Te doy la bienvenida a Jardín Mental. La siguiente carta es parte de nuestra colección "Notas de gigantes", en la que exploramos los pensamientos de las grandes mentes de la humanidad.
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🏷️ Categorías: Escritura, Lecciones de vida, Creatividad
Søren Kierkegaard fue un filósofo danés que vivió en el siglo XIX y que ha pasado a la historia como uno de los pensadores existencialistas más influyentes.
Su legado filosófico y literario es inmenso, y su influencia sigue viva en el presente.
Para Kierkegaard, nuestra libertad para actuar define nuestras vidas, pero esa libertad conlleva un enorme peso y responsabilidad. Creía que vivimos en una constante búsqueda del sentido de la vida, siempre cuestionando nuestro lugar en el mundo y preguntándonos si las decisiones que tomamos son las correctas. Así es vivir: una travesía marcada por el autodescubrimiento y la incertidumbre.
Cuando tienes juventud, no tienes sabiduría.
Cuando tienes sabiduría, no tienes juventud.
Así es la vida.
Afortunadamente, Kierkegaard escribió un diario. Tengo que confesarlo, soy un amante de los diarios porque siento que son ventanas al alma, nos muestran la versión más pura de quien los escribe: pensamientos íntimos, opiniones sinceras… En su caso, estas páginas revelan inspiradoras reflexiones sobre el sentido de la vida, el inconformismo, la creatividad, la importancia de ser fiel a uno mismo, cómo lidiar con las críticas, y la dificultad de crear una obra artística profunda en un mundo superficial.
Leer su diario fue para mí un desafío personal. Me llevó a cuestionar mi propia vida y valores: ¿por qué escribo? ¿quién aspiro a ser? ¿cuál es mi actitud hacia el mundo?
Sus palabras te inspirarán y te harán cuestionar tu vida.
Naveguemos por la mente de este gigante.
Crear para evadirse de la realidad
El arte nos eleva a otra dimensión, es una vía de escape de lo mundano.
Kierkegaard, al igual que muchos artistas, compartía esta creencia. Para él, la creatividad representaba una vía para desprenderse de lo terrenal y hallar paz interior. En su diario, describe cómo el trabajo creativo es su refugio ante las adversidades:
"Solo cuando escribo me siento bien. Entonces olvido todas las tribulaciones de la vida, todos sus sufrimientos. Si dejo de escribir por unos días, enseguida me siento abrumado y turbado; mi cabeza se siente pesada y cargada."
Este pasaje me recuerda profundamente a lo que Kafka sentía cuando no escribía.
Parece que es algo común entre artistas. El arte nos permite crear un espacio seguro y acogedor en donde dejarnos llevar libremente, procesar emociones, canalizar inquietudes y, en ocasiones, evadirnos de la realidad.
Kierkegaard estaba profundamente convencido de ello: escribía porque sentía un impulso irrefrenable que surgía desde lo más profundo de su ser. Sin embargo, vivió en una época de transformación. Durante el siglo XIX, la escritura comenzaba a ser una actividad comercial. Había quien escribía solo para vender ejemplares.
Kierkegaard no era uno de ellos.
Kierkegaard se mantenía firme en su convicción de que escribir debía nacer de una motivación interna y no del afán de agradar a los demás o para obtener ingresos:
"En nuestra época, escribir se ha vuelto algo pobre, la gente escribe sobre temas que nunca ha reflexionado de verdad y ni mucho menos experimentado."
"Escribiré como quiero, y así será; los demás pueden hacer lo que les plazca: dejar de comprar, dejar de leerme o dejar de reseñar mi obra."
"Necesito el encanto del trabajo creativo para olvidar las mezquindades de la vida."
Esta necesidad de crear no era opcional, sino parte esencial de su vida:
"Ser autor no es algo que se elija.”
No logro quitarme esa frase de la cabeza.
¿Por qué escribes? ¿Lo haces para ti? Si escribes para ti, ¿por qué lo publicas?
