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“Un aumento de precisión en la navegación conlleva un aumento del riesgo de colisión”
A primera vista, la frase puede sonar contradictoria, pero tiene sentido. Es la paradoja de la navegación, que explica por qué un aumento en la precisión de las rutas de transporte puede, irónicamente, incrementar el riesgo de colisión. Al concentrar más y más trayectos en unas pocas rutas óptimas, la densidad del tráfico en ese espacio aumenta y, por ende, las probabilidades de accidente también (Reich, 1997).
Si lo piensas, esta paradoja nos revela una crucial lección que va más allá de moverse por el espacio físico, nos habla sobre cómo navegamos por la creatividad.
El camino principal está sobreexplotado
Cuando una ruta es la más eficiente, con el tiempo se satura. Más aviones, barcos y coches. Todos ocupan el mismo camino porque es el óptimo, el más fácil, el atajo.
Hasta que la vía se satura y es imposible avanzar.
Esto sucede a todos los niveles, y en la creatividad también. Ya sea pintura, música, fotografía, cine, escritura o escultura, da igual, en todos los ámbitos hay miles que compiten por el primer puesto, por destacar. A más personas sigan caminos “exitosos”, mayor es el riesgo de convertirse en una versión indistinguible del resto.
¿Qué piensas hacer tú?
Hay 2 caminos: El primero es competir, el segundo es diferenciarse.
Competir
Competir es ir por la autopista por la que todos van para intentar destacar en alguna cualidad por encima del resto. Es jugar al mismo juego de todos y hay 2 problemas:
Competencia feroz: Es una autopista hacia el mínimo común denominador. Diferencias del 1% separan a unos pocos del 99%. Es muy difícil brillar.
Estancamiento: Cuanto más popular es el camino, más rápido pierde su atractivo. Nadie recuerda al que imitó, pero sí al que innovó por primera vez.
Diferenciar
Si quieres brillar aparte, necesitas salir de la autopista y aventurarte por caminos no transitados. Será difícil, cometerás errores, pero habrá una gran recompensa:
0 competencia: En el momento en que sales de la ruta principal y decides distinguirte, dejas de competir. Tienes toda la cancha para crear libremente.
Originalidad: Crear algo distinto te hace el experto de ese tema al instante.
Mismo esfuerzo, mas impacto: Las ideas originales tienen un efecto duradero porque sorprenden, rompen patrones. Es muy fácil ser memorable haciendo algo distinto, pero realmente difícil tratando de ser mejor en lo mismo de siempre.
¿Cómo hacemos tangibles estas ideas tan abstractas que te dije?
Mira estos caminos alternativos y entenderás a lo que me refiero.
1. Cambia la trama o la ambientación:
¿Escribes una novela policial? Genial, pero evita los mismos clichés de siempre: detectives solitarios, ciudades como Londres y tramas que ya vimos miles de veces.
Piensa en un escenario único: ¿qué tal un asesinato en la corte de la dinastía Qing en durante la caída de la última dinastía china? O una historia de ciencia ficción donde el crimen ocurre en una colonia espacial recién fundada. En lugar de seguir los patrones establecidos, crea un mundo que sea tan intrigante como el misterio en sí.
Tu meta es más que resolver el crimen, es sumergir al lector en un universo nuevo.
2. Cambia la audiencia:
Los libros de cocina están en todas partes.
Pero, ¿qué tal un libro de recetas para estudiantes con presupuesto limitado y que quieren comer sano? Puedes incluir recetas económicas, explicaciones sencillas paso a paso para gente inexperta y una sección de recetas rápidas. O, si te interesa el deporte, escribe un libro de cocina solo con recetas ricas en proteínas para personas que hacen ejercicio, dividiendo el libro según las épocas de entrenamiento.
No hay que ser universal, sino ser imprescindible para una audiencia específica.
3. Cambia el tono:
Imagina un libro sobre filosofía que se lea como una conversación con un amigo.
Olvídate de la jerga académica y los párrafos interminables. Habla de conceptos complejos como "el imperativo categórico" de Kant usando ejemplos cotidianos: "Es como cuando decides no mentir a tu amigo, aunque te haría la vida más fácil mentir en ese momento". Añade humor, analogías modernas y humor que haga reír a los lectores mientras aprenden. Al eliminar la barrera del lenguaje, abres la puerta para que muchas más personas entren en un mundo que, de otra forma, nunca entrarían.
