Es un libro que leí recientemente y me hizo reflexionar seriamente.
La felicidad se ha convertido en un producto, porque, ¿Quién no quiere ser feliz? Todo dirán que sí. Es a partir de ahí que se introduce la felicidad como si fuera un receta, un método para vivir la vida de tus sueños. Todo tipo de pseudo-expertos te dirán como lograr la felicidad plena, como si la felicidad fuese igual para todo el mundo...
Es un discurso absurdo en el que mucha gente cae...
Es un libro que leí no hace mucho y sentí la necesidad de compartirlo. Creo que sus autores apuntan a un fenómeno que tiene mucho peso en el presente, el hecho de que la felicidad se haya convertido en un producto y que todos tengan la receta perfecta para alcanzarla.
Dices: "Como si ser feliz fuese un trabajo personal" y yo digo: "Y claro que lo es".
Por supuesto que coincido contigo que no tiene nada que ver por supuesto como dices con "tienes que ir conocer este o aquel lugar, ni comprar nada, ni consumir libros que no aplicas.
Pero si es un tabajo personal, es reconocer que quien nos hace infelices es nuestro ego, que se hizo dueño de nosotros, que le entregamos el mando para poder vivir en piloto automático porque es más fácil, para poder hacer todo ese montón de cosas que "tenemos" que hacer (mitad de ellas o más, espiar la vida de los otros por una pantalla).
Si es entonces un trabajo personal, para quien esté dispuesto a hacerlo y no entregarse y no creerle al ego que tenemos motivos para no ser felices, porque el siempre va a encontrar justificaciones para sentirnos así.
No hay motivos para declararnos IMPOTENTES, pensando que no depende de nosotros estar presentes en nuestra vida.
Y si podemos reconocer la voz del ego y ponerlo un su lugar tantas veces como nos demos cuenta y romper conexiones neuronales.
Entre nuestro maravilloso equipaje contamos con la neuroplasticidad del cerebro y está ahí para ser usada, significa que no estamos condenados a repetir patrones de pensamiento o comportamiento.
Con INTENCIÓN Y PERSEVERANCIA, podemos fortalecer nuevas conexiones neuronales y debilitar las antiguas.
Comprender y aprovechar la neuroplasticidad nos empodera para tomar un papel activo en nuestra transformación personal.
Y SI entonces SER felices es un trabajo personal, porque la capacidad de serlo es parte de NUESTRA HUMANIDAD.
Es interesante lo que cuentas. El ego mete ruido, pero también tenemos herramientas para reconectar con lo que de verdad somos, eso es cierto. Muchas personas se amargan sus propias existencias a causa de no gestionar bien estos estímulos negativos que les llegan del entorno, por la comparación constante.
Nuestro hábitos contribuyen significativamente con nuestro bienestar. Sin embargo, como comentas, las circunstancias no son las mismas para todos. Cada uno de nosotros tiene una historia distinta y no tenemos las mismas herramientas.
En base a mi experiencia, he logrado estar muy bien, aunque como digo dwpende del contexto. Para mí la lógica es mi mejor herramienta, aunque creo que también para cualquiera. Respiración diafragmática y neurociencia. De todas maneras no son exigencias, hago lo que puedo, entendrr que algunas circunstacias no están en mi control y centrarme en aquello que sí.
Pero es mi opinión personal, cada quien tiene sus creencias y herramientas.
Esto que dices en muy interesante. Yo lo veo como tú, pese a que no tengamos las mismas circunstancias, a veces sucede que nos enfocamos demasiado en mirar cosas que no podemos cambiar en lugar de cambiar aquellas sobre las que sí tenemos control. Eso es cierto
"La felicidad no es un producto que se compra ni una meta que se persigue con esfuerzo; es la naturaleza esencial del ser humano. El artículo señala con acierto la trampa de convertir la felicidad en una obligación comercial, lo cual genera culpa y frustración. Sin embargo, las prácticas como el mindfulness, la gratitud o la meditación no son meras herramientas superficiales, sino puentes para reconectar con nuestro ser interior, donde la dicha ya reside.
