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Esforzándonos por mejorar, a menudo estropeamos lo que está bien.
~William Shakespeare, Rey Lear (1605)
¿Alguna vez te has sentido sin energías por tratar de hacer algo perfecto? Te digo una cosa, yo solía sentirme así con frecuencia. Durante mi vida universitaria estuve tratando de alcanzar la perfección en todo lo que me proponía, pero déjame contarte algo que aprendí en el camino: la perfección es como perseguir el horizonte, por mucho que corras siempre estará allí, a lo lejos, brillante e inalcanzable.
Tras este período vital aprendí que estaba depositando demasiadas energías en una carrera infinita. Por eso hoy te voy a contar las técnicas que me han servido para rendir más con menos esfuerzo, cómo rozar la perfección sin morir en el intento.
Técnica del mínimo viable
Con frecuencia sucedía que procrastinaba de forma “inteligente” diciéndome a mi mismo: “no he terminado aún mi trabajo porque soy muy perfeccionista, estoy retocando detalles.” En ocasiones esto era igual que perder el tiempo porque nunca daba nada por terminado y siempre había algo que no me hacía quedarme satisfecho.
Para solucionar esta forma sutil de procrastinar, usa en tus objetivos la técnica del mínimo viable, que es una estrategia que viene del diseño de producto para empresas pero que podemos adoptar para nuestras metas personales (Rouse, 2020).
Trata de identificar el punto en el que tu proyecto u objetivo cumple con los requisitos para considerarse terminado, sin necesidad de ser perfecto desde el principio. La clave está en mejorarlo poco a poco con la experiencia que obtienes de ponerlo a prueba en la realidad. De este modo evitas posponer indefinidamente la finalización de tu proyecto y perder tiempo absurdo en detalles minúsculos.
Adopté esta forma de pensar para actuar más rápido, mi propio Substack sigue la técnica del mínimo viable. Al comenzar vi que era imposible planear todo de antemano, hay demasiada incertidumbre ¿cómo iba a saber exactamente el contenido que funcionaría y audiencia exacta? De hecho me di alguna que otra sorpresa.
La experiencia es lo que te permitirá perfeccionar, pero para eso hay que comenzar. El feedback de los comentarios que me dejáis son muy valiosos para mejorar poco a poco este espacio que compartimos. Eso es el mínimo viable, comenzar y pulir luego.
El rendimiento decreciente
Este es un concepto que proviene de la economía y quiere decir que a medida que dedicamos más tiempo y esfuerzo a mejorar un aspecto de nuestro proyecto o producto, la mejora en los resultados es cada vez menor (Bondarenko, 2023). Esto hace que llegar a un nivel aceptable sea mucho más fácil que llegar a la perfección.
No puedo parar de pensar en esos días de universidad en los que tardaba poco en tener la tarea muy avanzada y gastaba luego varios días para ultimar detalles. A más tiempo me daban para acabar, más gastaba en “mejorar” y siempre faltaba tiempo, nunca era suficiente, es como perseguir el horizonte, nunca lo alcanzas.
Una anécdota que siempre me saca una sonrisa al recordarla es la de un profesor mío que solía decir: "Si les diera 10 horas para hacer el examen, tardarían 10 horas”, y tenía razón, era justo lo que yo hacía siempre. Resolvía rápido todo y luego pasaba la mayor parte del tiempo tratando de perfeccionar insignificantes detalles, que a veces ni siquiera mejoraban el resultado final, sino que lo empeoraban. A este fenómeno se lo conoce como Ley de Parkinson, pero esa es otra historia…
Este rendimiento decreciente se relaciona estrechamente con la ley de Pareto, que significa que con frecuencia el 80% del resultado proviene del 20% de los esfuerzos (Bunkley, 2008; Pareto, 1971). Piénsalo por un momento, ¿necesitas en todas las cosas lograr el 10/10? Podrías estar invirtiendo todo ese esfuerzo en avanzar rápidamente en otros objetivos, quizá te quedes en el 9/10, pero habrás hecho muchas más cosas y no una sola. El tiempo es un recurso y como cualquier otro, hay que saber invertirlo.
Planifica pasos a seguir
Para terminar. Cuando te enfrentas a grandes metas, puede resultar abrumador pensar en cómo alcanzarlas. Es por eso que la planificación es crucial, pero ¿por dónde empezar? Bueno, lo primero que puedes hacer es reflexionar sobre lo que realmente quieres lograr y ver si estás yendo hacia ello. Yo para esto uso mi diario.
Una vez que tengas una idea clara de lo que quieres alcanzar, es hora de priorizar. Tómate un momento para clasificar tus objetivos según su importancia, esto te ayudará a enfocar tu energía y recursos.
Ahora, la parte más importante: dividir esas metas grandes en pasos más pequeños y manejables, trabaja en pequeñas metas que van acumulándose hasta el resultado final ¿Qué acciones específicas puedes tomar para avanzar hacia tu objetivo?
De esta manera no caminas sin rumbo y evitas quedarte parado más tiempo del debido en un objetivo que ya está cumplido al 99%. Evita entrar en rendimientos decrecientes, juega a favor de la ley de Pareto, no en contra.
Te toca a ti, ¿te ha resultado útil este artículo? ¿Cómo aplicarás estas estrategias?
📚 Referencias
Bondarenko, P. (2023, November 28). microeconomics. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/money/microeconomics
Bunkley, N. (2008, 3 marzo). Joseph Juran, 103, Pioneer in Quality Control, Dies. The New York Times. Recuperado 14 de abril de 2024, de https://www.nytimes.com/2008/03/03/business/03juran.html
Pareto, V. (1971). Manual of Political Economy. New York : A. M. Kelley. ISBN 978-0-678-00881-2
Rouse, M. (2020, 14 agosto). Minimum Viable Product. Techopedia. Recuperado 14 de abril de 2024, de https://www.techopedia.com/definition/27809/minimum-viable-product-mvp
Shakespeare, W. (2017). Rey Lear: Spanish edition.
Gracias por compartir ideas. Es cierto que es muy fuerte el día en el que caes en cuenta que ser perfeccionista no es una virtud, que durante años uno lo decía, se lo autodecía a modo de elogio. Y un día luego de años de terapia(?) se escucha repetirlo y dice. Mmmmm eso hace ruido…