Todos conocemos nuestro signo del zodiaco y alguna vez hemos leído el horóscopo para ver cómo irá nuestro futuro o qué tan compatibles somos con otra persona.
En realidad, nada de esto es cierto y se basa en principios psicológicos elementales.
Cómo funciona
“Horóscopo” viene del griego; “hōroskópos”, es decir “observar la hora”.
Se llama así porque en la astrología la posición de los astros en el nacimiento permiten que los astrólogos predigan la personalidad y futuro de la persona.
La carta astral se divide en 12 partes, los 12 signos que representan las diferentes posiciones del sol a lo largo de la eclíptica, es decir, el movimiento aparante que hace el sol en el cielo a lo largo del año. Además, los signos que conocemos se agrupan en 4 elementos (agua, aire, fuego o tierra) y se usan "casas" (divisiones del cielo que representan diferentes áreas de la vida) para hacer interpretaciones más detalladas.
De este modo, se crea una carta natal con abundante información.
¿Evidencia de que funcione?
Ninguna.
De los numerosos estudios que han analizado qué tan precisa es la descripción de personalidad del horóscopo ninguno ha encontrado que la probabilidad de acierto sea mayor al puro azar. Por decir un ejemplo: Hartmann et al., en 2006 comparó la personalidad de más de 15.000 personas 1 por 1 y trató de ver si las descripciones de la carta natal se acercaban a la personalidad psicológica estudiada.
Se concluyó que si acertaba era puro azar.
¿Por qué entonces tanta gente afirma que el horóscopo y su carta natal funcionan?
Simple.
Explicación psicológica
De esto si hay mucha evidencia que lo confirma.
Efecto Forer
Se sabe que las personas tendemos a aceptar descripciones genéricas sobre nosotros como si fuesen específicas. Este fenómeno fue estudiado por primera vez por el psicólogo Bertram R. Forer en 1948.
Forer repartió un falso test de personalidad a sus estudiantes y luego les entregó a cada uno un informe de personalidad en función del falso test. Sin embargo, lo que los estudiantes no sabían era que todos recibieron el mismo informe.
Forer pidió a sus estudiantes que calificaran en qué medida creían que el informe de personalidad se adaptaba a ellos en una escala de 0 a 5. El resultado fue 4,26.
Tasa de acierto del 85,2%.
Nada mal para ser un test falso.
"Necesitas que otras personas te acepten y te admiren."
"Eres una persona crítica contigo misma."
“Eres consciente de tus defectos y tratas de compensarlos.”
"A veces eres muy sociable pero siempre necesitas espacio para ti."
Estas descripciones son tan generales que pueden aplicarse a casi cualquier persona.
Sesgo de confirmación
Este es uno de los sesgos más comunes y potentes del humano, ya vimos previamente cómo este sesgo afectaba a nuestra creatividad.
Tendemos a buscar información que confirme nuestras creencias y a infravalorar la información que las cuestione. Al recibir descripciones generales, si confías en la astrología, buscas inconscientemente rasgos o datos que confirmen lo que la astrología indica e inflavaloras los casos en que no acierta (Plous, 1993).
Ley de autoridad
Como vimos hace muy poco, en El arte de influir en los demás, si una persona es una autoridad tendemos a confiar mucho más en sus afirmaciones que si no lo fuese, aunque pueda estar equivocado o sea un tema abierto a debate (Bickman, 1974).
Los astrólogos, se presentan como expertos, con años de experiencia y cientos de clientes satisfechos. Esto ya te predispone a creer en ellos en mayor medida.
Es solo una otra forma más para convencerte y la misma usada en publicidad de la TV.
¡Nos vemos pronto en otra carta! Gracias por estar ahí siempre 🙏.
Referencias 📚
Bickman, L. (1974). The Social Power of a Uniform. Journal Of Applied Social Psychology, 4(1), 47-61. https://doi.org/10.1111/j.1559-1816.1974.tb02599.x
Forer, B. R. (1949). The fallacy of personal validation: a classroom demonstration of gullibility. Journal Of Abnormal And Social Psychology, 44(1), 118-123. https://doi.org/10.1037/h0059240
Hartmann, P., Reuter, M., & Nyborg, H. (2006). The relationship between date of birth and individual differences in personality and general intelligence: A large-scale study. Personality And Individual Differences, 40(7), 1349-1362. https://doi.org/10.1016/j.paid.2005.11.017
Plous, S. (1993). The Psychology of Judgment and Decision Making. McGraw-Hill Education.
Tema espinoso donde los haya, Álvaro. 😉
En estos temas nunca nos pondremos de acuerdo los que somos más científicos o escépticos, de los que están profundamente convencidos de los beneficios de esta amplia gama de creencias y prácticas que se consideran místicas y que a menudo se centran en el conocimiento espiritual, como la astrología, las cartas astrales, el tarot, la numerología, la cábala, el reiki. Generalmente lo toman casi todo como un ataque.
