El motivo por el que escribo tan rápido: La Ley de Parkinson
Cómo manipulo el tiempo a mi favor
🏷️ Categorías: Gestión del tiempo, Escritura, Procrastinación.
"'¡Debemos darnos prisa!', dijo el Sr. Wonka. ¡Tenemos tanto tiempo y tan poco que hacer! ¡No! ¡Espera! ¡Es al revés! ~ Roald Dahl, Charlie y la fábrica de chocolate
Son ya varios los que me han preguntado cómo hago para escribir tanto al mismo tiempo que leo, genero ideas y aún tener tiempo para otras muchas cosas.
Actualmente escribo artículos para Substack en español y en inglés, escribo en Medium en inglés, en Quora todos los días varias veces y estaba planeando comenzar a escribir en Zhihu y Jianshu, dos redes sociales chinas, por lo que estaría presente en plataformas muy diversas y en 3 idiomas. A esto hay que sumarle el tiempo que toma la lectura de información científica y el tiempo de generación de ideas. Por otro lado, estudio idiomas, trabajo y lo compagino con deporte.
Parece imposible que de tiempo.
En realidad, es posible. Así que, si quieres saber cómo hago para ser así de prolífico, aquí tienes mi estrategia (y la que puedes usar tú también para escribir más y para otras muchas tareas de tu vida).
Ley de Parkinson: “Procrastinación inteligente”
"El trabajo se expande hasta llenar todo el tiempo disponible para que se termine”.
¿No te ha pasado alguna vez que te han dado mucho tiempo para hacer una tarea y has acabado haciéndola en el último momento? A todos nos ha pasado, es un suceso universal y aunque aquí me centraré explicarte como la uso para escribir más, quédate con que te servirá para cualquier tarea en tu vida.
Cuando empecé a escribir en Substack me parecía apresurado escribir semanalmente. Hubo una semana en la que por motivos personales no había escrito nada en toda la semana y ya era domingo. Si quería publicar algo el lunes tendría que escribirlo en una sola tarde. ¿Sabes qué pasó?
Lo terminé esa misma tarde, mientras me relajaba tomando un té.
Así es, resultó que era posible escribir lo mismo en mucho menos tiempo.
Lo que sucedía aquí lo he llamado “procrastinación inteligente”, en otras palabras, sentir que estás aprovechando el tiempo en algo productivo cuando en realidad estás malgastándolo. La Ley de Parkinson es muy común, pero podemos darle la vuelta.
Cómo usar la Ley de Parkinson a favor
1. Establece plazos ajustados
Si algo toma 5 horas y crees que puedes hacerlo en 4, entonces hazlo en 2.
Vale, quizá no hay que ser tan ansioso. La cuestión es que si te fuerzas a tardar menos acabarás agilizando el proceso de algún modo. Esto se ha visto en tareas de todo tipo como ventas, controles de seguridad en aeropuertos, programación informática… (Latham & Locke, 1975; Marin et al., 2007; Kamma et al., 2013).
Entonces, si te interesa escribir más, o en general, aprovechar mejor tu tiempo, no escribas o hagas cosas indefinidamente, limita el tiempo por sesión y da tu máximo.
Así es como pasé de escribir semanalmente a escribir una carta cada dos días.
2. Elimina las distracciones
Convierte la escritura en un momento sagrado.
Fuera notificaciones y fuera cualquier cosa que demande tu atención. La atención no se recupera al instante, en psicología este fenómeno se llama “coste atencional”. Cuando te distraes tardas un buen rato en volver a concentrarte (Stothart et al., 2015). Una simple notificación del teléfono puede hacerte perder mucho tiempo.
Prestando atención a una sola tarea cada vez y evitando distracciones verás que al final del día hiciste todo y te sobró más tiempo que nunca. No mueras de sobredosis de información por estar pendiente de muchas cosas.
3. Combina atención con descanso
La clave de un correcto rendimiento es un magnífico descanso.
