Nunca te arrepentirás de perseguir tus sueños
La historia del niño que quería ser bombero
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Era domingo, una calurosa tarde de verano en la que sucedió algo mágico.
En mi casa estamos de reformas y necesitábamos hacer una renovación de la instalación eléctrica. Para ello, mi madre llamo al electricista que siempre nos ha hecho todos los trabajos, un hombre de unos 45 años, muy formal y profesional. Sin embargo, la llamada dio un giro inesperado.
—Lo siento, no trabajo de electricista, soy bombero, pero como nos conocemos de hace mucho, podría hacerte el favor de ir un fin de semana a hacer la instalación.
Mi madre le dijo que sí, que viniese cuando él pudiera y colgó la llamada.
No entendía nada.
—Dice que vendrá el fin de semana por hacernos el favor, pero que él es bombero.
—¿Bombero? —le repetí a mi madre sin tampoco entender nada.
Al llegar el viernes, el teléfono de mi madre sonó de nuevo. Era él y vendría el domingo. Aunque seguíamos sin entender lo de ser bombero, al menos estábamos aliviados por tener ya un electricista para realizar el trabajo.
Llegó el domingo y el timbre de la casa sonó.
El electricista entró por la puerta y se le notaba físicamente cambiado, yo no lo recordaba así. Mi madre y él se conocen de hace mucho, hay confianza, por lo que mientras trabajaba en el cableado, ella no pudo resistirse y le preguntó qué era eso de ahora ser bombero.
Mientras trabajaba nos contó una historia de la que solo me faltó tomar nota.
“Desde joven, había soñado con ser bombero, pero las pruebas físicas eran muy duras y tampoco me podía permitir estudiar tanto tiempo, necesitaba ponerme a trabajar y traer dinero a casa, por eso me dediqué a la electricidad. Aunque debo estar agradecido por lo bien que me ha ido, siempre he estado dándole vueltas a lo de ser bombero, no lo olvido desde que era niño.”
Un día tomó la decisión que le llevaría a cambiar todo.
Era hora de ser bombero.
Durante tres años, combinó el trabajo como electricista con exigentes entrenamientos físicos y estudio intensivo para superar las pruebas de ingreso al cuerpo de bomberos. Por si fuera poco, en ningún momento dejó a su familia desatendida y encontraba tiempo para estar con su esposa y cuidar de sus dos hijos.
Cada mañana se levantaba temprano y corría antes de comenzar su jornada laboral, luego pasaba las tardes en el gimnasio y estudiando. El sacrificio era inmenso, pero la recompensa sería aún mayor. Tras tres años de sacrificio, logró lo que había soñado durante treinta años: ser bombero.
No podía parar de escuchar, me tenía completamente absorbido.
Iba a ser una tarde trivial de domingo en la que solo tenía pensado mover muebles y pintar unas paredes, pero la tarde se transformó en una profunda reflexión que me hizo plantearme muy seriamente hacia donde me dirigía con mis esfuerzos diarios.
¿Estoy realmente dirigiendo mis energías hacia el camino correcto?
Las 2 grandes lecciones que aprendí
1. Crea hábitos que te lleven a tus metas:
Todos tenemos muchos sueños, pero ¿tienes hábitos que cada día te hagan progresar hacia tus sueños? Nos pasamos media vida dándole vueltas a lo que queremos lograr y a veces nos detenemos sin siquiera haber comenzado porque creemos que el esfuerzo que hay que hacer es demasiado grande.
30 años soñándolo, 3 para lograrlo.
Los hábitos que incorporó a su vida fueron 3: deporte, estudio y alimentación. Mira qué 3 hábitos tan poderosos. Al principio le costó muchísimo madrugar y salir a correr. Tras unos meses haciéndolo sin fallar ni un día, salir a correr era algo instintivo, como cuando te levantas y te haces un café.
Es automático.
Interioriza hábitos que te encaminen hacia donde quieras llegar.
2. Poda el árbol de tu vida:
Esto es Jardín Mental y lo que este hombre hizo es lo que se hace con las plantas. ¿Sabías que de los árboles se podan ramas sanas que podrían dar frutos? Pensarás que no tiene sentido, que solo se podan las ramas malas.
Pues no es así y tiene un sentido.
Si dejas que el árbol desarrolle muchas ramas, al final tendrá demasiadas ramas y no será capaz de producir frutos de gran calidad. Tendrá muchos, pero todos de poco tamaño, frutos mediocres. Si quitamos ciertas ramas, el árbol puede tomar toda la energía de la tierra y concentrarla en menos ramas y ahí es cuando obtendrá menos frutos pero de calidad excelente.
Todos tenemos tal cantidad de sueños que necesitaríamos 4 vidas para cumplirlos. En lugar de querer abarcar todos a la vez y al final no lograr ninguno, ve podando y escoge algunos para empezar y canaliza ahí todas tus energías.
Cuando los logres, ya habrá tiempo en la próxima temporada de cosechar más sueños.
Tres años de esfuerzo focalizado en un punto necesitó él para ver los frutos.
¿Y tú?
✍️ Te toca a ti: ¿Podas a menudo tu árbol vital? Haz que solo florezca lo mejor.
💭 Cita del día: “Las palabras más importantes que puede decir una persona son: «Lo haré mejor»”. Dalinar Kholin, en Juramentada, Brandon Sanderson.
Gracias por estar un día más 🌱.
La gesta de este señor es inmejorable como ejemplo de que perseguir tus sueños puede llevarte a cosas importantes. Yo he tenido 15 profesiones diferentes (que recuerde), he sido un perseguidor de sueños incombustible, y mal no me ha ido en ese sentido. También es cierto que hay luces y sombras, hay que sufrir mucho y mucha gente no está por la labor. Luego están los dichos y lo que ciertas personas dicen de aquellos que están en constante búsqueda de sus sueños, «aprendiz de mucho, maestro de nada». ODIO ESTA FRASE. 🤬
Que alguien persiga sus sueños e intente aprender y mejorar en la vida, incluso como este señor, que acabe dedicándose a lo que realmente quiere y ha querido siempre, es algo que pocas veces valoramos lo suficiente. Quizá aquellos que critican los esfuerzos de quienes persiguen sus sueños habría que preguntarles si están contentos con sus vidas. Probablemente no.
Trabajar en tantas profesiones me ha hecho sentir más empatía ante ciertas situaciones, en momentos determinados. Aprendí mucho y me ayudó a ver muchas cosas desde perspectivas muy diferentes. ¡Qué bueno Álvaro! Me das ideas continuamente para escribir acerca de cosas por las que he pasado o vivido. Esa es la riqueza de estas reflexiones.
Gracias por estar. ❤️
Gracias por esta patadita en las pompis, tengo 41 años y desde que me gradué de la escuela nunca intenté nada más, hice un curso técnico de dos años y empecé a trabajar en áreas administrativas y desde entonces mi vida solo ha sido trabajar, nunca pensé en volver a estudiar a pesar de que soñaba con un título universitario y apenas a mediados del año pasado me atreví a matricularme, no ha habido un solo día desde que me inscribí en el que no tenga una vocecita en la cabeza diciéndome que estoy haciendo mal, que estoy tirando dinero que voy a necesitar después, sufro de autosabotaje crónico y historias inspiradoras como la de este bombero es justo lo que necesito hoy. Mil gracias.