Aunque no siempre es así.
En mi círculo de amistades tengo a un matrimonio, ambos con carrera universitaria (uno de ellos ingeniero informático), que además son astrólogos, maestros de Reiki y ahora están iniciando estudios de Kabbalah en un prestigioso Centro, en Londres. He tenido multitudinarias conversaciones con ellos acerca de todos estos temas. Conversaciones científicas, matemáticas, espirituales y místicas. De todo. Ellos saben de mi escepticismo, pero todos nos respetamos, como no puede ser de otra manera. Nos conocemos desde hace casi 20 años.
A donde voy con todo esto es que a la hora de acercar posturas, evidentemente yo les pido evidencias de lo que ellos profesan, como digo, desde el respeto. Yo necesito entender para creer. Y hay algo que ellos siempre me dicen y es que «no se trata de querer entender siempre, también se trata de tener fe y espiritualidad». Ellos creen en una «Energía Universal» (que no pueden demostrar), en el Simbolismo, en enfoques holísticos y creen en la búsqueda espiritual.
Dicho de otro modo, y a falta de pruebas científicas que respalden todo ello, yo me tomo todo esto igual a como me tomo la Religión. Sé que es un acto de fe, sé que es algo espiritual, sé que no se trata de evidencias (porque no las hay) y como tal lo respeto. Pero no lo comparto.
Huelga decir que mi relación con estas personas es magnífica, quizá sea de las mejores que tengo, y es porque ambas partes nos escuchamos atentamente, respetamos nuestras creencias y experiencias, nos mostramos empatía y nunca entramos en el «y tú más». Cada vez que quedamos y nos vemos siempre tengo conversaciones gratificantes y aprendo cosas increíbles de todos los temas que a ellos les fascinan. Siempre desde el escepticismo, por supuesto.
Tienen una coña conmigo, por cierto, que me hace mucha gracia. Debido a mi apellido, ellos siempre me dicen que yo soy su particular «Mago Blanco» que hace que tengan los pies en la Tierra para su bien y su propia sanación terrenal. Todo queda en casa. 😂
Menuda chapa que te he metido Álvaro. Ya lo siento.
Hoy es que me he levantado algo hablador. 😅
Gracias por estar. ❤️
Estudio cartas natales desde hace tiempo, nada que ver con el horóscopo y nada que ver con que tu personalidad coincida con lo que el horóscopo indica como el "todo": tu sol.
Efectivamente, los argumentos que expones valen para el horóscopo, que usa el signo solar como si fuera el todo de una carta, y que la mayor parte de las veces es redactado por turno en cualquier redacción de revista.
A la gente le va genial que le cuenten cosas por las que no hacerse cargo de sí misma, además de hacerles caso un rato.
Sin embargo, discrepo en mucho de tu carta. .
Conozco a varias personas más, y gente que viene de la ciencia y por cierto muy culta y leída, que estudian cartas natales desde la seriedad y la profundidad, no desde las tonterías que escriben las revistas o venden ciertos mercachifles.
Y sí, las cartas natales "funcionan", son pura matemática. Solo que no una matemática simple del tipo 2 +2 =4.
Funcionan como un reloj suizo, es un mecanismo muy complejo, mucho más de lo que pueda parecer a simple vista, pero un mecanismo, con sus fórmulas y relaciones. Como sucede con la estadística, que por cierto, raras veces acierta con el resultado electoral sin que por ello deje de ser una disciplina de estudio.
Y ojo, que no estoy diciendo que la astrologíasea una ciencia, diría que es másbcercana a un arte, como también lo puede ser la literatura o la psicología, no totalmente cerradas en su sistema, pero no por ello carentes de reglas muy claras de funcionamento, o mecanismos si lo queremos llamar así.
Hace poco un físico contaba que la relación entre la astrología y la realidad es lo más parecido que conoce a la física cuántica. Una serie de posibilidades que se pueden "coligir" pero no predecir totalmente, y que dependen de factores descriptibles, pero no fácilmente comprensibles para nosotros. Pero no por ello azarosos o aleatorios, sino complejos.
Por otro lado, es llamativo que siempre se use la cuestión del sesgo de confirmación para "el otro" o para "lo que no encaja con mi paradigma" para descalificar asuntos que no hemos estudiado a fondo.
Sin estudiar de verdad en qué se basa la astrología desde antiguo para poder rebatirla a profundidad, rápidamente corremos a tomar posiciones a partir de un estudio que no ha tomado el análisis de las cartas natales en toda su complejidad.
Discrepo del facilitismo del análisis, del lugar común cultural del que parte: un pensamiento ciertamente eurocéntrico/occidental en el que se comparte una base no explícita según la cual ciertas cosas - religiones, creencias, vivencias subjetivas divergentes - son descalificables de forma quasi apriorística, o usando argumentos o estudios que ya hemos buscado a propósito de nuestro objetivo, y que no penetran en la complejidad del objeto de estudio.
Un saludo