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Vivimos en una sociedad que glorifica el éxito y oculta el fracaso.
Sin embargo, solo cuando fracasamos analizamos en qué podemos mejorar y solo cuando decepcionamos a los demás reflexionamos sobre nuestras acciones. Cada fracaso encierra una lección y quienes finalmente alcanzan sus objetivos ven estos momentos como oportunidades valiosas, no como castigos.
Desafortunadamente, eso no hace que el proceso de aprendizaje sea menos doloroso.
Hay lecciones que solo se aprenden tras caerte, hacerte daño y luego levantarte.
La relatividad del fracaso
El fracaso suele verse como signo de debilidad o incompetencia.
Desde pequeños nos enseñan a evitar el fracaso a toda costa, se crea el miedo a fracasar y la ansiedad por asumir riesgos. Sin embargo, los fracasos son la forma de descartar posibilidades y de recopilar información durante el camino (González, 2020).
En el deporte solo un equipo puede ganar y los mejores están tan acostumbrados a ganar que hacer una mala temporada se siente como un duro golpe. Sin embargo, los que nunca ganan sienten como éxito rotundo alcanzar la final un año; para ellos no ganar es lo normal.
¿Por qué esos equipos dan su máximo potencial aunque saben que no ganarán?
Pues porque no se comparan con el mejor de la competición, se comparan con ellos mismos y los de su nivel en el pasado y saben que este temporada será una nueva y excelente oportunidad para progresar un poquito más.
La vida es cuestión de perspectiva y tu forma de verla te hará crecer o estancarte.
Solo conocemos al que sobrevivió
Un error habitual es confundir la parte y el todo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los ingenieros analizaron los aviones dañados que regresaban de las misiones. Al principio, reforzaron las áreas dañadas de estos aviones para mejorar los futuros modelos, sin embargo, Abraham Wald, un matemático, señaló que esto era un error, pues solo estaban viendo los aviones que sobrevivían, es decir, los casos de éxito.
Los aviones que no regresaron fueron impactados en áreas críticas que se desconocen y son justo las áreas en las que hay que fijarse para mejorar los próximos aviones.
Las redes sociales son el lugar perfecto para el sesgo del superviviente.
En Instagram las personas solo comparten los aspectos más positivos de sus vidas. Lo que crea una percepción distorsionada, parece que todo el mundo excepto nosotros tienen vidas perfectas. Es absurdo comparar tus virtudes y defectos solo con las virtudes de otra persona, siempre serás peor porque no es una comparación real.
En su lugar, aprende de los demás y compárate contigo en el pasado.
Que el fracaso te lleve al éxito
El fracaso puede ser tu mejor mentor o tu peor enemigo, tú decides.
Aquí tomaremos 2 puntos de vista diferentes pero complementarios. El primero para cambiar la mentalidad hacia los errores y el segundo para convertir los fallos en el motor hacia la mejora. Inspírate de ambas y pon en práctica lo que te sirva.
1. Técnica del reencuadre cognitivo: Cambia tu perspectiva
No puedes cambiar los sucesos, pero si la forma en la que los vives.
Aaron Beck (1976) vio que al cambiar la interpretación de los eventos y emociones podemos cambiar nuestra conducta. Imagina que te has animado a experimentar, has fracaso en tu intento y esto te ha generado un profundo desánimo.
Identifica tus pensamientos distorsionados: Nos castigamos con frases como "no valgo" o "nunca lo lograré". Reconoce estos pensamientos y reencuádralos.
Reencuadre: ¿Hay datos objetivos que respalden tus pensamientos? ¿Existen interpretaciones alternativas más realistas y menos destructivas? Busca información que desafíe tus pensamientos negativos, revisa tus logros pasados y háblalo con personas que te apoyen. Puedes pasar de castigarte mentalmente con un “No valgo” a un “No se me da bien, pero si me esfuerzo lo lograré”.
Busca la lección: ¿Qué podríamos hacer para responder de manera diferente ante esta situación en el futuro? Es común castigarse a través de esta realidad distorsionada.
Esto parece algo absurdo y sin valor, pero los pensamientos pueden hacerte daño.
La técnica del reencuadre ha demostrado eficacia en reducir la depresión (Hofmann et al., 2012; King, 1979), reducir la ansiedad (Dugas et al., 2003; Hofmann y Asmundson 2008) y aumentar el bienestar general.
Esta técnica la oí de un psicólogo que decía haber recibido a una persona con depresión que decía cosas como “no valgo para nada” o “mejor no lo intento, no puedo”, etc. Conforme el psicólogo le preguntaba, siempre encontraba cualidades positivas y habilidades destacables. “Sí vales para algo, hay muchas cosas que sabes hacer”. “Quizá no puedas hoy, pero si lo intentas, mañana si podrás”. Los repetitivos pensamientos negativos acaban por distorsionar tu realidad.
Para alguien con depresión, el simple hecho de asearse por la mañana puede ser una odisea. Reencuadrar los pensamientos es el primer paso para salir del agujero.
2. Método de las 5 S del Kaizen: Convertir el fracaso en progreso
Tras el fracaso de Japón en la Segunda Guerra Mundial, su país estaba devastado.
¿Por qué te cuento esto?
Porque no hay mayor problema que esta desgracia. Para hacerle frente, Toyota creó el método de las 5 S, que rápidamente se popularizó por Japón y logró aumentar la eficiencia y minimizar fallos. Veámoslo con un ejemplo que lo clarifique.
