La brutal carta de Hemingway a Fitzgerald sobre cómo escribir mejor
Notas de gigantes - Número 14
Te doy la bienvenida a Jardín Mental. La siguiente carta es parte de nuestra colección "Notas de gigantes", en la que exploramos los pensamientos de las grandes mentes de la humanidad.
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🏷️ Categorías: Lecciones de vida, Escritura,
Tras publicar su novela Tender is the Night en 1934, F. Scott Fitzgerald pidió a su buen amigo Ernest Hemingway una opinión honesta acerca de la obra.
Y Hemingway le dio una opinión brutalmente honesta.
Su carta, incluida en Ernest Hemingway Selected Letters 1917-1961, es un tesoro muy poco conocido lleno de consejos atemporales para cualquier escritor. Si escribes, si luchas con la página en blanco o si dudas de tu habilidad, presta atención.
Vamos a analizar las lecciones de Hemingway punto por punto.

1. El 90% de lo que escribes es basura
“Escribo una página de obra maestra por cada 90 de mierda.” — Ernest Hemingway
No se puede ser más directo.
Hemingway sabía (por años de experiencia) que el genio que sólo produce oro es un mito. Se lo deja así de claro a su amigo Fitzgerald, quien duda a la hora de escribir porque se sentía inseguro cuando su trabajo no llegaba a la calidad que esperaba.
Fitzgerald estaba atrapado en lo que llamo "la trampa de la perfección”.
“Por Dios, escribe y no te preocupes por lo que dirán, ni te preocupes por si será una obra maestra o no.” — Ernest Hemingway
Hemingway nos recuerda algo básico: la escritura es un trabajo sucio.
En este sentido, es como ir al a mina. Hay que picar mucha piedra sin valor antes de encontrar unas pocas pepitas de oro que paguen todo el duro proceso. Sí, hay días de inspiración divina, pero la mayoría son días de teclear mucho, sudar y aceptar que el resultado no estuvo a la altura de lo que podrías llegar a lograr.

Lo que importa no es que cada página sea brillante.
Lo que importa es escribirlas todas.
“Si escribes lo suficiente y tan bien como puedas habrá cantidad de obras maestras...”
— Ernest Hemingway
Hemingway estaba tranquilo, sabía que si era prolífico sería cuestión de tiempo que llegara la obra maestra. Quizá solo tras 90 páginas de mierda, como el mismo dijo.
Escribir bien = producción + intención.
Esa es la fórmula del buen escritor.
2. Respeta a tus personajes
“Empezaste a hacer el tonto con tus personajes, haciéndolos venir de cosas de las que no venían, cambiándolos por otras personas y eso no se puede hacer, Scott. Si tomas personas reales y escribes sobre ellas no puedes darles otros padres que los que tienen y no puedes hacer que hagan algo que no harían…” — Ernest Hemingway
Fitzgerald había usado a personajes reales como inspiración para sus protagonistas, pero les cambió la historia. Inventó partes. Les hizo decir cosas que nunca dirían en la vida real y hacer cosas que nunca harían.
Para Hemingway, eso era un grave error.
Como argumenta en la carta, si te inspiras en personas reales, respétalas. No puedes manipular sus esencias. Porque entonces lo que estás escribiendo no es una novela. Es una historia “maravillosamente falsificada”.
“Maldita sea, te tomaste libertades con el pasado y el futuro de la gente, son historias maravillosamente falsificadas.” — Ernest Hemingway
Escribir ficción no es disfrazar la realidad. Es crear una fantasía con coherencia.
Hemingway le da 2 posibles soluciones:
Crear toda una ficción a partir de una persona real. Sin que sea reconocible.
Ceñirse a la esencia de la persona y mantenerla tal y como es en la realidad.
No crees personajes reales a medias que podrían identificarse al leer tu escrito.
3. Escribe con honestidad, aunque duela
“Scott, escribe de verdad, le duela a quien le duela o lo que le duela, pero no hagas esas tontas concesiones.” — Ernest Hemingway
Para Hemingway, Fitzgerald había caído en compromisos. En tratar de quedar bien al escribir la obra. Quizás para no herir la sensibilidad de algunas personas. Quizás para gustar más. Hemingway lo olió al instante y justo esa actitud fue la que le dolió.
La escritura sin honestidad es cobardía.
Y lo peor de todo: no conecta.
Voy a tratar de ejemplificar lo que Hemingway quería decir:
Ejemplo de no ficción: En Hambre, Roxane Gay habla sin pudor de su relación con el cuerpo, el abuso y la ansiedad. Hacerlo tiene un sentido: suavizar lo vivido sería deshonesto. La realidad sin maquillaje es mil veces más penetrante.
Ejemplo de ficción: En Revolutionary Road, Richard Yates describe con crueldad el vacío de un matrimonio fallido. No evita diálogos feos, al revés, los potencia porque la realidad es así: no siempre luce hermosa y brillante.
A veces, la realidad es demasiado cruda como para ocultarla. Exhíbela tal y como es.
