La regla del desafío límite
Cómo mantener la motivación a largo plazo y progresar sostenidamente
🏷️ Categorías: Metas, Mejora continua, Historia.
En 1935, un chico de 16 años hizo una excursión con su colegio al volcán Ruapehu, en Nueva Zelanda. No lo sabía entonces, pero ese día cambiaría su vida para siempre.
Al llegar a la cima, sintió algo que no había experimentado nunca: el vértigo y la belleza de estar tan arriba, la sensación de inmensidad. Ahí, en lo alto, entendió que había algo más allá del paisaje que le movía a subir, era la sensación superarse a sí mismo a cada paso. En los veranos, aprendía el oficio familiar junto a su padre, la apicultura; en los inviernos, escalaba las montañas.
Entre el trabajo minucioso con sus abejas y la fuerza descomunal que se necesita para ascender cumbres forjó su carácter.
Cada vez que subía una montaña, su capacidad crecía.
En 1939, con apenas 20 años, llegó su primer gran logro: el ascenso al monte Ollivier, de 1933 metros, junto a sus dos amigos más cercanos (Johnston, 2005). Hubo frío, viento y dudas, pero también la satisfacción de llegar a la cima.
Pero hay mayores retos, hay cumbres más altas a las que llegar.
En 1948, con 29 años, el Monte Cook se convirtió en su nueva proeza. Era el más alto de Nueva Zelanda, con 3764 metros. Pero, como suele ocurrir con las grandes pasiones, la emoción de intentar superarnos nos hace lograr cosas extraordinarias.
Los montes de Nueva Zelanda se le quedaron pequeños y buscó nuevos retos.
En 1951, a sus 32 años, formó parte de una expedición que lo llevó al Himalaya, a la imponente Cho Oyu, de 8188 metros, la 6ª montaña más alta del mundo. Aunque no lograron alcanzar la cumbre, llegando solo a los 6200 metros, esa experiencia lo preparó para lo que vendría después.
El Everest, el reto de su vida.
En 1953, Edmund Hillary, el chico que había empezado escalando montes locales mientras sus abejas volaban buscando néctar entre las flores, se convirtió, junto a su compañero Tenzing Norgay, en el primer humano en llegar a la cima del Everest.
Allí, a 8848 metros, donde el cielo parece tocarse con las manos, logró su mayor reto.
La fuente de la motivación
La trayectoria de Edmund nos da una visión clara de lo que se requiere para mantener los hábitos a lo largo del tiempo.
El montañismo a esos niveles no es una actividad para cualquiera. Escalar montañas enormes bajo condiciones extremas, donde cada paso te acerca al límite físico, es un reto difícil de superar. A pesar de esto, Edmund asumió ese desafío repetidamente durante muchos años, mejorando su técnica y capacidad con cada ascenso.
Su éxito no fue inmediato, de hecho hubo dificultades, muchas, pero no se detuvo.
Pasó años progresando en montañas menores, puliendo sus habilidades gradualmente hasta lograr la cumbre definitiva: el Everest.
¿Por qué algunas personas, como Hillary, logran mantener sus hábitos, ya sea escalando montañas o desarrollando una habilidad, mientras muchos de nosotros tenemos dificultades para mantener la motivación? ¿Cómo podemos crear hábitos que nos motiven y que no abandonemos con el tiempo?
La clave está en un concepto: la dificultad manejable (Miner, 2015; Margolis & McCabe, 2003; Dörnyei, 2000).
Técnica del desafío límite
Al cerebro le encantan los desafíos estimulantes, pero solo si se siente como posible.
Imagina si Edmund hubiera intentdo escalar el Everest sin experiencia en picos más pequeños con tan solo 16 años. Habría sido demasiado abrumador y su motivación probablemente se habría desvanecido conforme subía unos cientos de metros. Por otro lado, si se hubiera pasado todo el tiempo escalando colinas fáciles, rápidamente habría perdido el interés en el montañismo.
