristiana:
La primera es la oración de la serenidad, atribuida a Niebuhr:
"Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,
valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar
y sabiduría para entender la diferencia."
La segunda es esa exhortación atribuida a San Agustín por unos y a San Ignacio de Loyola por otros:
"Ora a Dios como si todo dependiera de Él. Actúa como si todo dependiera de ti".
Buena semana.
¡Hola Javier!
Sí, es tremenda coincidencia que hayamos coincidido en el mismo tema, casi que ha parecido una colaboración. No conocía ninguna de las 2 referencias que mencionas, pero ciertamente reúnen la esencia de lo que quería comunicar.
Es curioso ver cómo problemas que a veces parecen tan contemporáneos han estado con nosotros desde siempre.
La visión «occidental» de esta vida como la única que vivimos, y cuyos logros y fracasos dependen fundamentalmente de nuestras acciones (argumentada con el ejemplo de unos pocos casos de quienes superaron situaciones iniciales adversas), favorece la vida de estrés, miedo, frustración, culpa y amargura que la mayoría conoce.
La visión «oriental» de esta vida como una etapa más en una larga serie de encarnaciones, cada una diseñada para avanzar en algunos aspectos del proyecto completo y tomando en cuenta el estado particular de avance de cada alma (algo similar al pénsum de nuestros planes de estudio), sin la amenaza del fracaso definitivo porque se tienen muchas oportunidades para aprender cada lección (sin que esto signifique que se debe abandonar el propósito de logro), favorece una vida de menos estrés, mejor disposición para intentar, mayor resiliencia, visión más global de la vida, actitud de aprendizaje constante y otra cantidad de condiciones que mejoran la calidad de vida.
Desde esta asunción de la vida, y según mi Maestro Kirpal Singh, nuestra capacidad para determinar el resultado final de cada encarnación, es decir, «modificar nuestro destino», llega apenas al 25%.
Esto puede sonar fatalista a quien vive la ilusión de poder controlarlo todo pero, por otra parte, te libera la presión un 75%, te multiplica la libertad por 4 (o más, no sé si el efecto sea lineal). Esto mejora tu estado anímico general y ya sabemos que una persona menos estresada puede actuar más agradable, más amorosa.
Esta asunción de la vida se trata en varias cartas mías anteriores, por lo cual no me extiendo más aquí. Gracias por leer. 🤗
Namasté. 🙏🏽
¡Hola Kírpalson!
Una vez escuché una reflexión similar a lo que comentas. Es curioso cómo en la visión occidental del mundo vivimos muy enfocados en la cuenta atrás, en la única oportunidad. Por otro lado, en el budismo y otras visiones del mundo, predomina la idea de no apurarse en esta vida más de lo necesario, porque se aprenderá más y más con las próximas vidas.
Esto permite gozar de tranquilidad al saber que no todo se acaba en esta vida y evitar el estrés por querer lograrlo todo en pocos años.
Es una idea que me ha fascinado. ¿Conoces al Lama Rinchen Gyaltsen? Fue con el que aprendí esa idea que tú también me cuentas.
Buena reflexión y gracias por estar un día más aquí 🙏
Hola, Álvaro.
Asumo que te refieres al joven uruguayo que tiene videos en YouTube, no al del siglo 13. 😅
Sí he visto algunos videos suyos. Tiene mucho carisma y es muy claro en sus exposiciones. Hace una gran labor. 🙏🏽
Sí, a él me refería.
De hecho, desconocía que en el siglo 13 hubo otro con el mismo nombre. Fue a raíz de él que comencé a investigar más sobre estos temas, me resultó muy didáctico.
Centrarse en aquellas cosas que puedes controlar y aceptar que el resultado final está fuera de tu control. Muy buena entrada :-)
¡Hola Fernando!
Al final es algo muy estoico, es una lección que la podemos ver en cualquier aspecto de nuestra vida. Probablemente de las lecciones más importantes para no castigarse cuando las cosas no salen como queremos pese a haber hecho todo bien.
Gracias por el comentario :)
¡Excepto reflexión! Todos deberíamos aceptar que no podemos controlarlo todo, ni lo que sucede, ni las personas, nuestros pensamientos, los buenos y malo que nos sucede. Pienso que nosotros los seres humanos estamos convencidos que el mundo gira a nuestro alrededor y si por el contrario simplemente somos un montón de átomos más en este universo guiados por una rueda que gira y gira sin control, podemos controlar nuestras acciones manejar nuestras emociones, tener la premisa de ser buenas personas pero a la final no todo sucederá como nosotros queremos.
