🏷️ Categorías: Lecciones de vida, Conducta, Toma de decisiones y sesgos
A veces es tan fácil justificar lo que antes habríamos considerado impensable...
Es curioso ver que incluso personas con principios sólidos caen en la tentación de hacer lo que no habían querido hacer nunca, de decir lo que nunca habrían dicho. Una frase lo cambia todo: "solo esta vez" o "no pasa nada". Y ya está, te encuentras haciendo lo que jamás harías. Como si al decir esas palabras mágicas, las reglas del universo se alterasen, como si la moral fuese algo flexible que se puede estirar solo un poquito cuando nos interesa…
Comienzas a resbalarte por una larga pendiente de justificaciones.
Esa es la disonancia cognitiva, el mecanismo psicológico que usamos para justificar la incoherencia entre lo que hacemos y lo que decimos que somos (Festinger, 1962). Simplemente para que toda nuestra identidad no se quiebre en pedazos. Siempre encuentras el motivo perfecto por el que esta vez sí puedes hacer lo que nunca harías.
“No pasa nada” son las 3 palabras que justifican todo.
Cada vez que caemos en la tentación, la caída es más rápida y menos dolorosa. Lo que comenzó como algo mínimo, una sola excepción, al final se vuelve una montaña de excepciones que se convierten en la nueva norma.
Cuando te das cuenta, ya no sabes ni cómo volver atrás…
La trampa del costo marginal
En economía existe el concepto del costo marginal, el costo adicional de hacer una unidad más de la misma cosa. Es decir, fijarnos solo en lo que cuesta repetir el proceso una vez más, sin tener en cuenta toda la inversión previa (O’Sullivan & Sheffrin, 2003). Es útil para decisiones económicas, pero muchas veces es aplicado en la vida personal sin que las personas se den ni cuenta.
Suele verse así en economía: “Si producir 10 unidades de un producto cuesta 100€ y producir 11 unidades cuesta 110€, el costo marginal de la undécima unidad sería 10€.”
Así se ve en la vida: “Si decir 1, 2 y 3 mentiras ha tenido 0 consecuencias para mi, el coste de decir otra mentira más seguramente tendrá 0 consecuencias también”.
Esa idea de que hacer algo un poco más, una sola vez más, no tiene consecuencias…
Como si el precio fuera pequeño y no tuviéramos nada que perder.
Pero sí, claro que hay algo que perder, todo lo que invertiste en tu vida.
El costo marginal no ve más allá del ahora, del corto plazo, no mira el futuro, no mira todo lo que ya has invertido. Al inicio parece barato, pero al largo plazo es una ruina irrecuperable. Y cada vez que tomas ese atajo, vas pagando el precio. Pero no es un precio evidente. No es algo que sientas de inmediato. Es una pequeña grieta. Y, como todo lo que se reposa sobre grietas, tarde o temprano, se derrumba.
Es más fácil mantener tus principios el 100% del tiempo que hacerlo el 98% del tiempo, porque una vez que cedes, volver a ceder es más fácil.
Es un juego peligroso porque define qué tipo de vida estás construyendo. Aristóteles, en su teoría de la virtud, sostenía que nuestras acciones habituales conforman nuestro carácter. Te conviertes en aquello a lo que dedicas tu tiempo y atención. Las pequeñas acciones, las que parecían no tener importancia, te pueden llevar a un lugar muy lejano de lo que alguna vez dijiste que serías.
Quien miente traiciona a las personas de su alrededor.
Quien es infiel traiciona su propia relación sentimental.
Quien abusa de su poder traiciona a la justicia.
Siempre se acaba pagando muy caro lo que parece “barato” y tentador al corto plazo.
Piensa en el impacto a largo plazo que tus acciones tienen y no solo en la decisión más fácil en el presente. Piensa en cómo te verías si siguieses repitiendo esa acción a menudo durante 5 días, 5 meses y durante 5 años. ¿Cómo te verás en el espejo después de ceder tanto? ¿Podrás vivir con eso? ¿Va en línea con lo que quieres ser? ¿Con lo que quieres que las demás personas vean de ti?
Por suerte, existe la culpa y la vergüenza sentimientos básicos para vivir en sociedad.
Por desgracia, ahí afuera encontrarás personas que no tienen ni una ni la otra.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué cambio has dado en tu vida para mejor?
💭 Cita del día x2: «Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta». «Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo». Aristóteles.
¡Nos vemos, cuídate mucho! 👋
Referencias 📚
Aristóteles. Ética a Nicómaco.
Festinger, L. (1962). A Theory of Cognitive Dissonance. Stanford University Press.
O’Sullivan, A., & Sheffrin, S. M. (2003). Economics: Principles in Action.
Tanto el hacer como el no hacer nos definen en la vida... quizá por eso guardo silencio y no juro hacer nada que no pueda hacer; más que nada porque entiendo que también me debo respeto y los demás me miden "usando" mis propias medidas.
También es posible verlo al revés. Un costo que a largo plazo es beneficioso para uno. Tú has dado el ejemplo con mentir. Es un ejemplo que me toca de cerca y creo que el costo ha sido para mí. Un daño colateral que el mentiroso ni calculó ni pensó. Pero eso es otra historia. A lo que iba. Me pongo como ejemplo. Soy demasiado buena. Demasiado pacífica, demasiado blanda, llámalo como quieras. En algún momento de mi vida pensé en ser dura.. pero siempre había una vez más para ser buena, para ceder a ser condescendiente (a base de obtener palos de los demás)... Pero, visto en la distancia, ahora todo ese buenismo, todo ese estar para todos, me ha aportado un gran beneficio: el buenismo de los demás hacia mí.
Así que seguiré una vez más y otra y otra invirtiéndo en el buen hacer.
Feliz semana