El truco está en pensar como un lector, no como un escritor.
Pregúntate: ¿cómo hacer que este mensaje diga lo mismo pero de forma distinta?
4 estrategias para ser diferente
1. Encuentra tu propia audiencia
En lugar de escribir para el pública masivo, enfócate en un grupo de personas. Por ejemplo, si escribes novela histórica, puedes enfocarte en:
Niños, creando historias que mezclen elementos educativos y entretenimiento.
Inmigrantes, narrando historias que conecten con las experiencias que han vivido.
Amantes de los viajes, centrando la narración en la exploración del escenario.
Cuanto más específico seas, más fácil será destacar como el número 1. Recuerda: no necesitas un público masivo; solo necesitas ser de valor para tu audiencia.
2. Combina géneros inesperados
La innovación ocurre en las fronteras. Intenta combinar géneros que normalmente no van juntos. Por ejemplo:
Novela negra + ciencia ficción.
Autoayuda + humor.
Recetas de cocina + productividad.
Las combinaciones captan la atención y te posicionan en un espacio nuevo.
3. Usa un tono distintivo
El tono puede ser una de las formas más poderosas de diferenciarte. Si la mayoría de los artistas de tu género son formales y serios, prueba algo radicalmente diferente:
Un tono humorístico y desenfadado.
Una narrativa que dialogue directamente con el lector.
Un estilo minimalista y poético en lugar de descripciones largas.
Lo importante es que tu tono sea tan reconocible que alguien pueda leer una línea de tu escritura y saber que eres tú, pese a que hables de un tema ya visto.
4. Borra del mapa los caminos transitados
Lista los clichés de tu género y luego trata de evitarlos todos y cada uno de ellos:
Si todos usan imágenes con inteligencia artificial, usa dibujos hechos a mano.
Si todos publican los viernes, publica los martes.
Si todos escriben textos largos, sé breve y directo.
Lo que importa es evitar las rutas populares y forzarte a encontrar soluciones únicas con las que sentirse identificado.
Fracasa, aprende y ajusta tu rumbo
Nadie encuentra su voz o estilo desde el principio.
La exploración va de cometer errores, desviarse y, a veces, perderse por completo. Afortunadamente, es en esos momentos donde surgen las ideas que importan. Si defines tu progreso solo en términos de éxito o fracaso, ya has perdido el enfoque.
Los genios no se preocupan por equivocarse, solo exploran y aprenden del proceso.
No todos los que vagan están perdidos.
La próxima vez que andes buscando ideas, pregúntate: ¿Estoy yendo por la autopista que todo el mundo transita o explorando mi propio camino?
Si es lo segundo, vas por buena dirección.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué clichés o patrones repetidos en tu área de interés podrías romper para destacar con originalidad? ¿Cómo podrías aplicar las estrategias para diferenciarte en tu propio campo o proyecto actual? Te leo en comentarios :)
💭 Cita del día: «La gente que sabe romper las reglas de forma creativa también sabe por qué las reglas estaban ahí en primer lugar». Richard Rohr, Falling Upward.
¡Nos vemos en la próxima! 👋
Referencias 📚
Reich, P. G. (1997). Analysis of Long-Range Air Traffic Systems: Separation Standards — I. Journal Of Navigation, 50(3), 436-447. URL
Leer lo que públicas es un regalo ✨. Totalmente de acuerdo en cada palabra. En mi caso te diré que es un caos, escribo lo que surge cada mañana, lo que aparece porque según escribo con mi boli colorinchi parece que yo esté en un segundo plano y sea mi inconsciente quien lo haga. Es raro, pero así lo siento. La cuestión es que como lo hago por puro placer, jamás me detuve a pensar a quién o porque sino el para qué? Escribo para sentirme en paz, en calma. Para desnudar el alma, sin miedo y porque me aporta tanto que me merece la pena. Siempre digo lo mismo, saberse leído es maravilloso, pero incomparable con el placer de escribir ✨
Que grande, Álvaro, me ha gustado mucho y lo he leído con atención. Muy interesante, muchas gracias