La verdadera felicidad no depende de circunstancias externas, pero tampoco se logra reprimiendo emociones o negando las dificultades. Surge cuando aceptamos la vida en su totalidad —con luces y sombras— y cultivamos un espíritu resiliente a través de la autoconciencia y la compasión. La presión social por proyectar una felicidad constante es, en efecto, una ilusión. En lugar de consumir fórmulas prefabricadas, debemos recordar que la paz profunda nace al servir a otros, al soltar expectativas y al abrazar el presente con gratitud.
La felicidad no es un destino, sino un viaje interior. Cuando dejamos de buscarla fuera y miramos hacia dentro, descubrimos que siempre ha estado allí, esperando ser reconocida."
Lo veo como tú y creo que lo has expuesto con mucha claridad el punto de vista. Quizá es que no me expresé con claridad acerca de la meditación. No quería decir que no tuviera utilidad, sé que es útil y puede ayudar a ser más feliz, lo que sí quería exponer es que se ha sobrevalorado su poder en muchos libros con los que me he cruzado.
El discurso de la autoayuda suele olvidar que no todos parten del mismo sitio. Convertir la felicidad en mandato personal desactiva la mirada crítica sobre lo estructural y hace que la culpa por el malestar también sea privatizada.
Sí, y además hay que tener en cuenta que la felicidad no es universalmente definible. Lo que para unas personas puede ser felicidad, para otras no. No existe una receta mágica que funcione para todo el mundo.
Lo he estado pensando, pero esta vez no participaré. De todos modos, agradezco que pensaras en mi. En lo personal, ya evalué una vez si merece la pena usar notas o no y comprobé que son una ayuda, pero jamás un reemplazo a escribir artículos de larga longitud con asiduidad. Al menos, fue la conclusión a la que yo llegué.
Estaré atento a vuestro resultado por si encontráis algo diferente.
Un libro magnífico contra la dictadura del ser feliz todo el tiempo. De hecho, no me creo a la gente que siempre es feliz
¡Hola Van! :)
Es un libro que leí recientemente y me hizo reflexionar seriamente.
La felicidad se ha convertido en un producto, porque, ¿Quién no quiere ser feliz? Todo dirán que sí. Es a partir de ahí que se introduce la felicidad como si fuera un receta, un método para vivir la vida de tus sueños. Todo tipo de pseudo-expertos te dirán como lograr la felicidad plena, como si la felicidad fuese igual para todo el mundo...
Es un discurso absurdo en el que mucha gente cae...
Gran artículo. Digno de ser compartido y analizado varias veces.
¡Gracias Darío! :)
Es un libro que leí no hace mucho y sentí la necesidad de compartirlo. Creo que sus autores apuntan a un fenómeno que tiene mucho peso en el presente, el hecho de que la felicidad se haya convertido en un producto y que todos tengan la receta perfecta para alcanzarla.
Es algo que, personalmente, me cansa de ver.
Dices: "Como si ser feliz fuese un trabajo personal" y yo digo: "Y claro que lo es".
Por supuesto que coincido contigo que no tiene nada que ver por supuesto como dices con "tienes que ir conocer este o aquel lugar, ni comprar nada, ni consumir libros que no aplicas.
Pero si es un tabajo personal, es reconocer que quien nos hace infelices es nuestro ego, que se hizo dueño de nosotros, que le entregamos el mando para poder vivir en piloto automático porque es más fácil, para poder hacer todo ese montón de cosas que "tenemos" que hacer (mitad de ellas o más, espiar la vida de los otros por una pantalla).
Si es entonces un trabajo personal, para quien esté dispuesto a hacerlo y no entregarse y no creerle al ego que tenemos motivos para no ser felices, porque el siempre va a encontrar justificaciones para sentirnos así.
No hay motivos para declararnos IMPOTENTES, pensando que no depende de nosotros estar presentes en nuestra vida.
Y si podemos reconocer la voz del ego y ponerlo un su lugar tantas veces como nos demos cuenta y romper conexiones neuronales.
Entre nuestro maravilloso equipaje contamos con la neuroplasticidad del cerebro y está ahí para ser usada, significa que no estamos condenados a repetir patrones de pensamiento o comportamiento.
Con INTENCIÓN Y PERSEVERANCIA, podemos fortalecer nuevas conexiones neuronales y debilitar las antiguas.
Comprender y aprovechar la neuroplasticidad nos empodera para tomar un papel activo en nuestra transformación personal.
