Error 429: Exceso de amigos
Por qué tenemos muchas relaciones sociales pero pocas son de calidad
🏷️ Categorías: Atención, Relaciones sociales, Memoria.
Nos encontramos inmersos en un mundo donde las relaciones sociales se han multiplicado exponencialmente gracias a la tecnología si nos comparamos con el número de contactos que alguien podía tener hace un siglo o incluso más atrás.
Me surge entonces una pregunta, ¿por qué a pesar de estar más conectados que nunca, el número de relaciones de alto valor se sigue pudiendo contar con los dedos de una mano? Si conocemos mucha más gente, ¿no deberíamos entonces disponer de una red mayor de personas importantes?
Te invito a reflexionar sobre esta pregunta, que nos llevará a valorar más el tiempo del que disponemos, la importancia de la memoria, la atención y el papel que cumplen las redes sociales en la era actual.
El número de Dunbar
El número de Dunbar es nuestra primera parada en este viaje. Propuesto por el psicólogo Robin Dunbar, el número representa el límite teórico de personas con las que podemos mantener relaciones sociales estables que sean significativas y no se queden en un simple “hola” y “adiós”, aproximadamente hablamos de unos 150 individuos. Esta cifra, aunque variable, proporciona una idea general de nuestra capacidad cognitiva para manejar conexiones sociales de valor.
Se basa en la premisa de que aunque los modos de comunicación han cambiado mucho recientemente, el tamaño de nuestros cerebros no lo ha hecho, lo que ha llevado a pensar en que pueda existir una limitación cognitiva en el número de interacciones sociales cara a cara (Dunbar, 1993; Roberts et al., 2009).
150 es el número promedio en un momento dado, pero no siempre hemos tenido los mismos amigos. Cuando se establece una nueva amistad, es bastante probable que se descarte una antigua, especialmente si tenemos ya un número elevado de contactos. A menos estrecha la relación, más probable es que sea reemplazado por otra persona (Saramäki et al., 2014; Sutcliffe et al., 2011).
🔎 Al detalle: 150 es una referencia y depende mucho de qué consideramos como relación significativa y estable. Hay estudios que sugieren un tamaño medio de la red personal de 291 para los estadounidenses (Killworth et al., 1998; McCarty et al., 2001). Esto se debe a que la cultura y la tecnología, entre otros factores, facilitan la socialización (De Ruiter et al., 2011). Por este motivo, hoy día se sigue debatiendo sobre su validez.
Internet y el número de Dunbar
Recursos escasos
Vale, 150 es un valor aproximado que puede variar considerablemente entre personas, pero hay 2 cosas evidentes:
El tiempo es un recurso limitado
La atención que le prestamos a los estímulos del entorno es limitada.
Hay que priorizar en qué gastar el tiempo y a qué prestarle atención, son condiciones que no han variado a lo largo de nuestra evolución. Sin embargo, con la aparición de las redes sociales, la capacidad para conectar con personas se ha visto drásticamente aumentada mientras que el tiempo y la atención no.
El tiempo que tenemos para invertir en relaciones es una importante limitación en cuanto a la calidad de las mismas (Roberts et al., 2009; Ackerman et al., 2007), y la cercanía emocional en las amistades se deteriora cuando disminuye la frecuencia de las interacciones (Roberts y Dunbar, 2011), lo que nos lleva a pensar en dos opciones:
Aumentamos el número de relaciones pero son más superficiales (menor calidad).
Reducimos el número de relaciones pero son más estrechas (mayor calidad).
El gran cambio de las redes sociales
Disponemos de recursos escasos, pero las redes sociales posibilitan ampliar la red de contactos porque facilitan dos cuestiones:
Memoria y la gestión del conocimiento: Básicamente, para mantener amistades hay que estar al día de qué hacen y compartir experiencias con ellos. Muchas relaciones se basan en compartir intereses y conocimientos (McPherson et al., 2001). En cuanto a este aspecto, las redes sociales nos permiten seguir actividades y opiniones de amigos en circunstancias en las que no sería posible cara a cara (por ejemplo, porque se ha mudado lejos) (Donath, 2007), evitando así que decaiga la relación (Roberts y Dunbar, 2015).
Difusión: La interacción física se limita a un pequeño número de individuos en un momento dado (Dunbar et al., 1995), nadie queda con 50 amigos en un parque para charlar, por ejemplo. Esto limita inevitablemente el tiempo social disponible para tener relaciones estrechas (Ackerman et al., 2007). En redes sociales y mensajería, el límite es prácticamente inexistente, podemos hablar simultáneamente con grupos enormes de personas con igual nivel de intensidad.
Lo bueno y lo malo de las redes sociales
Las redes sociales han ampliado el número de contactos y parece positivo porque podemos crear y mantener un mayor número de relaciones estrechas (Bargh y McKenna, 2004; Valkenburg y Peter, 2009), lo que aumenta nuestro bienestar porque son menos exigentes que otros medios de comunicación como el cara a cara (Valkenburg y Peter, 2007; Boneva et al., 2006).