Me gusta gestionar mi tiempo en intervalos de escritura de 50 minutos y dejando 10 minutos de descanso entre cada intervalo. Si expandes tu sesión de escritura indefinidamente y sin descanso adecuado, acabas más cansado y escribiendo menos que si estás menos tiempo pero concentrado. Te cuento un secreto, cuando vuelvo de pasear estoy tan inspirado y fresco que solo con 50 minutos a veces me basta para tener un borrador repleto de buenas ideas.
No te quemes, pasar 10 horas seguidas con la nariz pegada a la pantalla no te hará avanzar más.
4. Divide el trabajo
No me gusta sentarme a escribir esperando a que vengan las musas.
En su lugar, trato de tener claro los pasos que voy a dar, así no pierdo tiempo en busca de la inspiración —caminando en círculos—. Personalmente, comienzo generando ideas, muchas veces fuera de casa. Las ideas las guardo y luego en casa genero el guion y más tarde investigo sobre el tema. La siguiente sesión es la de redactar y editar directamente.
Las veces que más me ha costado expresarme han sido las veces en las que no tenía claras mis ideas. Si el primer paso no lo puedo dar firmemente ¿cómo voy a caminar hasta el último?
Imprégnate de lo que te rodea, empápate hasta inspirarte y luego vuelve y exprésalo.
5. A más irrelevante, más tiempo
Lo más increíble de Ley de Parkinson es que se relaciona con La trampa de la perfección.
A más insignificante es una tarea, más tiempo nos lleva terminarla en relación a su importancia. Es decir, pasamos un tiempo exagerado en detalles sin importancia que nos quitan muchísimo tiempo para luego atender cuestiones críticas. Este fenómeno ha sido mi enemigo desde que comencé a escribir. No gastes horas y horas tratando de dejar el texto perfecto.
Hice una prueba, comparé dos versiones de un mismo texto. Una que ya estaba acabada y otra que “mejoré” tras casi dos horas de “perfeccionar.”
Sorpresa, ni rastro de mejoras, se sentían exactamente igual.
Como ves, esta ley puede jugar a nuestro favor o en contra, tú eliges cómo manipular el tiempo. Así que ¿por qué no lo pruebas?
Nos leemos pronto, cuídate 👋❤️
📚 Referencias
Kamma, D., Geetha, G., & Neela, J. P. (2013). Countering Parkinson’s law for improving productivity. ACM Digital Library. https://doi.org/10.1145/2442754.2442768
Latham, G. P., & Locke, E. A. (1975). Increasing productivity and decreasing time limits: A field replication of Parkinson’s law. Journal Of Applied Psychology, 60(4), 524-526. https://doi.org/10.1037/h0076916
Marin, C. V., Drury, C. G., Batta, R., & Lin, L. (2007). Human Factors Contributes to Queuing Theory: Parkinson’s Law and Security Screening. Proceedings Of The Human Factors And Ergonomics Society Annual Meeting/Proceedings Of The Human Factors And Ergonomics Society . . . Annual Meeting, 51(10), 602-606. https://doi.org/10.1177/154193120705101007
Parkinson, C. (2002). Parkinson's Law, or The Pursuit of Progress. Penguin Modern Classics.
Stothart, C., Mitchum, A., & Courtney, Y. (2015). The attentional cost of receiving a cell phone notification. Journal Of Experimental Psychology. Human Perception And Performance, 41(4), 893-897. https://doi.org/10.1037/xhp0000100
Había leído antes sobre algunas de estas técnicas e ideas en diferentes sitios, pero me ha gustado mucho tu concisión y claridad a la hora de exponerlas en esta edición.
Soy practicante de casi todas ellas, aunque, desde mi punto de vista, lo que dejamos fuera en muchas ocasiones es la disciplina mental necesaria para ponerlas en práctica. Establecer rutinas o modos de trabajo es ciertamente útil, pero si no somos capaces de sofrenar un poco nuestra (¿instintiva?) tendencia a la dispersión, ninguna técnica podrá ayudarnos.
Escelente artículo, como siempre.
¡Gracias! De lo más útil que leeré hoy, seguro.
Justo llevo unas semanas leyendo la biografía de Elon Musk de Walter Isaacson y aunque no recuerdo que se mencione la Ley de Parkinson, te deja claro que es algo que este magnate aplica constantemente, aunque quizá no de forma sana.