🏷️ Categorías: Literatura, Creatividad.
Los mundos ficticios moldean la realidad.
Desde El Señor de los Anillos de Tolkien hasta el universo de Harry Potter de J.K. Rowling, estos mundos son un ejercicio de imaginación que influye en nuestro mundo real y modifica nuestra visión del mismo. Surge entonces una reflexión inesperada…
¿Existen los mundos de ficción? ¿Existe Frodo? ¿Existe Harry Potter?
No puedes decir “no”, porque puedes imaginarlo e influyen en nuestro mundo.
Pero si existen, ¿qué grado de realidad tienen?
Lo cierto es que, aunque los mundos que se nos presentan en la literatura no son “reales” en el sentido físico y tangible, tienen una forma de existencia mucho más poderosa de lo que imaginamos. La filosofía, la ciencia y la ficción se entrelazan: lo imaginario puede impactar en lo real, y la ficción no es más que filosofía.
Sí, filosofía. La filosofía no va solo de grandes y aburridos libros de viejos pensadores.
1. La ficción es una herramienta filosófica
La relación entre ficción y filosofía ha existido desde tiempos remotos.
De Platón, uno de los más grandes, quedan obras de ficción. Sus famosos Diálogos son una ficción en la que imagina a su maestro Sócrates debatiendo con personajes que se sabe que estaban muertos en la época en la que los diálogos fueron escritos.
¿Está entonces la filosofía basada en la ficción?
Te hago otra pregunta más.
¿Qué pasaría si tuviéramos un anillo que nos permitiera ser invisibles y hacer lo que quisiéramos sin ser juzgados por los demás? Esta idea es de El Señor de los Anillos. Original, ¿verdad? Muchos siglos antes, un señor llamado Platón, habló en su obra La República del “anillo de Giges”, de un anillo ficticio que hacía invisible a su portador.
Qué curioso, la ficción sirve para reflexionar sobre la ética humana.
Las ficciones surgen de experimentos mentales basados en esta pregunta: “¿Y si…?”
¿Y si un anillo te hiciese invisible? ¿Te comportarías igual de bien ante la sociedad?
¿Y si pudiésemos viajar por el espacio y colonizar otros mundos?
¿Y si la velocidad de la luz fuese una constante universal y el resto fuese relativo?
Por cierto, esta última pregunta que también parece de pura fantasía es la que explica la Teoría de la Relatividad de Einstein.
¿Está entonces la ciencia basada en la ficción?
La ficción es un medio para cuestionar nuestro mundo y las ideas que lo forman.
Tomemos el universo de El Señor de los Anillos. Los personajes deben enfrentarse a dilemas existenciales, morales y espirituales. A través de las aventuras de Frodo, Tolkien nos habla de una historia sobre poder, sacrificio, libertad y corrupción.
Lo imaginario se convierte en una reflexión sobre el mundo real.
2. La diferencia entre ciencia ficción y fantasía
Ciencia ficción: “Hacer posible lo improbable”
La ciencia ficción imagina universos donde las cosas improbables son posibles.
Viajar a otros mundos es fascinante y, en principio, es posible según las leyes del universo. Aunque podemos aspirar a viajar a otras estrellas, están increíblemente lejos, lo que requeriría alcanzar velocidades imposibles, al menos con la tecnología actual.
Esa es la clave, la ciencia ficción nos hace imaginar escenarios que podrían existir.
El escritor Arthur C. Clarke decía que "toda tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia". Si le diéramos un móvil del siglo XXI a Cervantes pensaría que es magia. Ni en la mejor de sus ficciones habría imaginado que era posible enviar audio y vídeo en directo a cualquier lugar del mundo.
La ciencia y la tecnología avanzan, y lo que antes era ficción, empieza a ser realidad.
La ficción supera a la realidad.
Fantasía: “Hacer probable lo imposible”
La fantasía juega un papel clave en esta exploración del mundo real.
