🏷️ Categorías: Metas, Motivación, Hábitos.
Hoy no tengo ganas.
Hoy me cuesta escribir.
Hoy es uno de esos días en los que las palabras parecen no querer salir.
Son ya 461 días desde que el 16 de febrero de 2024 escribí el primer artículo en Jardín Mental. Durante esos 461 días he escrito 1 nuevo artículo cada 2 días. Semana tras semana. Mes tras mes. Año tras año. Sin fallar. Son ya 213 artículos escritos.
Pero hoy… hoy me cuesta.
Si alguna vez has batallado por ser constante con algo que realmente te importa, quizá esto que siento te suene familiar. Hay días donde, a pesar de toda la disciplina, todos los hábitos que has construido… simplemente no tienes ganas.
No eres la única persona a la que le pasa.
Yo también lo vivo y sé que tu también te esfuerzas, aunque a veces cueste. Por eso, te diré 4 recordatorios que uso para perseverar cuando llega uno de esos días en los que tirar la toalla se vuelve demasiado tentador.
Los peores momentos exigen que saquemos lo mejor de nosotros.
1. Calla la voz interior
La persona con la que más tiempo pasas es contigo misma.
Pasamos el día en continuo diálogo interior. Si ese diálogo se vuelve repetitivo y negativo se llama rumiación. No puedes dejar de pensar en ese hecho malo o estresante y todo te arrastra a ese tema una y otra vez. Sabes de lo que te hablo...
A veces lo he vivido cuando estoy insatisfecho con mis últimos escritos.
"Nadie lo leerá."
”No está a la altura”
"¿Para qué sigo con esto?"
”No tengo nada interesante que decir”
Surgen este tipo de frases, siento desánimo y quiero abandonar. Pero no hay tomarlo tan en serio. El cerebro procesa estímulos y a partir de ellos crea las emociones. Primero van las emociones , luego el razonamiento (Goleman, 2012).
Primero reaccionamos con impulsividad, luego pensamos con calma.
Esto se llama “secuestro emocional” y nubla el razonamiento. Cuando veo que mi rendimiento no es el deseado, primero siento un profundo desánimo, más tarde es cuando pienso en qué puedo hacer para cambiarlo. Hay que dejar pasar la emoción del momento y no precipitarse en ninguna decisión.
Yo me voy a pasear.
Tomo una pausa y me distancio. Dejo de pensar en los escritos que se siento como “fracasos” y empiezo a recordar que si continúo un día más, mi hábito será más sólido, los momentos de desánimo menos frecuentes y la calidad de mis textos mayor.
La misma mente que ahora te dice que te rindas, luego te motivará a avanzar.
No dejes que emociones pasajeras tomen decisiones por ti.
Distánciate y frena, deja que la ola emocional pase. Luego actúa con precisión.
2. Mañana te darás las gracias
La incomodidad. El cansancio. La frustración. La falta de motivación. Todo es transitorio. Nada de eso es permanente.
Tu entrenamiento termina en una hora.
Esa conversación incómoda pasará en minutos.
Ese artículo que no te sale, eventualmente estará escrito.
La perseverancia no se construye en los días fáciles. Se forja aquí, ahora, cuando no quieres seguir, pero sigues. Nunca, repito, nunca te vas a arrepentir de haber hecho un buen trabajo y de haber seguido el día que la ganas fallaban.
Quizá ahora lo odies.
Quizá ahora sientas que no tiene sentido.
Quizá el peso de tus dudas sea tan fuerte que parezca imposible.
Pero cuando termines ese párrafo, cuando envíes ese correo, cuando hagas esa última repetición, cuando hables con esa persona… vas a sentir orgullo. Vas a sentirte capaz. Vas a reforzar la identidad con la que te defines, vas a ser la persona que quieres ser.
Cada vez que haces lo debido, incluso sin ganas, refuerzas tu perseverancia.
Escribir cuando estás inspirado es fácil.
Lo que cuenta es escribir cuando sientes que no tienes nada que decir.
Jamás te arrepentirás de haber hecho lo que en el fondo quieres hacer.
Como suelo decirme en estos días: “Mañana me daré las gracias.”
3. Haz procrastinación indirecta
Cuando hablamos de procrastinación siempre hablamos del sentimiento de culpa por haber perdido el tiempo cuando podríamos haber hecho algo que debemos hacer.
Pero hay una forma distinta de verlo: La procrastinación indirecta.
Piensa esto, una persona procrastinadora puede ser muy trabajadora en tareas no prioritarias, puede hacer de todo menos lo que debería hacer (Perry, 2012). Eso es lo que hago cuando tengo ganas de abandonar y me golpea la pereza: hago tareas relativas a la escritura pero de menor prioridad y esfuerzo.
Revisar y mejorar borradores previos.
Leer o escuchar podcasts para inspirarme.
Hacer el esquema de la próxima carta aunque no la escriba ese día.
En lugar de dejar pasar el día en vano, hago tareas que sí me apetecen.
Esa es la procrastinación indirecta, una forma de avanzar incluso en el peor día.
Solo funciona si amas lo que haces, sino, ninguna tarea te apetecerá jamás.
4. Sal del “modo Kafka”
Cuando sientes que quieres rendirte, tu ego se mete en medio.
“No estoy haciendo un buen trabajo.”
”A nadie le importa lo que escribo.”
”Esto no está a la altura”
Siempre que entro en la rumiaciones que te decía me acuerdo de Kafka…
Uno de los autores más importantes de la historia, un escritor que siempre he admirado y que, paradójicamente, jamás creyó en el valor de su trabajo. Su autocrítica era tan severa que quemaba sus propios escritos y se avergonzaba de ellos.
Debes salir de lo que llamo el “modo Kafka”.
Recuerda, no tienes la verdad absoluta sobre lo que es bueno o malo. Da igual si al otro lado esperan tu carta 5 personas, 50 o 500. Solo escribe. Muéstralo y deja que opinen sobre tu obra. Es la retroalimentación lo que nos hace mejores cada día.
Así que sigue adelante.
Sigue incluso en los días grises.
Sigue porque esa es la clase de persona que quieres eres.
Sigue porque mañana cuando mires atrás sentirás el orgullo de no haberte rendido.
Hasta los mejores artistas dudaron de la valía de su trabajo. No lo olvides.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué haces para seguir adelante en los días más duros? ¿Te recuerdas algo, haces alguna actividad en concreto?
💭 Cita del día: «El entusiasmo es común. La resistencia es rara».
— Angela Duckworth, Grit.
¡Nos vemos pronto, un abrazo y muchos ánimos! 👋
Referencias 📚
Goleman, D. (2012). Emotional intelligence: Why It Can Matter More Than IQ.
Perry, J. (2012). The Art of Procrastination: A Guide to Effective Dawdling, Lollygagging and Postponing.
Justo ayer empezaba mi newsletter comentando como había abandonado hace 2 años cuando las ganas me abandonaron. Pasado ese tiempo volví preguntándome por qué no fui más constante y ahora cuando me abandonan las ganas miro ese recorrido q no hice pero q lamento.
Gracias por no rendirte hoy e invitarme a escribir aunque no pude hacerlo la semana anterior. Estaba empezando el día justo con todas esas voces que, acertadamente, pusiste en comillas. Gracias por recordarme lo que si es importante en este camino de la escritura, la perseverancia y el amor por lo que hacemos. ¡Un abrazo!🤗