Piensa en su progresión desde los picos locales, pasando por los picos nacionales de Nueva Zelanda hasta las alturas imponentes del Himalaya.
Cada nueva montaña ofrecía el reto justo para impulsarlo sin abrumarlo.
Con cada ascenso, Edmund se encontraba completamente concentrado en llegar a la cima porque lo veía como algo posible, era un desafío que lo llevaría al límite, pero era posible. Es justo ahí cuando experimentamos el máximo de motivación, cuando afrontamos retos que nos llevan al límite pero que podemos superar si nos esforzamos lo suficiente (Yeager & Dweck, 2012).
Ni imposible, ni demasiado fáciles, sino justo cuando es desafiante.
Cuantifica los avances
Si quieres que tu progreso te motive, mide tu progreso.
Tener una forma clara de medir tu progreso te proporciona la retroalimentación positiva necesaria para motivarte (Locke & Latham, 2002). Quienes entrenan en el gimnasio lo saben perfectamente, saben cuánto peso son capaces de levantar en cada ejercicio y su motivación nace de buscar superar sus marcas poco a poco.
Para Hillary, cada ascenso le proporcionaba esta retroalimentación positiva.
Alcanzar la cima era la medida definitiva del éxito, pero cada pequeña victoria, ya fuera llegar a un campamento base o superar una cresta desafiante, le proporcionaba una dosis de motivación por continuar. Sabía que iba por buen camino.
En otras áreas de la vida, la medición puede ser diferente, pero es igual de importante.
Encuentra lo que te apasiona, hazlo manejable, mide tu avance y repítelo a diario.
✍️ Te toca a ti: ¿Qué objetivos tienes entre manos? ¿Los habías planeado de esta manera? Yo trato de ver de forma parecida la escritura.
💭 Cita del día: «Mientras estaba en la cima del Everest, miré al otro lado del valle, hacia el otro gran pico, el Makalu... no era el fin de todo, ni mucho menos. Seguía mirando más allá, hacia otros retos interesantes.» Edmund Hillary.
¡Nos vemos pronto, cuídate mucho! 👋
Referencias 📚
Akoorie, N. (2020, 22 septiembre). Original photos of Sir Edmund Hillary’s epic summit of Mt Everest up for auction. NZ Herald. https://www.nzherald.co.nz/nz/original-photos-of-sir-edmund-hillarys-epic-summit-of-mt-everest-up-for-auction/ECYEEP7NE4EPBRJMW33MGQOW6E/
Dörnyei, Z. (2000). Motivation in action: Towards a process‐oriented conceptualisation of student motivation. British Journal Of Educational Psychology, 70(4), 519-538. https://doi.org/10.1348/000709900158281
Johnston, A. (2005). Reaching the Summit: Sir Edmund Hillary’s Life of Adventure. DK Publishing (Dorling Kindersley).
Locke, E. A., & Latham, G. P. (2002). Building a practically useful theory of goal setting and task motivation: A 35-year odyssey. American Psychologist, 57(9), 705-717. https://doi.org/10.1037/0003-066x.57.9.705
Margolis, H., & McCabe, P. P. (2003). Self-Efficacy: A Key to Improving the Motivation of Struggling Learners. Preventing School Failure Alternative Education For Children And Youth, 47(4), 162-169. https://doi.org/10.1080/10459880309603362
Miner, J. B. (2015). Organizational behavior 1. En Routledge eBooks. https://doi.org/10.4324/9781315702018
Yeager, D. S., & Dweck, C. S. (2012). Mindsets that promote resilience: when students believe that personal characteristics can be developed. Educational Psychologist, 47(4), 302-314. https://doi.org/10.1080/00461520.2012.722805
No es fácil pero a mí me encanta ir tachando pequeños desafíos y retos en mis listas, son como mis pequeñas montañas, aunque a veces, es verdad, me dejo vaguear por los valles.
Objetivo 🎯: que mi apuesta por substack valga la pena.