Hola Álvaro. Grandes recomendaciones, aunque he echado en falta no incurrir al final en el mal de la “parálisis por análisis”: tanta previsión y ponderación puede acabar con nosotros como el asno de Buridán del que hablabas el otro día. Tú mismo anticipabas tu propio contrapunto :)
Sí, este texto ha sido en cierta medida una réplica o contrapunto al que justo escribí hace unos días. Mientras lo escribía pensé en eso. La sabiduría es la cualidad que une a todas las demás. Saber sabiamente cuando es necesario ser más precavido que valiente, rápido que sereno, etc.
No podemos pararnos para pensar cada paso, pero tampoco podemos ir desprotegidos y sin planes.
¡Yo soy de las de anticiparse! Sin ser una catastrofista pues suelo ser positiva, pero yo tengo mis planes B, C, D en la manga... Cuando contraté a una abogada para que me redactara el contrato a firmar con las familias, se reía por la cantidad de "¿y si...?" que le planteé. Y, claro, todo quedó recogido en el contrato y yo vivo muy feliz. De momento no he tenido que recurrir a ninguno de esos "¿y si...?", pero si lo tengo que hacer, ya sé qué va a pasar. Gracias por este artículo :-)
Te entiendo perfectamente, yo también tiendo a ser precavido, me gusta saber que cuando tomo decisiones o actúo no me estoy exponiendo a un grave riesgo. Obviamente, la virtud está en el equilibrio, si somos demasiado cautos al final somos unos cobardes y nunca haremos nada.
Aunque no se pueda predecir todo, está bien recurrir a este tipo de técnicas de vez en cuando porque hay mucho que sí está en nuestras manos.
Hola Álvaro. Grandes recomendaciones, aunque he echado en falta no incurrir al final en el mal de la “parálisis por análisis”: tanta previsión y ponderación puede acabar con nosotros como el asno de Buridán del que hablabas el otro día. Tú mismo anticipabas tu propio contrapunto :)
Al final, siempre acabamos en tu acertada referencia al equilibrio, siempre inestable e incómodo, haciendo malabares entre extremos: https://newsletter.ingenierodeletras.com/p/el-incomodo-equilibrismo-sobre-el
¡Hola Javier!
Sí, este texto ha sido en cierta medida una réplica o contrapunto al que justo escribí hace unos días. Mientras lo escribía pensé en eso. La sabiduría es la cualidad que une a todas las demás. Saber sabiamente cuando es necesario ser más precavido que valiente, rápido que sereno, etc.
No podemos pararnos para pensar cada paso, pero tampoco podemos ir desprotegidos y sin planes.
¡Yo soy de las de anticiparse! Sin ser una catastrofista pues suelo ser positiva, pero yo tengo mis planes B, C, D en la manga... Cuando contraté a una abogada para que me redactara el contrato a firmar con las familias, se reía por la cantidad de "¿y si...?" que le planteé. Y, claro, todo quedó recogido en el contrato y yo vivo muy feliz. De momento no he tenido que recurrir a ninguno de esos "¿y si...?", pero si lo tengo que hacer, ya sé qué va a pasar. Gracias por este artículo :-)
¡Hola Marta!
Te entiendo perfectamente, yo también tiendo a ser precavido, me gusta saber que cuando tomo decisiones o actúo no me estoy exponiendo a un grave riesgo. Obviamente, la virtud está en el equilibrio, si somos demasiado cautos al final somos unos cobardes y nunca haremos nada.
Aunque no se pueda predecir todo, está bien recurrir a este tipo de técnicas de vez en cuando porque hay mucho que sí está en nuestras manos.
Me alegra que te haya inspirado el artículo :)
Fluir es un arte. Anticiparse a los problemas a veces es invitaros ♥️