Lo malo es que entablar nuevas relaciones valiosas por internet es menos probable que en persona (Boyd y Ellison, 2007), y menos satisfactorio, puesto que están cognitivamente empobrecidas, en otras palabras, nos llega estimulo auditivo si es una llamada, visual si es texto, pero no percibimos la interacción con todos nuestros sentidos. La videollamada es lo más parecido al cara a cara y es por eso que es el medio más satisfactorio de los virtuales. Recuerda sino la época de restricciones de COVID-19, lo agradable que era una videollamada para aliviar el sentimiento de aislamiento. Por otro lado y volviendo a la cuestión inicial del tiempo, Nie (2001), hace ya más de 20 años, argumentaba que, dado que el tiempo es limitado, a más tiempo le dedicamos a las relaciones por internet, menos tenemos para socializar cara a cara, especialmente con la familia. Creo que, nunca mejor dicho, el tiempo le ha dado la razón, solo hay que ver en cómo pasan el tiempo la gente más joven y en parte los adultos. Véase también Nie y Hillygus, (2002).
El ejemplo de Twitter
Un claro ejemplo de cómo tener más relaciones implica menor calidad se vio en un interesante estudio que analizó 3,7 millones de mensajes de hilos de Twitter de unos 1,7 millones de usuarios (Gonçalves et al., 2011). El estudio analizó las interconexiones entre esos perfiles de usuario y llegó al siguiente resultado:
El resultado es claro:
Para la figura A), Entre 100 y 200 contactos es la franja en la que mayor número de interacciones sociales podemos mantener con cada uno. En el momento que tenemos más contactos, menos mensajes les enviamos de media, con las implicaciones que vimos que tenía en cuanto a la calidad de las relaciones.
Para la figura B), a mayor es el número de contactos que nos envían mensajes, menor es nuestra capacidad para responder a todos. Sobre los 300 contactos, ya no somos capaces de responder con la misma intensidad que nos mensajean a nosotros, lo que supone un empeoramiento de la relación.
🔎 Al detalle: Se podría argumentar que Twitter no es precisamente la red social idónea para establecer relaciones estrechas debido a su diseño y que habría que ver qué sucede en otras como Facebook, Whatssapp o quizá Instagram, aunque en cualquier caso, sigue demostrándose que más es menos pese a que Twitter sí es la mejor de todas para compartir opiniones y tener difusión, cuestiones que como hemos visto, son esenciales para construir buenas relaciones.
Conclusión
Sea cual sea el número máximo, 150 o 300, lo que si está claro es que la intensa interconexión de la actualidad nos permite tener más relaciones que nunca, pero no por ello de mayor calidad que antaño. Psicológicamente, no suele generar más bienestar la interacción virtual y de hecho, puede fácilmente empeorarlo si se hace mal uso de las redes sociales y del tiempo. Más no equivale a mejor, es cuestión de priorizar la calidad sobre la cantidad de interacciones.
Es hora de reservar tiempo para quedar con aquel amigo que siempre le dices “a ver si un día quedamos”, es hora de compartir experiencias con los que más quieres y no compartirles historias de Instagram, es hora de construir confianza, intimidad y ayudar a amigos que te ayudarán cuando tú necesites a alguien, es hora de disfrutar más.
Bibliografía
Ackerman, J. M., Kenrick, D. T., y Schaller, M. (2007). Is friendship akin to kinship? Evolution And Human Behavior, 28(5), 365-374. https://doi.org/10.1016/j.evolhumbehav.2007.04.004
Bargh, J. A., y McKenna, K. y. A. (2004). The Internet and Social Life. Annual Review Of Psychology, 55(1), 573-590. https://doi.org/10.1146/annurev.psych.55.090902.141922
Boneva, B., Quinn, A., Kraut, R. E., Kiesler, S., & Shklovski, I. (2006). Teenage Communication in the Instant Messaging Era. En Oxford University Press eBooks (pp. 201-218). https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780195312805.003.0014
Boyd, D., & Ellison, N. B. (2007). Social Network Sites: Definition, History, and Scholarship. Journal Of Computer-Mediated Communication, 13(1), 210-230. https://doi.org/10.1111/j.1083-6101.2007.00393.x
De Ruiter, J., Weston, G., & Lyon, S. M. (2011). Dunbar’s Number: Group Size and Brain Physiology in Humans Reexamined. American Anthropologist, 113(4), 557-568. https://doi.org/10.1111/j.1548-1433.2011.01369.x
Donath, J. (2007). Signals in Social Supernets. Journal Of Computer-Mediated Communication, 13(1), 231-251. https://doi.org/10.1111/j.1083-6101.2007.00394.x
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McCarty, C., Killworth, P. D., Bernard, H. R., Johnsen, E. C., y Shelley, G. A. (2001). Comparing Two Methods for Estimating Network Size. Human Organization, 60(1), 28-39. https://doi.org/10.17730/humo.60.1.efx5t9gjtgmga73y
McPherson, M., Smith‐Lovin, L., y Cook, J. (2001). Birds of a Feather: Homophily in Social Networks. Annual Review Of Sociology, 27(1), 415-444. https://doi.org/10.1146/annurev.soc.27.1.415
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Saramäki, J., Leicht, E., López, E., Roberts, S. G. B., Reed‐Tsochas, F., y Dunbar, R. (2014). Persistence of social signatures in human communication. Proceedings Of The National Academy Of Sciences Of The United States Of America, 111(3), 942-947. https://doi.org/10.1073/pnas.1308540110
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Valkenburg, P. M., y Peter, J. (2009). Social Consequences of the Internet for Adolescents. Current Directions In Psychological Science, 18(1), 1-5. https://doi.org/10.1111/j.1467-8721.2009.01595.x
150?! 😂😂😂 que agobio.. me valen con 15 y de calidad 😂😂
Ya lo dejó escrito Guy Debord en 1967, en La sociedad del espectáculo: "Esta sociedad que suprime la distancia geográfica acoge interiormente la distancia en tanto que separación espectacular".
Me ha gustado mucho el post.