A través de criaturas imposibles, hechizos y mundos alternativos, la fantasía nos cuenta cómo lo que es imposible, en el contexto de nuestras leyes naturales, podría tener lugar si alteramos o eliminamos límites y leyes del universo.
1984, de George Orwell, es una distopía política para reflexionar sobre el poder que los ciudadanos le damos a los estados.
La metamorfosis, de Franz Kafka, es una reflexión inquietante sobre la identidad humana y la deshumanización de una sociedad fría y apática.
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, es una reflexión sobre el paso inevitable del tiempo y la soledad de una familia.
Son reflexiones sobre realidades alternativas a la nuestra.
3. Mitopoiesis o subcreación
Tolkien decía que los mundos ficticios no son aleatorios, son una subcreación.
Mitopoiesis o subcreación es como llamó Tolkien al acto de crear un mundo ficticio tomando elementos de la realidad. La ficción no sale de la nada, no se genera sola. Los escritores van dándole cualidades inspiradas en lo conocido.
Si bien los mundos ficticios no son reales, su existencia depende de la realidad.
Por eso, el contexto de cada autor es tan importante para el mundo que puede crear. Sus referencias, valores, ideas, ambiente… Todo su ficción está ligada a su realidad
4. El grado de realidad de lo irreal
Esto es muy interesante y muy poco conocido.
Platón, en su obra Sofista, se pregunta sobre la naturaleza de lo ficticio: si algo no existe, ¿cómo es posible hablar de ello? ¿Cómo puede algo que no tiene existencia, como Frodo o Harry Potter, tener influencia en el mundo real?
Aquí sucede algo peculiar, la realidad no es algo binario: ser o no ser.
Es un gradiente.
La realidad en la que vivimos está completamente definida por sus cualidades, pero la ficción solo tiene las propiedades que su creador describe. No es que no exista, es que su existencia es parcial. Por ejemplo, los elfos no están completamente definidos, no podemos determinar ni su posición en el mundo, ni todas sus cualidades.
¿Alguien sabe cuál es el ADN de los elfos?
¿Cuál es la esperanza de vida media de un elfo?
¿Hay elfos albinos?
No puedes responder y esa es la diferencia. El mundo real está completo de cualidades, las que conocemos y las que no hemos descubierto aún, pero la ficción no. En las ficciones solo sabemos algunas cualidades de la realidad, por eso, las mejores ficciones son las que tienen un mundo vivo, uno completo de cualidades.
Interesante concepto: la saturación de cualidades determina cuán real es algo.
Al final, lo que no es tangible sí existe y afecta a nuestras culturas y sociedades.
La ficción es una escapatoria y una herramienta filosófica y científica para desafiar el statu quo y pensar en nuevas posibilidades. Aunque un dragón nunca escupirá fuego en el mundo real, su impacto a nivel cultura es inmenso. La ficción sirve para pensar en lo que podría ser, lo que podría haber sido, y lo que podría algún día ser.
La realidad es la ficción más completa de cualidades, tiene todas las que conocemos.
Y las que aún la ciencia no ha descubierto…
✍️ Te toca a ti: ¿Conocías esta estrecha relación entre ficción y realidad? ¿Cuáles son los mundos de ficción que más te han impresionado? En lo personal, La Fundación, de Isaac Asimov, es el que más me ha gustado de todos.
💭 Cita del día: "No todos los que vagan están perdidos". Tolkien
¡Nos vemos en la próxima aventura! 👋 Quizá sea más real (o no).
Gracias por esta reflexión. A mi me encantó jugar a Mass Effect, el 2. Y de libro, La vieja guardia de Scalzi.
Muy cierto, Álvaro. La metafísica y en particular la escolástica ha reflexionado mucho sobre esta saturación de cualidades como sostén de la existencia real.
Por otro lado, me has inspirado para escribir sobre algunos ejemplos de este estilo, cuando la ficción estimuló poderosamente el avance de la ciencia. Le daré una vuelta.
Gracias.