4. Dejar de prestar atención es la muerte del escritor
“Hace mucho tiempo que solo escuchas a las respuestas de tus propias preguntas. Eso es lo que seca a un escritor, no escuchar (todos nos secamos, no es un insulto hacia ti). Justo de ahí viene todo. De ver, de escuchar.” — Ernest Hemingway
Esta es la clase de consejo que solo podría dar un veterano del oficio de escribir…
La materia prima del escritor no está dentro. Está afuera.
Escribir no es encerrarse en una habitación hasta que algo mágico suceda. Es abrir los sentidos. Hemingway aconseja a Fitzgerald que no caiga en el sesgo de confirmación. La inspiración surge al ver y escuchar visiones diversas con interés real, no al escuchar una y otra vez las ideas que nos gustan.
Para crear algo interesante, primero hay que estar interesado.
Virginia Woolf estaría de acuerdo con Hemingway. Ella lo llamaba "momentos de ser".
5. Trabaja tus sentimientos
“Olvida tu tragedia personal. Cuando tengas el maldito dolor úsalo, no hagas tonterías con él. Sé tan fiel al ver tu dolor como lo sería un científico. No creas que algo tiene importancia solo porque te ocurra a ti.” — Ernest Hemingway
Muchos escritores creen que escribir sobre sus emociones ya es literatura.
Para Hemingway, no.
No basta con sentir. Todos sentimos. Para que sea literatura, hay que trabajar esos sentimientos. La clave está en la precisión, en la reflexión que hay detrás. Sentir, sí. Pero con la visión que tendría un científico: examinar sentimientos seriamente.
Te pondré un ejemplo de lo que Hemingway quería decir…
Karl Ove Knausgård es un escritor noruego que escribió una monumental obra autobiográfica. En la obra La Isla de la Infancia narra su vida de forma muy profunda, con todo tipo de experiencias, buenos y malos momentos, lo que sintió, lo que aprendió, lo que descubrió en la inocencia de la niñez. Sus tropiezos y aciertos…
No escribas un nudo sin sentido de sentimientos sobre el papel. Trabájalo.
El desarrollo introspectivo sí resuena en el lector.
6. Escribe y olvídate del resto
"Sólo somos escritores y lo que debemos hacer es escribir.” — Ernest Hemingway
En esta época, Fitzgerald afrontaba una muy difícil situación.
Su esposa fue diagnosticada de esquizofrenia y él tuvo que cuidarla, lo que afectó a sus ánimos. Además, cayó en el alcoholismo y, por si fuera poco, tras el éxito de El gran Gatsby, sus siguientes obras no brillaron, lo que le dio problemas económicos.
¿Y qué le dijo Hemingway?
“Scott, los buenos escritores siempre vuelven. Siempre. Eres el doble de bueno ahora de lo que eras en el momento en que creías que ya eras genial. Ahora puedes escribir el doble de bien de lo que nunca pudiste. Todo lo que tienes que hacer es escribir y no preocuparte por el destino.” — Ernest Hemingway
Hemingway sabía el mal momento por el que pasaba, pero también sabía que para Fitzgerald, escribir era un refugio y una forma de ganarse la vida. No podía quedarse parado, debía centrarse en cambiar lo único que sí estaba bajo su control: escribir.
Escribir era la forma de seguir adelante.
Clarice Lispector fue una escritora que escribió sus obras más profundas mientras sufría muy graves problemas de salud física y mental.
Marina Keegan fue una escritora que escribió The Opposite of Loneliness poco antes de morir. No esperó “el momento correcto”.
George Orwell, enfermo de tuberculosis, escribió 1984 hasta el final en sus peores años de salud. Pese a todo, no se detuvo.
Ahora pensemos en nuestros casos, en el tuyo y en el mío.
Estoy casi seguro que tu situación es mejor que la de Fitzgerald y los demás que he descrito. Aún así, solemos excusarnos al no escribir por falta de tiempo y problemas. Muchos esperan a que lleguen las condiciones ideales… y al final nunca escriben.
No esperes a que las circunstancias se alineen.
No esperes a estar en tu mejor momento para escribir.
La cuestión es priorizar la escritura. Solo la disciplina te salvará.
“Te tengo mucho cariño y me gustaría poder hablar de vez en cuando. Pasamos buenos ratos hablando, Scott. […] Voy bien en una historia muy larga. Difícil de escribir.
Siempre tu amigo
Ernest”
✍️ Te toca a ti: ¿Será que la disciplina es más importante que andar buscando la genialidad a cada página que escribes?
💭 Cita del día: «Escribo una página de obra maestra por cada noventa de mierda.» — Ernest Hemingway.
¡Nos vemos en la próxima, cuídate mucho y disfruta de escribir! 👋
Referencias 📚
Hemingway, E. (2003). Ernest Hemingway Selected Letters 1917-1961.
¡ Que grandes consejos, Álvaro!
Precisamente llevo estancada con un post desde hace semanas, ni te cuento un relato. Por eso es muy interesante lo que dices, me ha gustado lo de respeta a tus personajes
Me encantó este post, lo que dice Hemingway es bastante real e importante. La mejor disciplina es aquella que, aunque imperfecta, no se detiene ante la duda o la inseguridad. Hay que escribir y punto.