Y SI entonces SER felices es un trabajo personal, porque la capacidad de serlo es parte de NUESTRA HUMANIDAD.
¡Hola Luján! :)
Es interesante lo que cuentas. El ego mete ruido, pero también tenemos herramientas para reconectar con lo que de verdad somos, eso es cierto. Muchas personas se amargan sus propias existencias a causa de no gestionar bien estos estímulos negativos que les llegan del entorno, por la comparación constante.
Nuestro hábitos contribuyen significativamente con nuestro bienestar. Sin embargo, como comentas, las circunstancias no son las mismas para todos. Cada uno de nosotros tiene una historia distinta y no tenemos las mismas herramientas.
En base a mi experiencia, he logrado estar muy bien, aunque como digo dwpende del contexto. Para mí la lógica es mi mejor herramienta, aunque creo que también para cualquiera. Respiración diafragmática y neurociencia. De todas maneras no son exigencias, hago lo que puedo, entendrr que algunas circunstacias no están en mi control y centrarme en aquello que sí.
Pero es mi opinión personal, cada quien tiene sus creencias y herramientas.
Muy buena nota. Gracias por compartirla.
¡Hola Agustina! :)
Esto que dices en muy interesante. Yo lo veo como tú, pese a que no tengamos las mismas circunstancias, a veces sucede que nos enfocamos demasiado en mirar cosas que no podemos cambiar en lugar de cambiar aquellas sobre las que sí tenemos control. Eso es cierto
Gracias por tu comentario.
"La felicidad no es un producto que se compra ni una meta que se persigue con esfuerzo; es la naturaleza esencial del ser humano. El artículo señala con acierto la trampa de convertir la felicidad en una obligación comercial, lo cual genera culpa y frustración. Sin embargo, las prácticas como el mindfulness, la gratitud o la meditación no son meras herramientas superficiales, sino puentes para reconectar con nuestro ser interior, donde la dicha ya reside.
La verdadera felicidad no depende de circunstancias externas, pero tampoco se logra reprimiendo emociones o negando las dificultades. Surge cuando aceptamos la vida en su totalidad —con luces y sombras— y cultivamos un espíritu resiliente a través de la autoconciencia y la compasión. La presión social por proyectar una felicidad constante es, en efecto, una ilusión. En lugar de consumir fórmulas prefabricadas, debemos recordar que la paz profunda nace al servir a otros, al soltar expectativas y al abrazar el presente con gratitud.
La felicidad no es un destino, sino un viaje interior. Cuando dejamos de buscarla fuera y miramos hacia dentro, descubrimos que siempre ha estado allí, esperando ser reconocida."
Con amor y luz.
¡Hola Bastián! :)
Lo veo como tú y creo que lo has expuesto con mucha claridad el punto de vista. Quizá es que no me expresé con claridad acerca de la meditación. No quería decir que no tuviera utilidad, sé que es útil y puede ayudar a ser más feliz, lo que sí quería exponer es que se ha sobrevalorado su poder en muchos libros con los que me he cruzado.
Por lo demás, coincido totalmente contigo.
Muchas gracias por todo. Que pases Hermoso finde.
El discurso de la autoayuda suele olvidar que no todos parten del mismo sitio. Convertir la felicidad en mandato personal desactiva la mirada crítica sobre lo estructural y hace que la culpa por el malestar también sea privatizada.
No es solo ingenuidad, es una forma de control.
Sí, y además hay que tener en cuenta que la felicidad no es universalmente definible. Lo que para unas personas puede ser felicidad, para otras no. No existe una receta mágica que funcione para todo el mundo.
Álvaro, te apuntas al desafío, en la parte española?
Así podemos concentrarnos un mes en nuestros artículos y menos en notas, y ver si vale la pena, o no.
Al fin y al cabo, tu ya escribes varias veces a la semana.
https://substack.com/@cienciasocial/note/c-113824186
¡Hola Salvador!
Lo he estado pensando, pero esta vez no participaré. De todos modos, agradezco que pensaras en mi. En lo personal, ya evalué una vez si merece la pena usar notas o no y comprobé que son una ayuda, pero jamás un reemplazo a escribir artículos de larga longitud con asiduidad. Al menos, fue la conclusión a la que yo llegué.
Estaré atento a vuestro resultado por si encontráis algo diferente.
Ok. Ya te contaré 🙂