Te doy la bienvenida a Jardín Mental. La siguiente carta es parte de nuestra colección "Notas de gigantes", en la que exploramos los pensamientos de las grandes mentes de la humanidad.
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🏷️ Categorías: Escritura, Lecciones de vida, Soledad, Tiempo.
Kafka, uno de los autores más influyentes del siglo XX, pidió una cosa antes de morir.
Que todos su escritos fueran quemados.
Que haya pasado a la historia se debe a que Max Brod, su amigo y editor, traicionó su última voluntad y se encargó de publicar las obras de Kafka. Pese a todo, se cree que Kafka quemó durante su vida el 90% de su trabajo a causa de su terrible autoexigencia (Stach, 2021). Entre las obras que se salvaron de la quema se encuentra su diario.
Su diario es, quizá, más estremecedor que sus novelas, lo que es mucho decir.
Entre todos los artistas que han llevado un diario, quizá el suyo es el que mejor refleja la lucha que cada artista mantiene con su proceso creativo. En sus entradas hace confesiones con las que la mayoría nos podemos identificar: la terrible autoexigencia, inseguridades sobre el valor de la obra, la falta de inspiración, cómo los altibajos de la vida personal afectan a la creación artística…
Su turbulenta vida y duras reflexiones dan mucho que pensar, quizá demasiado.
Entremos en la mente de Kafka.
Escribir para vivir un día más
Para Kafka, escribir no era una afición; era un acto de supervivencia.
Era un escritor prolífico que solo encontraba sentido a su vida a través de la escritura. Dedicaba la mayor parte de su tiempo libre a escribir y permanecía frente al papel hasta altas horas de la madrugada. Era una forma de evadir la realidad.
“Se ha vuelto muy necesario volver a llevar un diario. La incertidumbre sobre mis pensamientos, mi esposa Felice, la ruina en la oficina, la imposibilidad física de escribir y la necesidad interior de hacerlo.”
La escritura de su diario era el único refugio en el que estar a salvo de su asfixiante vida. Fuera de la escritura, mantenía una difícil relación con su padre a causa de su actitud autoritaria, perdió a sus 3 hermanas en campos de concentración nazis y tuvo varias relaciones amorosas, pero nunca llegó a casarse. Como colmo, su salud siempre fue frágil y desgraciadamente murió de tuberculosis con solo 40 años (Brod, 1960).
Vivir un día más era un acto de valentía y su diario le apoyó en los peores momentos.
"No volveré a abandonar el diario. Debo aferrarme aquí, este es el único lugar en el que puedo estar.”
“Una ventaja de escribir un diario es que uno se da cuenta con una claridad tranquilizadora de los cambios que sufre constantemente. […] En el diario está la prueba de que en situaciones que hoy parecerían insoportables, uno vivió, miró a su alrededor y anotó observaciones.”
Estas líneas de Kafka me sacudieron por dentro. Yo también he dejado sobre el papel momentos que parecían insoportables, como el fallecimiento de mi perro Yaky, fiel compañero que estuvo conmigo desde mi infancia y me vio crecer.
Escribir es un acto de sanación.
Una terrible autoexigencia
A lo largo de su diario, no son pocas las veces que hace mención a este tormento.
Durante gran parte de su vida, trabajó para una compañía de seguros, un trabajo que lo absorbía física y mentalmente, drenando todas sus energías y tiempo. Jamás dispuso del tiempo que le hubiese gustado tener para escribir, sin embargo, cuando sí tenía tiempo, a veces procrastinaba y terminaba el día con un amargo arrepentimiento.
“Hoy no he respetado mi nuevo horario de estar en mi escritorio de 8 a 11 de la noche, que por ahora incluso considero que esto no es un desastre tan grande, aunque sólo he escrito apresuradamente estas pocas líneas para irme a la cama.”
“Este mes, que por la ausencia del jefe podría haber sido aprovechado excepcionalmente bien, lo he desperdiciado y dormido sin excusas… Incluso esta tarde me he tendido en la cama durante tres horas con ensoñación.”
Era terriblemente autocrítico.
“Mañana, hoy, comenzaré una obra extensa que, sin forzarme, se irá formando según mis posibilidades. No la abandonaré mientras pueda aguantar. Prefiero estar sin dormir que seguir viviendo de esta manera.”
“Cuánto tiempo me quita la publicación del librito y cuánto orgullo dañino y ridículo me produce leer cosas viejas con intención de publicarlas.”
“¿Cómo puedo disculparme por no haber escrito nada todavía hoy?”
Kafka vivía entre el deseo de crear algo grande y el miedo de no estar a la altura, esto le causaba una ansiedad que expresaba con desgarradora sinceridad en su diario.
Creo que no soy la única persona que se siente identificada con esas palabras…
Las críticas más duras que jamás oirás, a menudo las pronunciará tu voz interna.
Miedos e inseguridades
Kafka siempre sufrió inseguridades sobre su valía, y no solo en el ámbito literario.
Aunque sus amigos lo describían como una persona cálida, Kafka se avergonzaba y, en su interior, creía que los demás lo despreciaban. Paradójicamente, muchos creían que tenía buen sentido del humor e incluso era atractivo (Janouch, 1971).
Su miedos se filtraban en su creación artística. Él admiraba profundamente a Goethe, sentía que si no fuese por la influencia que ejercía sobre él, su obra no valdría nada.
“Así transcurre mi domingo lluvioso y tranquilo, me siento en mi dormitorio y estoy en paz, pero en lugar de decidirme a escribir algo en lo que podría haber volcado todo mi ser anteayer, me quedo un buen rato mirándome los dedos. Esta semana creo que me he dejado influenciar por completo por Goethe, que he agotado realmente la fuerza de esta influencia y que, por tanto, me he vuelto inútil.".
Su inseguridad le hacía sentir que nunca llegaría a ser lo suficientemente bueno.
Leer estas palabras me conmueve…
Tenemos la tendencia de compararnos con quienes llegaron a la cima y no nos acordamos de compararnos con nuestra situación anterior. No valoramos nuestro progreso tanto como admiramos el éxito de los demás.
Creo que no soy el único que ha sentido lo que Kafka confiesa de forma tan cruda...
Kafka es el máximo exponente del artista y su lucha creativa.
Su turbulenta vida, sus confesiones en su diario íntimo, sus miedos, su terrible autoexigencia… es imposible separar al autor de la obra y los diarios de Kafka son tan conmovedores como su propia obra de ficción.
A más leo a Kafka, más me identifico con su lucha como artista.
A más leo a Kafka, más agradecido estoy con mi recorrido, por imperfecto que sea.
Gracias por tu legado.
✍️ Te toca a ti: ¿Has sufrido inseguridad y demasiada autoexigencia como artista?
💭 Cita del día: “Todo se resiste a ser escrito.” Kafka, Diarios, 1910-1923.
¡Nos vemos en la próxima y lee a Kafka! 👋
Referencias 📚
Brod, M. (1960). Franz Kafka, a biography. Schocken Books.
Kafka, F. (2009). Diaries, 1910-1923. Schocken.
Janouch, G. (1971). Conversations with Kafka. New Directions Publishing.
Stach, R. (2021). Kafka: The Decisive Years. Princeton University Press.
"... he dormido sin excusas...". Gracias a ello pudo escribir con claridad.
¡Qué bueno encontrarme con esta publicación! Justo esta semana he estado leyendo los relatos de Kafka :)