🏷️ Categorías: Conducta, Relaciones sociales.
La psicología ha intentado por décadas entender cómo somos y por qué actuamos como actuamos, pero no fue hasta el modelo de los 5 Grandes Rasgos que hubo un modelo fiable y universal (McCrae & Costa, 1999).
Solo 5 rasgos hacen falta.
Apertura a la experiencia, Consciencia, Extraversión, Amabilidad y Neuroticismo. Estos 5 explican nuestro comportamiento, relaciones, decisiones… incluso nuestra salud mental y nuestra suerte. Entenderlo es tener un mapa de navegación interno para conocerte mejor y adaptarte con inteligencia al mundo que te rodea.
Si alguna vez te preguntaste: ¿por qué reacciono así? ¿por qué no conecto esta persona? ¿por qué esa persona es así? Tal vez no sea un misterio…
Vamos punto por punto.
1. Apertura a la experiencia
Piensa en esa persona que se apunta a clases de cerámica sin haber tocado un torno en su vida. O el amigo que se va solo a Vietnam con una mochila. Esa es la apertura a la experiencia en acción.
Este rasgo mide cuán abierto estás a lo nuevo en su sentido más amplio.

Nuevas ideas, nuevas emociones, nuevos lugares. Las personas con alta apertura tienden a ser imaginativas, curiosas, amantes del arte y aventureras. Su cabeza es un laboratorio creativo, y su vida, una constante exploración en busca de novedades.
Ejemplo: María tiene un empleo estable, pero siente que le falta algo. Empieza a pintar por las noches. Un año después, expone su primera colección en una galería local. Luego se expande en la cerámica y más tarde prueba con la escultura.
Las personas con baja apertura prefieren lo familiar. Son más prácticas, realistas, apegadas a la rutina. Su vida puede parecer menos eufórica, pero es más estable.
2. Consciencia
Aquí hablamos de esa voz interna que te dice: hazlo, aunque no te apetezca.
Es la diferencia entre quien termina lo que empieza, y quien siempre deja todo a medias. La consciencia se relaciona con el nivel de autodisciplina, organización y dirección de metas a largo plazo (Roberts et al., 2009).
Es la diferencia entre actuar por impulso o con intención.

Una persona con alta consciencia es organizada, metódica, perseverante. Es esa clase de persona que lo lleva todo agendado, se adelanta a los problemas y ejecuta sin excusas. En una palabra: fiable. Estas personas son más propensas a lograr metas académicas y profesionales, y a tener hábitos saludables (Bogg & Roberts, 2004).
Ejemplo: Carlos no es el más brillante de su equipo, pero siempre entrega antes del plazo. Sus jefes confían en él. No es el mejor, pero sí es el más fiable.
Una baja consciencia puede estar ligada a espontaneidad y flexibilidad ante los cambios, pero también a desorganización y procrastinación. Es una hoja de doble filo.
3. Extraversión
La pregunta clave es: ¿de dónde sacas tu energía? Esa es la clave de la extraversión.
Los extrovertidos son entusiastas, expresivos, activos socialmente. Les gusta liderar, conectar, hablar. Son el tipo de persona que habla con cualquier desconocido. Su mente se activa hacia afuera. Son el alma de la fiesta y buscan activamente la interacción social (Depue & Collins, 1999).

Ejemplo: Sofía puede tener un mal día, pero si sale a cenar con amigos, vuelve a casa renovada. La interacción le enciende.
¿Y los introvertidos? Se cansan antes de ambientes sociales bulliciosos. Prefieren la profundidad a la cantidad. Son más introspectivos, callados y observadores.
4. Amabilidad
Este rasgo mide cómo gestionas tus relaciones humanas.
¿Te importan los demás? ¿Confías? ¿Ayudas sin esperar algo a cambio?
La amabilidad es una medida de tu tendencia hacia la cooperación, la empatía y la consideración por los demás. Las personas amables son tolerantes, serviciales, humildes. Prefieren la armonía a la confrontación (Graziano & Eisenberg, 1997). La amabilidad está relacionada con relaciones sociales más estables y satisfactorias (Jensen-Campbell & Graziano, 2001).
Son la clase de persona que te ayuda cuando más lo necesitas.

Ejemplo: Luis siempre se queda al final para ayudar a limpiar, aunque nadie se lo pida. Eso genera respeto y aprecio por las demás personas de su entorno.
Las personas con baja amabilidad pueden parecer frías o egocéntricas. A veces solo priorizan la lógica o la eficiencia. Son más competitivas y escépticas.
5. Neuroticismo
Determina cuánto te afectan las emociones.
Este es el rasgo que regula cómo experimentamos y manejamos las emociones, especialmente las negativas. Las personas con alto neuroticismo son más sensibles. Se preocupan fácilmente, experimentan ansiedad, tristeza, ira con más frecuencia.
No necesitan grandes eventos para sentirse desbordadas (Lahey, 2009).