Soy Colombiana y en la copa América de este año que perdió Colombia frente a Argentina, pensaba que siempre sucedía lo mismo que una y otra vez llegábamos al mismo punto y no avanzábamos, debemos aprender algo más y simplemente no era el momento; pero unos aceptamos la derrota y seguimos, otros por el contrario deciden no apoyar más el equipo, son puntos de vista distintos que llegan siempre al mismo punto, esta fuera de nuestro control y el azar siempre estará presente.
¡Hola Natalia! Has hecho una interesante reflexión, es tal y como dices. Sucede que nosotros controlamos una pequeña parte de lo que sucede, podemos influir un poco en otra parte y hay una gran parte sobre la que tenemos 0 control.
Lógicamente, si nos esforzamos por aprovechar todo lo que podemos controlar, es más probable que consigamos lo que nos proponemos, pero existen otras muchas cosas que se nos escapan y también hay que asumirlo.
Esto choca con la idea de "si quieres, puedes" y de "si lo sueñas puedes lograrlo", pero es que es así, no todo depende de nosotros aunque demos el 100%.
¡Buena reflexión!
Así es, esforzarnos, soñarlo, trabajar para cumplirlo pero lo más importante es disfrutar el camino, que normalmente se nos olvida. Hay algo más que olvide mencionar y es que en todos los altos y bajos también hay algo por aprender y quizás por eso la vida nos muestra que debemos hacer el curso y repetir las veces que sea hasta que logremos encontrar el "para qué" de lo que sucede.
Eso que cuentas le sucede a muchas personas que aún no han encontrado una vocación. Muchas se centran únicamente en soñar con una meta que les haga sentir plenos. "Cuando sea rico, cuando tenga ese coche..." El problema es que la felicidad no se encuentra en una meta, esa felicidad es efímera. La felicidad es una consecuencia de una vida que te satisface, eso implica un proceso diario. No es una meta a la que llegar.
El que busca a toda costa ser feliz es quien más infelizmente vive. Eso surge de forma natural en el día a día.
Si Álvaro, de acuerdo contigo la felicidad hace parte de en proceso diario y es un conjunto de acontecimientos, experiencias, personas, lugares, vivencias que nos llevan a donde cada uno estamos en la vida.
Interesante... Esto que nos cuentas era algo que tenían muy presente los filósofos antiguos. Tal y como te cuenta Javier Jurado, es algo que comentamos en el post de Emi. ¡Parece que vais sincronizados! 😅
Cuando leí tu primer encabezado dudé por un momento... ¿Si yo nací el 23 de Abril, eso me ayuda en algo con la escritura? jajajaja... (es broma).
Un abrazo, Álvaro. 🤗
¡Hola Jaime!
Ha sido tremenda coincidencia que hayamos hablado del mismo tema, casi que ha parecido una colaboración. La cuestión de no poder controlar el entorno es una lección estoica, hicieron mucho hincapié en centrarse solo en lo que podemos controlar.
No se si nacer en abril te ha venido bien o mal para escribir jajaja.
Gracias por estar un día más ¡Nos leemos!
Lo del 23 de abril viene porque se celebra el día internacional del libro. También es la fecha en que murieron Cervantes y Shakespeare… 😅
¡Es verdad! No había caído en eso jajaja.
En el libro de Morgan Housel "Como piensan los ricos" da muchos ejemplos de como no se puede subestimar la suerte en el resultado que tenemos, justo algunos de mis negocios los he concretado porque estaba en el lugar y momento justos para coincidir con la persona correcta, también así he conocido a algunos de mis inversionistas, sí hubo un gran trabajo detrás, pero esos detalles incontrolables son los que han marcado la diferencia (también grandes fracasos como cuando se cerró mi negocio de consultoría por la crisis sanitaria del 2020, o que un proyecto de educación hibrida falló porque el presidente de mi país hizo una reforma educativa).
¡Hola Josué!
Eso que cuentas es muy interesante. Como tú bien dices, es imposible controlar todos los factores que producen el resultado final; solo controlamos un puñado. Eso no significa que no haya que dejarse la piel en el intento, pero hay que tener en cuenta que aunque lo hagamos todo bien, las cosas pueden salir mal.
Es un consuelo y un recordatorio de que no todo está en nuestras manos.
¿En qué país vives? Me diste curiosidad.
Vivo en México, en la Ciudad de México