Imagina que estás aprendiendo un nuevo idioma:
Seiri (Clasificar): Clasifica los elementos útiles y deshecha los inútiles. Imagina que has usado muchas aplicaciones, libros y recursos. Algunos habrán sido efectivos y otros no. Aprendiste qué cosas te funcionaron y cuáles no; elimina las que no sirvieron y aprende de esos fallos.
Seiton (Orden): Organiza lo que viste que era útil para que sea accesible. Usa carpetas, clasifica tus notas por temas (gramática, vocabulario, pronunciación, etc.), y establece un horario de estudio. Prueba diferentes disposiciones y rutinas hasta que encuentres la que mejor te funciona. Ensayo y error.
Seiso (Limpieza): Mantén el área de trabajo limpia y ordenada para prevenir problemas, despistes y ahorrar tiempo. Crea el entorno ideal, puedes ver este punto al detalle en esta publicación.
Seiketsu (Estandarización): Estandariza los procesos para que fluyas entre una tarea y otra y no necesites pararte a pensar qué hacer después. Establece una rutina que incluya tiempos para practicar cada aspecto y planifica siempre tus próximos pasos.
Shitsuke (Disciplina): Haz el esfuerzo de seguir los 4 pasos previos y evalúalos con el tiempo para ver si se puede hacer incluso mejor. Si has abandonado tus estudios en el pasado, identifica las razones y evita que vuelva a pasar. Al principio es difícil seguir un hábito, luego se convierte en algo natural.
Tras seguir estos pasos habrás pasado de equivocarte y no saber bien cómo estudiar un idioma a estudiar eficientemente y sin esfuerzo.
Hacer el ensayo y error una virtud.
He preparado un evento gratuito en el que veremos todo lo necesario para crear tu propio sistema de productividad. Hablaremos sobre cómo usar el Zettelkasten y Obsidian. Resolveré todas las dudas en directo y al final del taller regalaré un kit para Obsidian con todo listo para que puedas empezar a el sistema de inmediato para mejorar tu organización y ahorrar mucho tiempo. Además, será una oportunidad genial para conocernos más 😊.
Estoy seguro que te servirá, pero eso sí, solo si quieres ahorrar tiempo.
✍️ Te toca a ti: ¿Tenías miedo a fracasar en algo pero al final te demostraste que eras capaz? Quien ahora sabe mucho, antes se equivocó mucho.
💭 Cita del día: “El mayor error que puedes cometer en la vida es siempre tener el miedo a cometer uno” Elbert Hubbard.
Nos veremos muy pronto en otra carta, esto es todo por hoy 👋.
Referencias 📚
Beck, A. T. (1976). Cognitive Therapy and the Emotional Disorders.
Dugas, M. J., Gagnon, F., Ladouceur, R., & Freeston, M. H. (1998). Generalized anxiety disorder: a preliminary test of a conceptual model. Behaviour Research And Therapy, 36(2), 215-226. https://doi.org/10.1016/s0005-7967(97)00070-3
Gonzalez, A. (2020). Lo bueno de tener un mal día: Cómo cuidar de nuestras emociones para estar mejor. Editorial Planeta.
King, R. (2002). Book Review: Cognitive Therapy of Depression. Australian And New Zealand Journal Of Psychiatry, 36(2), 272-275. https://doi.org/10.1046/j.1440-1614.2002.t01-4-01015.x
Hofmann, S. G., & Asmundson, G. J. (2008). Acceptance and mindfulness-based therapy: New wave or old hat? Clinical Psychology Review, 28(1), 1-16. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2007.09.003
Hofmann, S. G., Asnaani, A., Vonk, I. J. J., Sawyer, A. T., & Fang, A. (2012). The Efficacy of Cognitive Behavioral Therapy: A Review of Meta-analyses. Cognitive Therapy And Research, 36(5), 427-440. https://doi.org/10.1007/s10608-012-9476-1
Álvaro, este escrito me acordó al concepto de “Mentalidad Fija” y “ Mentalidad de Crecimiento” de la psicóloga norteamericana, Carol Dweck.
No sé si ya has leído sobre ellos pero en su libro “Mindset” básicamente ella explica cómo nuestras creencias sobre nuestras capacidades impactan la manera en que nos relacionamos con el mundo y el desarrollo de nuestro potencial.
Por ejemplo, si la mentalidad más prominente en nosotros es la Mentalidad Fija, solemos asumir que si algo no es una habilidad “innata” en nosotros no la podemos desarrollar. Sin embargo, la Mentalidad de Crecimiento, es aquella que nace de la suposición de que todo con esfuerzo y dedicación es posible.
De hecho, va mucho más profundo. Explica cómo la manera en que los maestros, figuras de autoridad y, nuestros padres, influyen mucho en las creencias que tenemos sobre nosotros mismos y que vamos formando durante nuestro desarrollo.
Es bastante interesante.
Gracias por el escrito de hoy 🫶
El encuentro por Zoom se lee súper.
Un abrazo,
Paloma
Ya no te acordarás, pero cuando éramos bebés aprendimos a agarrar algo después de intentarlo un montón de veces sin éxito. Encontramos la forma de coordinar los músculos de la mano a base de descartar todas las que no habían funcionado. Pues así con todo. Aprendemos desde el fracaso.