Son muchas las preguntas que surgen…
El precio de la autenticidad
Kierkegaard despreciaba el conformismo y la falta de autenticidad.
A menudo, observaba cómo las personas, en lugar de buscar su propia senda, sucumbían a la presión social y se ajustaban a las expectativas ajenas:
"Realmente creí que entendía algo sobre los seres humanos; pero cuanto más vivo, más me doy cuenta de que no nos entendemos en absoluto."
El temor a no encajar o a ser rechazados muchas veces nos paraliza.
Renunciamos a nuestra autenticidad para evitar la crítica y el aislamiento. Sin embargo, este sacrificio nos condena a una existencia vacía de originalidad. Kierkegaard lo creía así.
"Fundamentalmente, el mundo siempre permanece igual de sabio, es decir, igual de estúpido. Cuando alguien ha sido incomprendido, ridiculizado y despreciado en su tiempo, la próxima generación descubre que era grande y lo admira."
Nos da miedo el rechazo, pero la historia está llena de personas cuyas obras, al principio rechazadas o ignoradas, han pasado luego a ser admiradas y aplaudidas.
Kierkegaard sabía perfectamente el precio que hay que pagar para ser uno mismo:
"Es duro y deprimente que, como resultado de todo este esfuerzo, uno se convierta en el blanco de los celos mezquinos de la aristocracia y de las burlas del populacho."
En la revista “Corsaren”, una popular revista de su época, escribieron una crítica literaria sobre uno de sus ensayos filosóficos. Kierkegaard salió a defender su obra y respondió a la crítica escribiendo un artículo en la misma revista. Su artículo generó una polémica que enfadó al editor de “Corsaren”.
Kierkegaard le respondió diciendo que le daba igual ser insultado o criticado.
"Aborrezco al crítico literario tanto como al barbero ambulante que corre tras de mí con su palangana de afeitar usada por otros clientes."
“Conozco bastante bien mi obra y la veo en orden, pero me ha dolido.”
Esa es su confesión tras las numerosas burlas que le hicieron. De hecho, cuenta en su diario cómo llegaron a acosarle por las calles de Dinamarca…
¿Ser indiferente a las críticas o salir a defenderse de ellas?
Otra gran pregunta que hacerse…
Termino con un pasaje tremendo:
"Ahora todos se sienten obligados a leer lo que aparece en un periódico o panfleto, pero les avergüenza haber leído un gran libro hasta el final."
Se lamentaba de que la gente prefiriese contenido superficial a libros de valor.
Esto se escribió en el siglo XIX.
Es impactante que sigamos exactamente en la misma lucha entre el contenido banal y la lectura de obras que realmente tienen el poder de transformarnos. La mayoría prefiere lo fácil, lo cómodo, lo rápido, lo que exige poco esfuerzo. Me siento identificado con las palabras de Kierkegaard, una vida plena no puede alcanzarse sin el desafío constante de cuestionar, reflexionar y, por supuesto, leer.
En un mundo tan superficial, leer algo que haga pensar es un acto de rebeldía.
✍️ Te toca a ti: ¿Por qué eliges lo que eliges leer? ¿Es para escapar de la realidad o para enfrentarte a ella y comprenderla mejor? ¿Qué significa para vivir con autenticidad para ti?
💭 Cita del día: «La vida sólo puede entenderse mirando hacia atrás; pero debe vivirse mirando hacia adelante». Søren Kierkegaard.
¡Nos vemos en la próxima, cuídate! 👋
Referencias 📚
Kierkegaard, S. (1960). The Diary of Soren Kierkegaard.
Kierkegaard, S. (2014). The quotable Kierkegaard.
¡Qué bien me viene este artículo en este momento! He pensado últimamente mucho en la necesidad de escribir para ordenarme y calmarme. Qué bien encontrar que hay más “locos” que piensan lo mismo.
Muy bueno