Ejemplo: Ana recibe una crítica leve y pasa todo el día sintiéndose inútil. En su cabeza, la crítica no fue “una opinión”, sino “una condena”. Se desanima con poco.
Las personas con bajo neuroticismo son emocionalmente estables. No se alteran y afrontan las emociones con resiliencia. Son serenas.
Si alguna vez te has preguntado por qué reaccionas como reaccionas, por qué ciertas personas te sacan de quicio, o por qué no puedes mantener una rutina…
Ya tienes la respuesta.
Los cinco grandes rasgos de personalidad no son cajas cerradas. Son dimensiones. Todos tenemos un poco de cada una. Nadie “es” un tipo de persona, sino una mezcla de todas en distintas proporciones. Ahora comprendes mejor tu conducta y la de los demás, tus aspectos más positivos y los no tan positivos.
Autoconocerse no es una revelación mística. Es un mapa con 5 direcciones claras.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué rasgos están más marcados en tu personalidad? Si tienes curiosidad, puedes hacer una versión sencilla y gratis del test de personalidad aquí.
💭 Cita del día: «Esa niña es difícil de entender en algunos aspectos. Pero creo que saldrá bien. Y hay algo seguro, ninguna casa será aburrida en la que ella esté».
— L. M. Montgomery, Anne of Green Gables.
¡Nos vemos en la próxima! 👋
Referencias 📚
Bogg, T., & Roberts, B. W. (2004). Conscientiousness and Health-Related Behaviors: A Meta-Analysis of the Leading Behavioral Contributors to Mortality. Psychological Bulletin, 130(6), 887-919. URL
Depue, R. A., & Collins, P. F. (1999). Neurobiology of the structure of personality: Dopamine, facilitation of incentive motivation, and extraversion. Behavioral And Brain Sciences, 22(3), 491-517. URL
Graziano, W. G., & Eisenberg, N. (1997). Agreeableness. En Elsevier eBooks (pp. 795-824). URL
Roberts, B. W., Lejuez, C., Krueger, R. F., Richards, J. M., & Hill, P. L. (2012). What is conscientiousness and how can it be assessed? Developmental Psychology, 50(5), 1315-1330. URL
Lahey, B. B. (2009). Public health significance of neuroticism. American Psychologist, 64(4), 241-256. URL
McCrae, R. R., & Costa, P. T., Jr. (1999). A Five-Factor theory of personality. In L. A. Pervin & O. P. John (Eds.), Handbook of personality: Theory and research (2nd ed., pp. 139–153). Guilford Press. URL
La claridad con la que lo explicas permite traducir la teoría a lo cotidiano sin perder profundidad. Entender estos rasgos no resuelve conflictos internos, pero sí ofrece una estructura desde la que abordarlos con más perspectiva y menos juicio.
Hola Álvaro, como nunca he comentado el saludo es especial :)
Recuerdo que cuando pasé por este tema en la carrera (de psicología) noté que su fundamentación no era la más clara y siempre me generó dudas acerca de qué tan cierto es que existan algunas "dimensiones" fijas de la personalidad, luego que hayan cinco (es un poco arbitrario ¿no te parece?).
Como yo lo veo es que, los teóricos de la personalidad, la mayoría de tradición psicodinámica quieren encontrar estructuras estables del comportamiento en la "mente", pero su formulación es casi exclusivamente descriptiva y por lo tanto, susceptible a sesgos.
Es el típico problema de asumir ergodicidad en el estudio comportamental psicológico (creer que las características encontradas en el grupo son las mismas para cada individuo del grupo), por eso nos topamos frecuentemente con excepciones a la regla (en este caso, dimensión). Sin mencionar que no permanecemos, sino que somos un constante devenir. Por lo menos en mi caso puedo decir que he cambiado considerablemente desde hace 5 años para acá, aunque claro, alguna que otra cosa permanece y quizás por eso nos aferramos tanto a la idea de una personalidad.
Pero aquí va mi opinión, quizás un poco controversial: no existen a priori las categorías del Big Five, sino conductas coherentes que pueden verse influenciadas por componentes momentáneos (sensaciones, pensamientos, procesos cognitivos) que con el tiempo, por interacción dinámica e iteración, se convierten en fenómenos perdurables (como la noción de identidad).
No sabría si eliminar por completo el término de "personalidad" y optar por un término más integral como el de 'auto-concepto' que permita reflejar mejor la complejidad y el dinamismo de la conducta humana, pero creo que por ahí va la pista. También he de admitir que esta opinión no me pertenece del todo, pues me he inspirado de otros autores (algunos detractores de las teorías de la personalidad) y tal vez sea yo el sesgado. De todas maneras, me gustaría saber qué opinas al respecto y si estarías dispuesto a conversarlo con mayor profundidad en otra ocasión.
Sigue así que la estás rompiendo, y un saludo!